Vista
de la Parroquia de Santa María del Prado (Merced), desde la torre de la
Catedral
Volviendo atrás en la historia,
recordamos que don Andrés Lozano murió sin que se hubiera construido la
primitiva capilla, por lo que los religiosos oficiarían hasta entonces los
divinos misterios en una dependencia provisional, ubicada en el espacio que
ocupara el convento.
Este primer recinto religioso debía ser
bastante modesto porque los mercedarios tuvieron que hacer frente a la
necesidad de levantar otra iglesia en muy poco tiempo.
Hasta 1677 no contarán con iglesia para
el culto público. Los frailes carecían de recursos económicos para su
construcción, y fue sólo gracias al apoyo de un caballero de Ciudad Real, don
Álvaro Muñoz y Figueroa, natural de Miguelturra, que pudieron levantarla.
La escritura que selló el acuerdo entre
don Álvaro y los mercedarios fue firmada un 12 de abril de 1674, en el convento
de Ciudad Real (1):
“El
12 de abril de 1674, quinto del Pontificado de Clemente X y noveno de Carlos
II, rey de España, en la ciudad de Ciudad Real, del reino de Castilla y diócesis
de Toledo, en el convento de Religiosos Descalzos de Nuestra Señora de la Merced,
redención de cautivos, de una parte comparece Fray Manuel de San Jose,
comendador de dicho convento de la Concepción de Nuestra Señora y, de otra, don
Alvaro de Muñoz de Figueroa caballero de habito de Santiago vecino de la ciudad
de Ciudad Real. Digo que en servicio de Dios y de su culto Divino y en honor de
la Concepción Purisima de la Virgen Nuestra Señora. Ofrezco doy palabra como
caballero de labrar la iglesia de que necesita el Convento de Religiosos
Mercedarios de la Merced de Ciudad Real…”
En
la puerta de entrada a la iglesia, se pueden ver los escudos de la Merced, y la
escultura de la Inmaculada Concepción, denominación que recibió la iglesia
mientras estuvo funcionando como capilla del convento
Se trata de una mera ratificación de los
compromisos adquiridos por las partes, que no aporta ningún dato sobre la
fábrica (2) del edificio.
Sí figuran en la escritura las condiciones de su construcción y lo que a cambio
solicita su benefactor, condiciones bastantes reducidas, puesto que renuncia a
ciertos derechos habitualmente solicitados por los patronos de otras fundaciones
piadosas:
“...segun
su planta y ordenación de que usa la Religion de Descalzos a mi coste esta
ponerla en toda perfeccion sin que incluya en la oferta el retablo, ornamentos
algunos, solo la fabrica de dicha Iglesia… desde sus fundamentos hasta su
cumbre, bóveda y solería… bajo las condiciones de que han de poner mis armas (3) dentro y
fuera de la iglesia, donde parecieme conveniente, y asi mismo la bóveda y
entierro principal de la Capilla Mayor ha de ser para siempre jamás para mi, mi
mujer y mis sucesores si los tuviese, y que el de la Conmemoración de Difuntos,
o cualquier otro dia desocupado de su octava, se haga un oficio de vigilia y
misa cantada y responso por mi y mis difuntos… y asi mismo que todos los viernes
del año perpetuamente han de tener obligación los religiosos de este convento
de Ciudad Real de hacer por mi y mis difuntos una misa cantada… No es mi intención
ligar al Convento de los derechos y uso de la Capilla Mayor para sus actos y
entierros asi de religiosos como de cualquiera que, por su devoción, quisiera
enterrarse enla dicha iglesia, reservándome para mi y mis sucesores el dicho
entierro y bóveda principal, ni es mi animo reservar asiento alguno particular
par mi ni para mis sucesores sino que pueda en cualquier dia y fiesta sentarse
en dicha Capilla Mayor cualquiera persona que no concurriese”(4).
El 16 de noviembre del mismo año, 1673,
Fray Gonzalo de San Ramón, Secretario del Convento de la Concepción de
Descalzos de Nuestra Señora de la Merced, certifica, que reunida la comunidad
en primera sesión y pasadas veinticuatro horas, en segunda sesión, todos los
religiosos, preguntados por el Padre Comendador, empezando por los más
antiguos, responden unánimemente, estar conformes en admitir todas las
condiciones que pone don Álvaro Muñoz y Figueroa.
Escudo
de la familia Muñoz en el dintel de entrada a la iglesia
Finalmente el mecenas se comprometió a
iniciar las obras en el mismo momento en que la Orden enviase un maestro
religioso para trazar la planta del edifico, y así lo aclara en el documento,
donde nos dice que levantaría la iglesia “desde
sus fundamentos hasta su cumbre, bóveda y solería para que quede en toda
seguridad y perfeccion”(5).
La iglesia de la Merced, también sufrirá
las consecuencias de la Desamortización a principios del siglo XIX. A partir de
ese momento se segregaría de las dependencias conventuales, situación que,
actualmente, se mantiene. El templo permaneció cerrado al culto durante varios
años, aunque la Iglesia nunca perdió su propiedad.
Esta separación se ha podido comprobar
en las obras realizadas en el presente año, cuando se han encontrado, tapiadas
por piedras o adobes, las puertas que comunicaron el claustro y la iglesia,
tanto en la planta baja como en la superior, aunque se mantenía la ventana del
baptisterio de la iglesia, abierta a la galería del claustro y que tras esta
reforma ha quedado tapiada.
Será en 1877 cuando la iglesia se abra
de nuevo al culto, debido a la creación del Priorato de las Ordenes Militares,
erigiéndose entonces como Iglesia Prioral. En ese año y antes de su apertura,
fueron realizadas algunas reparaciones, aconsejándose un repaso general a toda
la iglesia.
Sello
de la actual Parroquia de Santa María del Prado
En cuanto a su exterior destaca la
actuación en el dintel de la puerta principal, del cual nos dicen: “se halla con quebraduras y grietas bastante
perceptibles y movidas sus dovelas y claves”, y las intervenciones en la
cornisa y el frontón que coronan la fachada, por el riesgo de derrumbe debido a
la erosión producida en la piedra arenisca por las lluvias y por su antigüedad,
lo que ponía en peligro a los alumnos del Instituto que todos los días pasaban
por allí.
Volviendo a la fundación de la Iglesia,
hay que significar la especial devoción de don Álvaro Muñoz, quien mandó
colocar en ella un monumental cuadro de la Inmaculada Concepción, deseando que
la iglesia recibiera este nombre.
Ocurre que el nombre Iglesia de la
Merced nunca ha existido con reconocimiento canónico ni civil, pues era y es
una denominación vulgar, debido a la existencia del convento de la Merced
anexo. Mientras fue capilla del convento se denominó Iglesia de la Concepción,
y una vez que se estableció la parroquia, un 28 de junio de 1877, se pasó a
denominar Parroquia de Nuestra Señora Santa María del Prado.
Fuente: “Un Convento,
Un Instituto, Un Museo”. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha 2005.
(1) Archivo de la
Parroquia de Santa María del Prado de Ciudad Real.
(2) La piedra con
la que se construye la iglesia procedía de una cantera situada en la plaza de
la capital que antiguamente se llamó de Muñoz, después de la Republica,
posteriormente de José Antonio y que hoy se denomina de la Constitución. La
piedra de la puerta principal procede del Cerro de Picón, así como los
elementos de la puerta del convento de las Carmelitas.
(3) El escudo de
armas de esta familia está cuartelado, apareciendo en el primer y último
cuartel, dos flores de lis de oro en campo rojo, y dos leones rampantes en
campo de plata en los otros dos cuarteles. Por orla aparece una cadena en
memoria de las que guardaban a Miramamolín en la Batalla de Las Navas de
Tolosa.
Actualmente este escudo puede verse
representado en las pechinas que sustentan la cúpula del crucero de la iglesia.
(4) Archivo de la
Parroquia de Santa María del Prado de Ciudad Real.
(5) AHN, Clero,
Clero secular-regular, legajo 1867.
Espadaña
de la antigua iglesia conventual, hoy Parroquia de Santa María del Prado
(Merced)
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