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jueves, 5 de julio de 2018

LOS HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS EN EL ANTIGUO CONVENTO DE LA MERCED (V Y ÚLTIMO)


Detalle de los restos óseos humanos localizados en los enterramientos de las galerías del claustro

Restos Óseos. En todos los sondeos se han documentado restos óseos perteneciente a animales que, posiblemente, formaban parte de la diete alimenticia de los moradores del edificio. En ningún caso tenían conexión anatómica, ya que se trata de fragmentos de despiece. Los más abundantes pertenecen a ovicápridos, posiblemente corderos, cerdos y también hay numerosos restos de conejo y ave.

También se encontraron huesos pertenecientes a otras especies domésticas, gatos y perros, como así lo atestiguan restos de sus cráneos.

No hay que olvidar el hallazgo de huesos en las galerías del claustro, tema ya tratado en el apartado correspondiente a esa zona del edificio.

Entre las piezas metálicas halladas hay clavos, remaches, restos de una llave y un picaporte. Todos ellos realizados en hierro y muy deteriorados

Otras huellas: Vidrio y metal

El metal documentado es escaso, siendo todo de hierro. Los elementos recuperados están en muy mal estado de conservación y en proceso de corrosión muy avanzado. Se trata principalmente de clavos y remaches de diferentes tipos.

Junto a este tipo de piezas encontramos otras como los restos de una llave y un picaporte de ventana o puerta de doble hoja. Otras fragmentos localizados están tan degradados, que no podemos determinar a qué pieza pertenecen.

Otro elemento metálico documentado en hierro son las hebillas de cinturón localizadas en los enterramientos de la esquina noreste de la galería del claustro. Se trata de tres piezas del mismo tamaño y forma circular, pertenecientes al hábito de los frailes. No han sido recogidas, tan sólo se han fotografiado, dejándolas en el mismo lugar en el que aparecieron, ya que estaban en muy mal estado de conservación y formaban parte de los enterramientos.

No han aparecido otros tipos de metales, ni siquiera, cobre, bronce, plomo o latón, así como tampoco se han encontrado piezas tan comunes como cuchillos, cucharas, tenazas, ganchos o tijeras.

Detalle de las hebillas metálicas pertenecientes a los hábitos de los frailes enterrados en el claustro

Por último, apenas ha sido posible recuperar unos fragmentos de cristal, de alguna botella o vaso, en los sondeos realizados en distintas zonas del inmueble, excepto en la entrada a la cueva localizada en la zona de la escalera de emergencia. En este lugar han sido hallados muchos restos de cenizas mezcladas con cerámicas, huesos de comida, escombros y numerosos recipientes de cristal. Estos vidrios se utilizaron para guardar diversos tipos de medicamentos, tanto pastillas como jarabes, agua oxigenada, potasio; y también para colonia, tinta o licores.

Los tamaños son variados, así como las formas, documentándose distintos tipo de botellitas, frascos y pomillos. También hay recipientes de diferentes colores como varios tonos de verde, azul, ámbar y transparente.

Fuente: “Un Convento, Un Instituto, Un Museo”. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha 2005.

Los recipientes de vidrio localizados en la entrada a la cueva han sido numerosos y variados en formas, tamaños y colores

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