Bello
perfil del Cristo de la Salud, que antes de la Guerra Civil Española, recibía
culto como Cristo de la Agonía dentro de la Congregación de la Buena Muerte
En la iglesia de los jesuitas, se
erigieron canónicamente varias asociaciones religiosas, a lo largo de los años
que permanecieron en nuestra ciudad. Una de ellas fue la Congregación de la
Buena Muerte, que tenía como titular a la mutilada imagen del actual Cristo de
la Salud, y que era una congregación puramente jesuítica.
Los jesuitas fueron los que fundaron y difundieron la Congregación de la Buena
Muerte por todo el mundo. Para cuidar
enfermos y ayudar a “bien morir” a los agonizantes Camilo de Lelis, quien
habría de convertirse en santo, arrepentido de una vida disipada y licenciosa,
fundó en 1586 la Congregación de la Buena Muerte. Otros autores dicen que la
Congregación de la Buena Muerte fue fundada por los Jesuitas para fomentar la
devoción del buen morir.
En el año de 1648 el P. General, Vicente
Carassa, fundó la “Asociación de Nuestro Señor Jesucristo Agonizante y de la
Santísima Virgen, participando en sus Dolores, llamada comúnmente de la Buena
Muerte. En Roma en el año de 1655 fue
erigida la Muy Ilustre, Ejemplar y Venerable Congregación de Nuestro Señor
Jesucristo Muerto en la Cruz y su
Beatísima Madre la Virgen María Dolorosa, que después comenzó a llamarse de “la
Buena Muerte”.
En Ciudad Real esta Congregación se
funda en 1916. El diario “El Pueblo Manchego”, el miércoles 11 de octubre del
citado año, da cuenta de la fundación de la misma con la siguiente nota
publicada en su portada y que a continuación reproduzco:
“La
Congregación de la Buena Muerte, no solamente debe su fundación a la Compañía
de Jesús, sino que es una de las más propias de la misma. Por esto la vemos
establecida en todas las Iglesias de la Compañía y por esto también en el
retablo del altar mayor representa a
Nuestro Señor Crucificado acompañado de su Madre Dolororísima la Virgen
Santísima, patronos ambos de la dicha Congregación.
Tal
y como recibía culto la imagen antes de ser aislado en la caja de metraquilato
Deseando
no defraudar por más tiempo a los fervorosos fieles de esta ciudad, de los
innumerables privilegios, que los Romanos Pontífices han concedido a los Congregantes
de la Buena Muerte, desde el cuarto domingo de este mes, la susodicha Congregación
quedará establecida en dicha Iglesia de San Ignacio.
El
fin de esta Congregación es, honrar al santísimo Cristo de la Agonía y a la
Virgen Dolorosísima, para alcanzar por tan poderosos protectores, una santa
santa muerte.
Los
deberes de los Congregantes son sumamente fáciles:
1º
Recibir la Sagrada Comunión el cuarto domingo de cada mes en la Iglesia de la
Congregación.
2º
Asistir a los ejercicios piadosos que en la misma Iglesia se practicarán dichos
domingos a las seis de la tarde.
3º
Procurar traer en la memoria de los misterios de la Pasión y Muerte de nuestro
divino Redentor, los Dolores de su Santísima Madre, y el pensamiento de la
muerte como medios muy eficaces para vivir cristiana y piadosamente y para
alcanzar una santa muerte.
4º
Rezar un Rosario de cinco decenas, y oír una misa por cada uno de los
Congregantes difuntos, luego que se le notifique el fallecimiento.
Pueden
pertenecer a esta Congregación todos los fieles cristianos, que hayan hecho la
primera Comunión y sean de ejemplar vida y costumbres”.
Lugar
donde recibe culto la imagen en la actualidad, a los pies de la iglesia y
debajo del coro
Desde el establecimiento de la
Congregación en Ciudad Real, esta celebraba una reunión todos los meses. Por la
mañana se oficiaba la Santa Misa de Comunión general con cánticos, y por la
tarde la exposición, santo Rosario, plática, súplica a Jesús
Crucificado, pidiendo una buena muerte y reserva.
Lo que si deja claro la fundación de
esta Congregación en Ciudad Real, es que el calvario que pusieron los jesuitas
en el desaparecido retablo construido en 1914 y destruido en 1936, corresponde
a la difusión de la orden de esta Congregación de la Buena Muerte. También nos
arroja un dato desconocido por todos, que el crucificado mutilado que se venera
actualmente en la iglesia, recibía culto bajo la advocación de la Agonía,
recibiendo la advocación de la Salud después de la
Guerra Civil Española.
Hay un dato curioso desconocido por
muchos, relacionado con esta imagen mutilada de Cristo y nuestra Semana Santa. En
el año 1940, solo se celebró una procesión la tarde del Viernes Santo, donde
participaron todas las cofradías de nuestra ciudad, con las túnicas,
estandartes y gallardetes que se habían salvado de la destrucción. En esa
procesión participaron dos pasos procesionales provisionales, uno fue el Santo
Sepulcro y el otro una Dolorosa. El paso del Santo Sepulcro fue realizado con la
imagen del Cristo mutilado.
La
imagen del Cristo de la Salud era obra de los talleres de José Alsina y recibió
culto en el retablo del altar mayor desde 1914 hasta 1936
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