Invitado por Dª. Bienvenida Pérez
Montejano, ayer impartí en la Asociación Provincial de Amas de Casa,
Consumidores y Usuarios “Calatrava”, cuya sede se encuentra en la calle Corazón
de María número 4, una conferencia sobre la Semana Santa de Ciudad Real durante
el siglo XX.
La conferencia la inicie realizando una descripción
de Ciudad Real a comienzos de siglo XX, y de nuestra Semana Santa que según
Julián Alonso Rodríguez, Cronista Oficial que fue de nuestra villa, en su
magistral Pregón de Semana Santa
pronunciado el Viernes de Dolores 23 de marzo de 1956, nos dice que la Semana
Santa de principios del siglo XX agonizaba, era fea y astrosa. Continuando hablando de la reorganización de nuestra
celebración pasional con la llegada en 1905 del quinto Obispo-Prior, D. Remigio
Gandásegui Gorrochátegui, quien también se puede considerar como el artífice de
la renovación de la Semana Santa ciudadrealeña.
Tras analizar la época de esplendor que sufrió
en los años veinte y treinta, hable del desastre de la Guerra Civil española para
nuestras cofradías y hermandades, a cuyo término en 1939, apenas quedaba algo
de la esplendorosa Semana Santa que procesionó hasta 1935. Tanto la imaginería,
a excepción del Niño Jesús de Santiago y el Niño Jesús de la Merced, había desaparecido, y solo de algunas
hermandades se salvaron túnicas, estandartes y faroles.
Conté como la década de los años
cuarenta fue la época de la reconstrucción de nuestra Semana Santa, siendo la década de los años cincuenta cuando se va
consolidar definitivamente. La crisis de nuestra celebración pasional a últimos
de los años sesenta y principios de los setenta también fue tratada durante la
conferencia, junto al resurgir de nuestra Semana Santa en los años ochenta con
la incorporación de la mujer y los jóvenes costaleros. Termine hablando que la década
dorada de nuestra celebración pasional de los años noventa, para terminar mi
intervención hablando de cómo se encuentra actualmente con una nómina de 24
hermandades y algo más de 15.000 cofrades, la Semana Santa dejo el siglo XX con
grandes temas que deberán abordar sus cofradías, pero con un futuro
esperanzador ante la gran cantidad de ciudadrealeños que siguen inscritos y
trabajando por sus cofradías, habiéndose reconocido su importancia con la
Declaración de Interés Turístico Nacional en 2006.
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