En nuestro diario LANZA del día 9 de
diciembre de 1984, se publicó un artículo escrito por don Ángel Jara y su hijo,
referente a un capítulo de la historia del viejo instituto de "Santa María
de Alarcos".
Me gusto mucho, todo cuanto se escriba
de este Instituto lo leo con gran alegría, pero veo que todavía hay buenas
personas que se interesan por “mi viejo Instituto”: Digo mío, porque en este
centro nací, me crié y estudié, y todo cuanto soy lo aprendí y conseguí
viviendo bajo su techo.
Don Ángel y Angelito, sin ánimo de
molestar les digo, que en los años 20 no era así la fachada del Instituto de
Segunda Enseñanza como dicen en su artículo estaba peor arreglada por no decir
cochambrosa.
En el curso académico de 1927 a 1928,
siendo director del Instituto don Ramón Álvarez Martín, catedrático de Lengua
Francesa y el secretario don Rodrigo Méndez Sánchez, catedrático de Agricultura
consiguieron un buen pellizco del Ministerio (como entonces se decía), para
realizar una obra de consideración en el mencionado Centro.
Arreglaron los tejados, dependencias
interiores y hasta le tocó el turno a la “fachada”. La retocaron y la pintaron
de color caña y de blanco los adornos de los huecos de las ventanas y balcón
principal, el friso como era de piedra también le retocaron y limpiaron muy bien.
Según me contaba mi padre y que yo
recuerdo, de esta obra se hizo cargo el maestro Burgos (abuelo materno de don
Manuel Espadas Burgos, director del Instituto de Estudios Manchegos y etcétera
etcétera). Cito al maestro Burgos porque en aquellos años fue uno de los
maestros de obras de más prestigio de esta ciudad, siéndolo hasta su
fallecimiento que me parece que fue por los años 41 al 43.
A mediados del año 1940 y comienzos del
año 1941, siendo director del Instituto don José Balcázar y Sabariegos, se
hicieron obras importantes en el mencionado centro, se arregló muy bien la
fachada dándole aire más moderno, pues quería que todo estuviese bien arreglado
para celebrar el día 31 de abril de este mismo año el primer Centenario de la
Fundación del Instituto.
En la fotografía que aparece en el
artículo y que es de mi Propiedad, se hizo a Primeros de marzo de 1941 y se
puede apreciar en el dintel de la puerta un rótulo de madera que lo hizo el
maestro carpintero Ángel Díaz en el que dice "Instituto Nacional de Enseñanza
Media "Maestro "Juan de Ávila", nombre con el que se designó al Instituto
por orden ministerial de 23 de marzo del mencionado año, siendo entonces
ministro de Educación Nacional don José Ibáñez Martín.
En la parte superior dé la fachada y a
la derecha justamente donde estaba situada el aula de Lengua y Literatura,
Cátedra que desempeñaba don José, se ve la efigie de la destruida imagen de
Nuestra Señora del Prado en azulejos trianeros que don José en persona encargó
en Sevilla en la fábrica de"' cerámica de Ramos Rejano. También se trajo dos farolillos que según el compro en la calle
de las Sierpes que luego lucieron durante muchos años y a su costa.
Imagen
de la Virgen del Prado en azulejos trianeros en la fachada del instituto
En la parte, baja deja efigie, hay una lapida
en la que dice:
Conmemorando el primer centenario de la
fundación de este Instituto, su director don José Ba1cázar y Sabariegos rinde
este homenaje a la Santísima Virgen del Prado, Patrona de Ciudad Real:
"Monstra te esse matrem; sumat per te preces qui pro nobis natus tulit esse
mus".
Siendo director del Instituto don Manuel
Romero Miguélez, catedrático de Dibujo, se realizaron obras de consideración en
este Centro. Recuerdo que una mañana del mes de enero del año 1974, pasé por la
calle de Caballeros, al mirar hacia el Instituto sentí una alegría muy grande
al ver que era cierto que estaban restaurando por completo este Centro, pero al
mirar hacia el sitio donde tantos años estuvo colocada la imagen de Santa María
del Prado con el objeto de que guardase al Centro bajo su manto protector y ver
construida la pilastra que quitaron antaño para que volviera a guardar la estética
de la facha, comprendí Virgencita, que ya no volvería al sitio que con tanto
amor eligió para ti, mi querido profesor don José Balcázar y Sabariegos.
Lo que sí data con anterioridad a los
años 20, son los dos bancos de piedra que están situados uno a cada lado de la
puerta principal y que en la fotografía sólo sé ve uno, que después el día 20
de diciembre de 1962 siendo alcalde de nuestra ciudad don Victorino
Rodríguez Velasco, mando quitarlos para
poner otros nuevos y darle otro estilo más moderno a la puerta principal de
entrada, cosa que a la vista está no se cumplió.
Recuerdo que ese día 20 de diciembre de
1962, salí por la mañana temprano a por unas diapositivas para don Nicolás Rodríguez
Santana; catedrático de Ciencias Naturales. Al volver a media mañana" vi
con pena, que habían quitado y partido por la mitad los dos viejos bancos de piedra.
No sé qué pasó por mí ¡tantos recuerdos me traían a la memoria!, en ellos descansó
mi padre muchas veces y yo según me contaba mi madre aprendí a dar mis primeros
pasos.
En este año de 1962 era director del
Instituto don José María Martínez Val, catedrático de Geografía e Historia. Lo
saco a relucir porque él también descansó muchas veces en estos bancos y, también
sus hijos aprendieron a dar sus primeros pasos en ellos: José Mari y Rodrigo de
la mano de la abuelita Isabel y Juan Jesús de Gloria su niñera.
No sé por qué, circunstancia don José María
consiguió que desaparecieran estos bancos; pero en fin, no alarguemos más este
artículo y lo pasado, pasado está.
De este pequeño escrito pueden dar fe
dos señores que son muy queridos y respetados por mí y que del Claustro de
Profesores de entonces son los únicos que viven en esta ciudad. Uno es don
Ramón de la Osa Rivero, profesor de Dibujo y secretario del instituto y que
esculpió la lápida que lleva la Virgen del Prado a sus pies, también esculpió
otras lápidas más que en su día hablaré de ellas. Otro es don Ángel Rojas
Dorado, profesor que fue de la Escuela Preparatoria del Instituto.
Maruja
Zorita. Diario “Lanza” domingo 10 de febrero de 1985
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