Antiguo
Seminario Conciliar de la calle Alarcos. Asaltado por los socialistas de la
capital, fue destinado a Casa del Pueblo en julio de 1936
SE
CONCENTRA LA GUARDIA CIVIL
Comienzan a practicarse algunas
detenciones y el ambiente se carga más y más de negros presagios. Solo se deja
sentir una esperanza en el ánimo de las personas de derechas: la Guardia Civil
está siendo concentrada en Ciudad Real, procedente de todos los pueblos y
sabido es que muchos, por no decir todos, los pertenecientes al Instituto están
identificados con los ideales del Alzamiento. Sin embargo la oposición de un
jefe y la indecisión de otros, hace que no se aproveche esta magnífica
coyuntura y poco a poco, como antes sucedió con los Guardias de Asalto, la
Guardia Civil es trasladada a Madrid, donde se le envía al frente de la sierra.
El día 20 no trae en sí ningún hecho
concreto, que hayamos de incluir en este sucinto relato, si no es la salida de “El
Pueblo Manchego” al servicio del Frente Popular, manchando sus limpias columnas
con instigaciones al crimen y al saqueo.
EL
CORONEL SALAFRANCA, AL LADO DEL GOBIERNO
Sabido es que al producirse el
Alzamiento Ciudad Real no contaba con guarnición. Solamente unos cuantos jefes
y oficiales ocupaban destinos en la Zona y Caja de Recluta. De gobernador
militar actuaba el coronel don Mariano Salafranca, quien había marchado el
mismo sábado 18 a Madrid, no regresando hasta el día 21, después de haber
conocido en la capital de España, los sucesos del Cuartel de la Montaña y de
haber presenciado los desmanes que a ellos siguieron. Amigo personal de Martínez
Barrio, el coronel Salafranca no muestra simpatías por unirse al Movimiento, no
obstante las instancias que recibe de algunos oficiales, concretamente de los
capitanes Calero y Escribano.
Al día siguiente el gobernador militar
de Ciudad Real recibía una orden urgente de presentarse en Madrid, donde se le
encargó una misión de confianza en Badajoz, y ya se consideró ligado a su
suerte a la del gobierno republicano.
Los
comunistas junto a los socialistas, anarquistas y miembros de la C.N.T, fueron
los responsables de los asesinatos que se produjeron en Ciudad Real
LA
CASA DEL PUEBLO AL SEMINARIO
La importancia de los acontecimientos,
hace pensar sin duda a los jerifaltes de la Casa del Pueblo en la necesidad de
instalarse más ampliamente. Y piensan en un gran edificio, que no es otro que
el Seminario Conciliar, a la sazón deshabitado por haber marchado los
seminarista a sus pueblos para las vacaciones de verano. Rápidamente comienza
el traslado y además del citado centro socialista se decide instalar allí
también una especie de tribunal, compuesto por los representantes de los
distintos partidos del Frente Popular y anarquistas y cenetistas, que habían de
ser los que ordenaran en días sucesivos las personas que consideraban como reos
de muerte.
EN
LOS CONVENTOS Y PALACIO EPISCOPAL
No iba a parar aquí la cosa. El Obispo
Prior de las Ordenes Militares, doctor Narciso de Estenaga, recibía angustiado
las noticias de los desmanes rojos en las personas y en los establecimientos
religiosos. No era solo en Ciudad Real sino en la provincia, donde los miembros
de las organizaciones revolucionarias habían comenzado a desalojar a los
frailes y monjas de sus respectivas residencias, dedicándose al saqueo y muchas
veces al crimen. Continuaban diciéndose misas en algunos templos, pero ya con
la natural alarma, pues se conocían las perversas, intenciones de los milicianos
y ya eran de dominio público los sucesos ocurridos en Daimiel y Arenas de San Juan.
Esta
era la justicia de los republicanos. Emitían una orden de detención solo por el
simple hecho de ser de derechas o ferviente católico, los apresados por
milicianos del Frente Popular eran llevados a las checas donde se les
torturaban y acababan con un tiro en la nuca en los famosos “paseíllos”. Esta
es la orden de detención de Fernando Cañizares y su hijo, el primero de ellos
asesinado pocas horas después. Fuente: Causa General.
ULTIMO DÍA DE CULTOS
Con el traslado de la Casa del Pueblo al
Seminario comienza la época de terror. Ya se adivina por los más realistas lo
que ha de acaecer y la impresión pesimista se acentúa cuando se tiene
conocimiento del acuerdo tomado por el comité del Frente Popular, en la noche
del 24 al 25, de clausurar todas las iglesias y conventos, a pretexto de evitar
posibles agresiones cometidas desde los mismos por los “elementos fascistas”. Así
efectivamente, el día de Santiago es el último día en que se celebran cultos en
Ciudad Real y los dirigentes marxistas van destinando cada iglesia a un
menester, después de proceder a su incautación y de cometer sacrilegios con
imágenes y ornamentos.
También es ese día cuando Vidal
Barreiro, que actuaba como gobernador civil, envía una comunicación al Prelado conminándole
a recluirse en dos habitaciones y vigilado por pistoleros, siempre con el
pretexto de garantizar su vida, que un mes después había de ser cortada en las
inmediaciones del rio Guadiana, en compañía de su fiel paje D. Julio Melgar.
Y en este día o en el siguiente fue
también cuando manos sacrílegas destruyeron violentamente el objeto del mayor
amor para los ciudarrealeños: su Patrona, la Santísima Virgen del Prado.
Lector: sin recargar
excesivamente los tintes de la tragedia, he aquí relatados los sucesos de los 8
primeros días del Alzamiento en nuestra capital. Ahora, cuando ya han
transcurrido 10 años, bueno será mostrar nuestro agradecimiento al hombre
providencial que inició la redención de la Patria.
Diario
Lanza, Ciudad Real jueves 18 de julio de 1946
El
criminal Gobernador Civil de Ciudad Real en 1936, Germán Vidal Barreiro,
miembro de la Izquierda Republicana es el responsable del asalto, saqueo y
destrucción del patrimonio religioso y de los asesinatos en los primeros meses
de la Guerra Civil en nuestra ciudad y provincia
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