Estampa
Eucarística del siglo XIX
La palabra carnaval viene de carne, y
levare, quitar, o sea, quitar la carne y se celebra en los días que preceden al
comienzo de la Cuaresma. Su origen se remonta a los tiempos pretéritos en los que,
por falta de métodos de refrigeración adecuados, las personas tenían la
necesidad de acabar, antes de que empezara la Cuaresma, con todos los productos
que no se podían consumir durante ese período, no sólo la carne, sino también
la leche, huevos y similares. La alternativa era perderlos.
Con esta excusa, en muchos sitios se
comenzaron a organizar, días antes al Miércoles de Ceniza, fiestas populares
llamadas carnavales, en los que se consumían todos los productos que se podrían
echar a perder durante la Cuaresma. Muy pronto empezó a degenerar el sentido
del carnaval, convirtiéndose en un pretexto para organizar grandes comilonas y
para realizar también todos los actos de los cuales se
"arrepentirían" durante la Cuaresma, enmarcados por una serie de festejos
y desfiles en los que se exaltan los placeres de la carne de forma exagerada,
tal como sigue sucediendo en la actualidad en los carnavales de algunas
ciudades, como en Río de Janeiro o Nueva Orleans.
Justamente, como reacción a los excesos
que se cometían en los carnavales, fue tomando cuerpo en la iglesia el realizar
un triduo de reparación y desagravio por los excesos cometidos, dedicado al
Santísimo Sacramento, llamado Triduo de Carnestolendas o de Carnaval. Esta
celebración durante el Carnaval, con una motivación netamente reparadora, fue
costumbre promovida especialmente por la Compañía de Jesús siguiendo, según
parece, indicaciones hechas por San Ignacio en su lecho de muerte. Esta santa
práctica venía a ser así como un eco del «contra-carnaval» promovido por
Savonarola en Florencia (+1497) y continuado por los dominicos que seguían su
inspiración.
Ciudad Real no iba a ser ajena a la
celebración de este Triduo de reparación y en las tres parroquias que
existieron hasta el siglo XX, se iniciaba el domingo de Carnaval un triduo en
honor a Jesús Sacramentado en desagravio por las ofensas durante los días del
Carnaval, tal y como se hace eco la prensa de principios de siglo de nuestra
ciudad.
Celebración
del Carnaval en Ciudad Real en 1913 en la calle Morería
Este Triduo comenzaba el Domingo de
Carnaval alrededor de las nueve de la mañana, con la exposición del Santísimo,
seguido de la celebración de la Santa Misa, quedando expuesta su Divina
Majestad. A las cinco de la tarde después de haber rezado la estación y el
Santo Rosario, se hacia el Ejercicio a Jesús Sacramentado, cantándose acto
seguido motetes eucarísticos. Después había un sermón y se terminaba reservando
el Santísimo. El Triduo concluía el Martes de Carnaval.
Hay que tener en cuenta que hasta 1936
el Carnaval se celebraba en nuestra ciudad con cierto auge, desapareciendo su
celebración durante la Guerra Civil Española. Al término de esta y durante la
dictadura del General Franco (1939-75), el Carnaval estuvo prohibido en toda
España.
Aunque el Carnaval estuviera prohibido
en España durante la dictadura del General Franco, la iglesia católica siguió
celebrando este Triduo de reparación. En nuestra ciudad los encargados de
realizarlo serian los Jóvenes de Acción Católica. El viernes 2 de febrero de
1951 el diario “Lanza” publicaba en su segunda página la siguiente nota bajo el
titulo “Días de Reparación”:
“Recibimos
la siguiente nota de la Asociación de los Jóvenes de Acción Católica.
El
próximo domingo, día 4, en la iglesia de los Padres Jesuitas darán comienzo
solemnes cultos de reparación a Jesús Sacramentado por los pecados de todas las
clases que en los días de carnaval se cometen.
Portada
del periódico local “El Pueblo Manchego” del sábado 21 de febrero de 1925,
donde se recoge la celebración del Triduo de Reparación al Santísimo en aquel año
en la Parroquia de Nuestra Señora del Prado (Merced)
A
las nueve y media, Misa de Comunión reparadora que será oficiada por el M. I.
señor don Ángel Vázquez Santolino, consiliario Diocesano de los Jóvenes de A.
C. y en la que dirigirá la palabra el Rvdo. P. Juan José Soloaga, director de
las Congregaciones Marianas de San Luis y San Estanislao a cuya Misa están
convocados todos los jóvenes de A. C. y de las Congregaciones de la capital e
invitados las demás ramas de A. C. Hijas de María, María de los Sagrarios,
Apostolado de la Oración y Adoración Nocturna Española, así como los buenos
cristianos que sienten en su alma las ofensas a Jesucristo.
El
Solemne Triduo cuyo programa será publicado en el día de mañana, comenzará a
las 7 y media de la tarde y durante los tres días, quedará expuesto S. D. M.
para la adoración de los fieles.
Los
buenos católicos, los católicos a enteras, los que no conocen las medias
tintas, ni las posturas ambiguas, los que son católicos siempre y no de época
de temporada, de días de figurón, los que se sienten verdaderamente hijos de
Dios y de su Iglesia, deben asistir a estos cultos de reparación y sentir
repugnancia por cualquier acto que signifique conmemoración de las fiestas
paganas del carnaval; la mejor reparación será obtenerse de ellos.
Esperamos
de Ciudad Real y nuestra provincia entera hagan honor al concepto que de buenos
cristianos tenemos y no compaginemos con los “hijos de las tinieblas” sino que
marchemos siempre como “hijos de la luz”. No encendamos ahora una “vela al
demonios” (así se hace los días de carnaval) y después dentro de unos días nos
coloquemos la túnica y el cirio llenándonos de sentimentalismo ante los “pasos
de Semana Santa”.
Todos
a los actos de reparación. Todos con Cristo. Vamos a clasificarnos. A todos
espera Jesús Sacramentado”.
Esta nota refleja la
mentalidad existente entonces en la España nacionalcatólica, que denominaba a
las fiestas del Carnaval, como fiestas de los hijos de las tinieblas. Tras el
Concilio Vaticano II y la llegada de la democracia a España, esta práctica de
la iglesia católica fue desapareciendo poco a poco en España, y de nuestra
ciudad. Actualmente solo en algunas localidades españolas como en Sevilla, se
sigue celebrando.
Diario
Lanza 2 de febrero de 1951, donde se invita a los ciudadrealeños a los “Días de
Reparación”
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