Retablo
de San José en la Parroquia de San Pedro, lugar donde recibe culto la imagen de
San Antonio de Padua
Vino al mundo San Antonio de Padua en el
año 1195 y se llamó Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, nombre que cambió
por el de Antonio al ingresar en la orden de Frailes Menores, por la devoción
al gran patriarca de los monjes y patrones titulares de la capilla en que
recibió el hábito franciscano. Adquirió el apellido de Padua por el que lo
conoce el mundo, de la ciudad italiana de Padua, donde murió el 13 de junio de
1231 y donde se veneran sus restos mortales en una magnifica basilica.
San Antonio fue canonizado antes de que
hubiese transcurrido un año de su muerte; en esa ocasión, el Papa Gregorio IX
pronunció la antífona "O doctor optime" en su honor y, de esta
manera, se anticipó en siete siglos a la fecha del año 1946, cuando el Papa Pío
XII declaró a San Antonio "Doctor de la Iglesia". Llamado
"Doctor Evangélico". Escribió sermones para todas las fiestas del año.
Novena
del siglo XIX en honor a San Antonio publicada en Ciudad Real
León XIII lo llamó "el santo de
todo el mundo", porque su imagen y devoción se encuentran por todas
partes. Es patrón de mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos
y papeleros. Se le invoca por los objetos perdidos y para pedir un buen
esposo/a.
Por regla general, a partir del siglo
XVII, se ha representado a San Antonio con el Niño Jesús en los brazos; ello se
debe a un suceso que tuvo mucha difusión y que ocurrió cuando San Antonio
estaba de visita en la casa de un amigo. En un momento dado, éste se asomó por
la ventana y vio al santo que contemplaba, arrobado, a un niño hermosísimo y
resplandeciente que sostenía en sus brazos.
En las representaciones anteriores al siglo XVII aparece San Antonio sin
otro distintivo que un libro, símbolo de su sabiduría respecto a las Sagradas Escrituras. En ocasiones se le representó con un lirio en
las manos y también junto a una mula que, según la leyenda, se arrodilló ante
el Santísimo Sacramento que mostraba el santo; la actitud de la mula fue el
motivo para que su dueño, un campesino escéptico, creyese en la presencia real.
Imagen
de San Antonio de la Parroquia de San Pedro
San Antonio es el patrón de los pobres
y, ciertas limosnas especiales que se dan para obtener su intercesión, se llama
"pan de San Antonio"; esta tradición comenzó a practicarse en
1890. No hay ninguna explicación
satisfactoria sobre el motivo por el que se le invoca para encontrar los
objetos perdidos, pero es muy posible que esa devoción esté relacionada con un
suceso que se relata entre los milagros, en la "Chronica XXIV
Generalium" (No. 21): un novicio
huyó del convento y se llevó un valioso salterio que utilizaba San Antonio; el
santo oró para que fuese recuperado su libro y, al instante, el novicio
fugitivo se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a
regresar al convento y devolver el libro.
En Ciudad Real también existió una gran devoción
a San Antonio de Padua, su imagen hasta principios del siglo XX, se encontraba
en la ermita de Nuestra Señora de la Soledad donde se le realizaba una Novena y
había una verbena en su honor. La imagen pasaría a la Parroquia de San Pedro al
ser derruida la ermita de Nuestra Señora de la Soledad, donde se fundó una hermandad que actualmente existe,
celebrando todos los años un Triduo en su honor con imposición de medallas a
los nuevos hermanos y repartiéndose el llamado “pan de los pobres”.
Junto
a la imagen de San Antonio de la Parroquia de San Pedro, existe un cepillo para
depositar la limosna para el “Pan de San Antonio”
La imagen de San Antonio recibe culto
durante todo el año en el retablo de San José de la Parroquia de San Pedro, esta
con el Niño Jesús en los brazos y en su mano porta un libro símbolo de la sabiduría.
También existe otra imagen de San
Antonio en el Monasterio de Dominicas de Altagracia, donde se representa al
santo solo con la imagen del Niño Jesús en sus brazos.
Durante muchos años en el barrio del
carreterin de la Atalaya, se celebraron fiestas en honor de San Antonio que
concluian el domingo con una misa en honor al santo.
Imagen
de San Antonio del Monasterio de las Madres Dominicas de Altagracia
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