Revista
Blanco y Negro del año 1902 dedicada al Carnaval, cuya portada es este dibujo
del pintor ciudadrealeño Carlos Vázquez
El 5 de febrero de 1937 en plena Guerra
Civil Española (1936-39), el recién creado Boletín Oficial del Estado, en su
número 108, insertaba una orden circular firmada dos días antes en Valladolid
por el gobernador general, Luis Valdés, y dirigida a todos los gobernadores
civiles de la llamada zona nacional, que venía a prohibir la celebración del
Carnaval. Decía así la circular: “En
atención a las circunstancias excepcionales que atraviesa el país, momentos que
aconsejan un retraimiento en la exteriorización de las alegrías internas, que
se compaginan mal con la vida de sacrificios que debemos llevar, atentos
solamente a que nada falte a nuestros hermanos que velando por el honor y la
salvación de España luchan en el frente con tanto heroísmo como abnegación y entusiasmo,
este Gobierno General, ha resuelto suspender en absoluto las fiestas de
Carnaval.
Y
a estos efectos encarezco a V. E. tome las disposiciones oportunas para su más
exacto cumplimiento, evitando pueda celebrarse ninguna clase de estas fiestas
en días tan señalados en los que nuestro pensamiento debe de estar de corazón
al lado de los que sufren los rigores de la guerra y de los que ofrendan su
vida en defensa de nuestra santa causa de redención”.
El 1 de abril de 1939 el Generalísimo
firmaba en Burgos el último parte de la guerra fratricida y con él la
prohibición de celebrar el Carnaval se volvería a recordar, vía BOE, en 1940:
el Ministerio de la Gobernación insertó la orden, dada el 12 de enero, que
resolvía “mantener la prohibición
absoluta de la celebración de las fiestas del Carnaval”, y recordaba que
habían sido suspendidas en años anteriores, por lo que “no existían razones que aconsejasen rectificar dicha decisión”. Con
esa base, se mantuvo la prohibición y se recordó “a todas las autoridades dependientes” del citado Ministerio el
cumplimiento taxativo de la susodicha orden, prohibición que duro hasta 1975
con el término de la dictadura del General Franco.
Orden
suspendiendo las Fiestas de Carnaval. Boletín Oficial del Estado, 05/02/1937
En Ciudad Real durante la dictadura días previos al Carnaval,
el Gobernador Civil emitía una circular recordando la prohibición de esta fiesta en nuestra provincia. El martes 20 de enero de 1945, el diario “Lanza”
reproduce en su página número 3, en el apartado “Gobierno Civil de la provincia”
la siguiente reseña bajo el titular “Sigue
la suspensión del Carnaval”: “Por la
presente, se hace público para general conocimiento que persiste la suspensión
de las fiestas del carnaval, decretada por Orden de 3 de febrero de 1937, no
pudiendo celebrarse fiesta alguna, que trate de conmemorar a aquellas, desde
los días 10 al 19 del próximo mes de febrero, prohibiéndose asimismo, el uso de
disfraces en las calles y lugares públicos, y los bailes llamados de mascaras.
El Gobernador Civil, Jacobo Roldán”.
Esta misma circular se reproducía año
tras año, siendo muy rígidas en aquellos años cuarenta y relajándose un poco en
los años cincuenta y sesenta. En el año 1951 se publicaba una circular donde se
rebajaba la rigidez de los años cuarenta y se recogía la cuantía de las multas por
infringir dicha orden. El diario “Lanza” la recoge esta circular en la página 2 del sábado día
3 del citado año, en la que se decía lo siguiente: “Este Gobierno Civil ha acordado formular por
la presente Orden Circular, el recordatorio de que continúe en vigor la
supresión de las tituladas Fiestas de Carnaval. En su virtud, debe mantenerse
con todo rigor la prohibición establecida para el uso de dominós, caretas o
disfraces en las calles y lugares públicos y ende todas las clases, así como la de bailes
y diversiones análogas con esa significación e indumentaria. Podrá únicamente autorizarse
de modo excepcional algún baile de sociedad en los círculos o asociaciones
recreativas y culturales de notorio rango local, que tradicionalmente
acostumbran a celebrarse, siempre que no trascienda del seno de la Entidad, ni
se le matice del propio carácter carnavalesco.
Por
la presente Orden Circular se faculta a las Alcaldías de la provincia, para
que, con delegación de éste Gobierno Civil, concedan las autorizaciones
referidas a la celebración de dichos bailes, estrictamente en los casos en que
se produzca la concurrencia de las circunstancias anteriormente determinadas.
Orden
resolviendo mantener la prohibición absoluta de la celebración de las fiestas
del Carnaval. Boletín Oficial del Estado, 13/01/1940
Ha
de advertirse que los señores alcaldes serán directa y personalmente
responsables ante este Gobierno Civil de la inexcusable observancia de las
prevenciones que anteceden, y para que en momento alguno se pueda alegar
ignorancia por los infractores, se servirán las expresadas autoridades locales
dar la mayor difusión a la presente Orden Circular, por bandos, pregones o
demás medios usuales, determinando que cualquier infracción que se produzca e
incluso la mera utilización de disfraces o caretas, originará la imposición de
multa en la cuantía de 250 a 1.000 pesetas a los infractores respectivos, de
cuyos casos las alcaldías deberán dar el oportuno e inmediato conocimiento a
este Gobierno civil, a los efectos que se expresan. El gobernador civil, Jacobo
Roldan Losada”.
En Ciudad Real la respuesta a la
flexibilidad dada en esta nueva orden no se hizo esperar, y el antiguo Gran
Casino solicitó ese mismo año de 1951 permiso para celebrar durante los días de
Carnaval los llamados “bailes de sociedad”, que se celebraron la noche del domingo, lunes y martes de carnaval y otro
infantil de trajes el martes por la tarde. La Junta Directiva del Gran Casino
en la nota publicada también en el diario “Lanza” el sábado 3 de febrero de 1951, anunciando estos
bailes, hace constar que “serán
estrictamente observadas las vigentes disposiciones en vigor para esta clase de
fiestas, por lo que se prohíbe de manera terminante el uso de antifaz o
cualquier otro medio, incluso maquillaje, que tienda a ocultar o desfigurar el
rostro…”.
Por estas normas y disposiciones el
Carnaval callejero ciudadrealeño desapareció de nuestra ciudad, solo celebrándose
los llamados bailes de sociedad los días de Carnaval en el antiguo casino,
bailes que solo estaban al alcance de los socios de este centro, del que
formaba parte la alta sociedad ciudadrealeña.
Con la muerte del General Franco en
1975, la prohibición estatal de suprimir los carnavales desapareció, volviendo
a utilizarse de nuevo la palabra Carnaval en muchas localidades españolas a partir de 1976.
En
el antiguo “Gran Casino” ciudadrealeño, fue el único lugar en nuestra ciudad
que a partir del año 1951 se celebraron las fiestas del Carnaval bajo el nombre
de “Bailes de Sociedad”
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