El pasado sábado, día 11 de febrero, dio comienzo otra de las actividades programadas con motivo del Cincuentenario de la Coronación Canónica Pontificia de la Virgen del Prado y el IV Centenario de la terminación del Retablo mayor: las Visitas a la Catedral.
La Hermandad de la Virgen del Prado,
junto con la Corte de Honor de la Virgen, y la colaboración del Cabildo
Catedralicio, ha querido poner en marcha esta interesante actividad en la que
se muestra con guía, sobre todo, el retablo y el Camarín de Nuestra Señora la
Virgen del Prado.
Así lo ha explicado a Lanza uno de los
promotores y organizadores de esta actividad, Alfonso Doblado, quien ha
explicado que las visitas se llevan a cabo, previa reserva en el teléfono 609
715 702, los sábados por la mañana en dos turnos, con capacidad máxima para 25
personas, en torno a las 11,00 y 12,00 horas. Además, se desarrollarán durante
los meses de febrero, marzo y mayo.
La visita, incide Alfonso Doblado, se
centra sobre todo en la explicación del significado del retablo que, recuerda,
fue tallado y ensamblado por el escultor de origen flamenco Giraldo de Merlo y
pintado y estofado por su cuñado, Juan de Asten, y los hermanos Cristóbal y
Pedro Ruiz Elvira.
Explicó que fue mandado realizar por un
ciudarrealeño, llamado Juan de Villaseca, que hizo dinero en las américas. En
su testamento mandó gastar la cantidad de 10.000 ducados en costear un retablo
mayor para la iglesia de la Virgen del Prado “con unas condiciones muy
específicas, entre ellas que estuviera dedicado a la Madre de Dios, condiciones
que se encuentran recogidas en un contrato que se custodia en el archivo
parroquial de de la iglesia de Santa María del Prado (La Merced)”.
Añade que no se sabe exactamente cuando
se inician las obras del retablo pero sí que se termina en 1617. Destacó
también que su autor, Giraldo de Merlo, lo es también de la catedral de
Sigüenza y del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, siendo el de Ciudad
Real el de mayor tamaño.
Así, en este retablo están representadas
varias escenas de la vida de la Virgen como la Anunciación a María por parte
del ángel Gabriel, la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel, la
Natividad de Jesús o la presentación del Niño Jesús en el Templo, entre otros.
Dividido en banco o predela, tres pisos,
calvario y remate, el retablo desarrolla un programa iconográfico dedicado a la
Virgen María. En la predela, se recogen escenas de la Pasión de Jesús: la
oración del huerto, Jesús ante el Sanedrín, la Flagelación, Coronación de
espinas, el encuentro de Jesús con su madre y la Piedad. En el primer piso,
sostenido por columnas dóricas, se contienen los dos relieves más bellos de
todo el retablo, la Anunciación y la Visitación.
En el segundo piso, los relieves de la
Adoración de los Pastores y de los Reyes Magos. En medio de ellos, y
presidiendo el retablo, se encuentra el trono de la Virgen del Prado.
En el tercer piso, los relieves de la Circuncisión,
la Coronación de la Virgen en el cielo, y la Imposición de la Casulla a San
Ildefonso, “algo típico de Toledo donde se encontraba afincado el escultor
autor del retablo”, explica Alfonso Doblado.
El remate del retablo, la escena del
Calvario, y las virtudes cardinales rodeando a San Miguel arcángel, y el ángel
protector de la ciudad, así como Dios Padre circulado de las Virtudes
teologales.
El
Camarín de la Virgen, de principios del siglo XVIII
Otra parte importante de la visita
guiada a la catedral es el camarín de la Virgen del Prado. Alfonso Doblado
explica que es posterior al retablo, de principios del siglo XVIII, y fue
costeado por un vecino de Ciudad Real, Felipe Muñiz Salcedo, que, muy devoto de
la Virgen, dejó ordenado en su testamento que se terminara el camarín que
inició en vida.
De planta cuadrada, soporta una bella cúpula con su anillo, sostenida
sobre cuatro pechinas adornadas con relieves de los cuatro evangelistas. La
escalera de acceso también es de la misma época.
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