Calvario
del retablo del altar mayor de la iglesia salesiana de San Ignacio de Loyola
obra de los Talleres Granda de Madrid realizado en 1943
Como decía ayer, en el altar mayor de la
iglesia existe una cripta donde se encuentran enterrados el jesuita D. Ángel Ayala Alarcó y sus padres, junto a los mártires jesuitas asesinados en
1936. En total fueron cuatro los asesinados en 1936 por republicanos de
izquierdas por causa de la fe, dos sacerdotes y dos hermanos: Padres D. Manuel González
y D. José Sánchez Oliva, y los Hermanos D. Domingo Ibarlucea y D. Antonio
Sanchiz.
Cuando estalló la Guerra Civil española
el 18 de julio de 1936, los cuatro jesuitas que quedaban en Ciudad Real no
estaban juntos. El superior, Manuel González, se encontraba en Daimiel, en casa
de las religiosas josefinas, dándoles
ejercicios. Fue en esta localidad donde el religioso se entregó al alcalde, al
saber que lo estaban buscando. Era el 19 de agosto. Las autoridades del pueblo
y un policía venido de la capital que fueron los autores de la detención se
jactaban diciendo: “Hemos detenido nada menos que al jefe provincial del fascismo”.
El P. José Sánchez Oliva estaba dando
ejercicios en Ciudad Real a las religiosas de la Inmaculada para el Servicio
Doméstico. De ahí marcho al piso en la calle Cardenal Monescillo, donde vivían
los jesuitas en aquellas fechas, siendo detenido el 18 de agosto. Los
hermanos Sánchez e Ibarlucea fueron detenidos el mismo día, inmediatamente
después, y conducidos a la Inspección de Vigilancia, situada junto al
Ayuntamiento, y recluidos en dos celdas contiguas.
Padres y Hermanos
de la Compañía de Jesús asesinados en 1936
Entretanto los dos padres coincidieron
en el Gobierno Civil, amontonados con otros detenidos. Estuvieron sucesivamente
en diversas habitaciones; donde más tiempo permanecieron fue e una del piso
superior con la luz de la ventana que daba al callejón del Casino. El 5 de
septiembre, hacia las siete de la tarde, fueron sacados del Gobierno Civil los
padres y de la Inspección de Vigilancia los hermanos y llevados a la Cárcel
Provincial.
La noche del 7 al 8 de septiembre, hubo
una “saca” (salida de presos para su ejecución). Nueve nombres, el P. Manuel
González y el H. Domingo Ibarlucea hacían los números 5 y 9; a la 1,30 de la
madrugada del 8 se le hizo subir a una camioneta que, seguida de un coche, se
dirigió a Las Casas. Cruzaron el pueblo y a unos 400 metros del mismo y a unos
40 del cementerio, en un pequeño altozano, fueron asesinados uno a uno. La
ejecución duró como tres cuartos de hora y se hicieron unos sesenta disparos.
Al llegar el día los cadáveres fueron enterrados en una fosa ya dentro del
cementerio del pueblo.
Veinticuatro horas después, otra saca de
18 hombres partía de la cárcel camino de Carrión a 10 Km de Ciudad Real. Allí
iban el P. Sánchez Oliva y el H. Sanchiz. En el pueblo fueron ejecutados cerca
del cementerio y de una alberca, siendo los cuerpos arrojados a una zanja.
Al término de la Guerra Civil, los
cuerpos de los cuatro mártires fueron depositados en el cementerio de Ciudad
Real, para ser colocados posteriormente en la cripta de la iglesia de San
Ignacio, lugar donde descansan.
El 14 de mayo de 1946 se incoó el
proceso de beatificación por causa de martirio a favor de los siervos de Dios Manuel
González y José Sánchez Oliva, sacerdotes de la Compañía de Jesús, y los
hermanos coadjutores de la misma Compañía Domingo Ibarlucea y Antonio Sanchiz.
El día 12 de septiembre de 1947 se
publicaba en Lanza un artículo del P. Joaquín Meseguer que trataba del final
del proceso en su nivel diocesano. La última sesión había tenido lugar el 20 de
junio de 1947. Se encuentra actualmente en marcha el proceso apostólico en
Roma.
Documento perteneciente
a la Causa General de la Guerra Civil Española, donde se da cuenta del
asesinato de los cuatro jesuitas
Extraordinarios ejemplos de fe y valentía para estos tiempos.
ResponderEliminarHola D. Manuel Gonzalez Hernández era hermano de mi bisabuelo nacido 1889 en Cáceres (baños de monte mayor)tengo algunos datos de el
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