Fotografía
de una carroza de la sociedad musical “La Filarmónica”, representando un
Gramóphono, del Carnaval ciudadrealeño del año 1913, publicada en la revista “Vida
Manchega” el 6 de febrero del citado año
Las Efemérides Manchegas fue una sección
diaria publicada en el periódico provincial Lanza el año 1970 y posteriormente
en 1975, por Francisco Pérez Fernández, catedrático de Historia y colaborador
de dicho periódico, que firmaba con el seudónimo de Antón de Villarreal. Fue
una sección muy seguida por los lectores, que recogía cada día fechas
históricas, conmemoraciones ciudadanas, acontecimientos de la vida local o
provincial, personajes ilustres, artistas y escritores, hechos sociales y
cotidianos, en suma una miscelánea elaborada con gran erudición, sabor
costumbrista y excelente prosa, buen ejemplo de literatura periodística.
La Efeméride Manchega publicada el 24 de
febrero de 1970 en la página número 20 del diario, está dedicada a la decadencia del
carnaval en nuestra ciudad en 1908 y lleva como título “La decadencia del carnaval”
y cuyo texto es el siguiente:
“Aquel
año el carnaval llegó con unos días de retraso respecto al del presente. Pero
el cronista del 1908, como los de ahora –y hay
una diferencia de más de sesenta años-, coincidían en una cosa: en
afirmar la decadencia del carnaval. Es curioso que ya por entonces se hablase
de decadencia de una fiesta que, pese al tiempo y a las circunstancias, todavía
se mantiene y más aún en los pueblos que en las grandes ciudades.
El
periodista arremetía fuerte contra el carnaval callejero y se refería a “los
múltiples mamarrachos con desastrada indumentaria” que vagaban por las calles
de Ciudad Real repitiendo el resabido “¡No me conoces!”. En cambio, se volcaba
en elogios a las mismas fiestas cuando las organizaban y celebraban las “sociedades”
en sus locales, salones o teatros, porque aquellos bailes eran como un oasis de
solaz y esparcimiento en el desierto aburrido y monótono del año. El Casino, el
Círculo Artístico, la Concordia y la Ferro-comercial, celebraban en 1908 sus
fiestas de carnestolendas precisamente por estos días y el cronista recurría al
tópico de “rendir culto a Terpsícore”, manera un tanto cursilona de decir que
la gente bailaba “hasta altas horas de la madrugada”, lo que también es otro
tópico.
Ya
no lo es tanto, aunque el decirla no constituya originalidad -¿hay algo nuevo
bajo el sol?-, esa gran verdad de que el carnaval no es solo unos días y que
los disfraces y caretas nunca servirán para ocultar al hipócrita, al falsario,
al avaro, al egoísta, al usurero, al maldiciente, al embustero, al libidinoso…
porque la máscara que llevan es su propio rostro.
El
aprendiz de periodista –simple aprendiz, pese a su veteranía- recuerda ahora
aquel artículo de Larra ( a quien dedicábamos la efemérides de hace unos días)
titulado “El mundo todo es máscaras: todo el año es carnaval.”
¿Quién
pudo afirmar que el periodismo es “flor de un día”? Ahí está ese artículo de “Fígaro”,
escrito hace ciento cuarenta años. No hay quien mueva la gran verdad de que
estamos rodeados de máscaras, de Tartufos hipócritas, de hombres falsos.
Cierta
la decadencia de la fiesta en 1908, en 1970 y quien sabe en cuántos años más.
Y
cierta también la afirmación del maestro Larra: “¡Todo el año es carnaval!”
ANTON DE VILLARREAL”
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