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viernes, 20 de julio de 2018

HACE 25 AÑOS LA MADRE DEL REY PRESIDIÓ UN FUNERAL EN LA CATEDRAL


  
Doña María de las Mercedes, madre del rey Juan Carlos, asistió en la catedral basílica catedral de ciudad real el 19 de julio de 1993, al solemne funeral convocado por el Real Consejo de las Órdenes Militares de España, por el alma de su esposo, el conde de Barcelona. S. A. R. don Juan de Borbón, fallecido el pasado mes de abril.


El AVE trajo a doña María de las Mercedes a Ciudad Real. La madre del rey don Juan Carlos llegó a la estación ciudadrealeña a las 17,45 horas, bajo un tórrido sol manchego. Quince personas formaban su séquito; en el mismo se encontraba el gerente del AVE en Ciudad Real, escolástico González. La egregia dama fue recibida por representantes de las órdenes militares, que la cumplimentaron, así como por el jefe de protocolo del Ayuntamiento capitalino, Jesús Salcedo. En el vestíbulo de la estación, una guapísima niña le ofreció un ramo de flores en nombre de la ciudad. La condesa de Barcelona departió con gran sencillez con la pequeña, que contesto a sus preguntas visiblemente turbada pero feliz.


La comitiva se dirigió al hotel Santa Cecilia, donde  desde horas antes le aguardaban los caballeros de las órdenes, cuyo Real Consejo, presidido, por expreso deseo del rey don Juan Carlos, por S. A. R. don Carlos de Borbón Dos Sicilias, duque de Calabria, había convocado el funeral por el alma del conde de Barcelona, S. A.R. don Juan de Borbón, que había presidido dicho Real Consejo hasta su muerte, acaecida el pasado mes de abril.


Tras cumplimentar a doña María de las Mercedes, los caballeros de las órdenes se dirigieron a la casa natal de Hernán Pérez del Pulgar, donde procedieron a investirse con los ropajes representativos de las Órdenes de Calatrava, Santiago, Montesa y Alcántara, trasladándose después en procesión a la cercana catedral basílica prioral, donde aguardaron la llegada de la condesa de Barcelona, viuda de S.A.R. don Juan de Borbón, que fue recibida en la puerta del templo catedralicio por el obispo de Ciudad Real y prior de las Ordenes Militares, don Rafael Torija de la Fuente, que la acompaño a un lugar de honor instalado junto al Evangelio, acompañándola en el mismo don Carlos de Borbón Dos Sicilias. Los caballeros ocuparon el coro, tras el altar mayor, y el pasillo central del templo, mientras que en los primeros bancos ocupaban lugar las autoridades de Ciudad Real: alcalde y portavoces de los grupos municipales, presidente de la Diputación, gobernador civil, coronel gobernador militar, fiscal jefe de la Audiencia, rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, presidente de la Cámara de Comercio, presidente de la Audiencia, así como representantes de las Reales Maestranzas de Sevilla y Granada. Otros bancos estaban ocupados por familiares e invitados de los caballeros. Las damas, al igual que doña María de las Mercedes, se encontraban tocadas con mantilla española y los caballeros vestían traje oscuro. Los bancos finales fueron ocupados por numerosas personas que asistieron devotamente al oficio religioso.


El solemne funeral fue brillantísimo, con momentos realmente emocionantes, tales como cuando los caballeros dieron con sus cuerpos en tierra, cuando la condesa de Barcelona recibió la comunión del obispo prior o en los momentos en que el Coro Alfonso X el Sabio de Madrid interpretó algunos temas gregorianos o la Salve, en honor a la Virgen del Prado, que fue entonada por todos los asistentes. Todo brillante y perfecto.


Cuando concluyó el oficio religioso, la condesa de Barcelona fue despedida por el obispo prior, el duque de Calabria y los caballeros, acompañándola hasta el vehículo que la trasladó al hotel, donde descansó brevemente antes de dirigirse nuevamente a la estación de Renfe, para en otro AVE convencional retornar a Madrid.


Fue breve la estancia de doña María de las Mercedes en Ciudad Real, pero eso no impidió que el pueblo le mostrará su cariño a través de los aplausos que le dedicaron cuando abandonaba la catedral basílica prioral  o en el recorrido por las calles ciudadrealeñas, tanto a su llegada como a su marcha. Por otra parte, fue bueno comprobar que aunque de tarde en tarde, más de lo que sería menester, los caballeros de las Ordenes Militares de España visitan Ciudad Real, algo que tendría que ser hecho más frecuente, habida cuenta de que es precisamente Ciudad Real la cabeza y sede religiosa de las mismas por decisión papal y ciudad visitada en varias ocasiones por el padre del Rey, por cuya alma se celebró el solemne funeral, que fue gran maestre de las mismas.

Revista Bisagra. Ciudad Real 25 de julio de 1993

El video es del archivo personal de Liberto López de la Franca

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