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sábado, 9 de junio de 2018

EL JARDÍN DEL INSTITUTO (I)



Con este mismo título y en nuestro diario LANZA el día 7 de junio de 1962, publicó con Carlos López Bustos, un artículo estupendo con gran derroche de buen escritor y lleno de sentimiento.

A pesar de mis ínfimas dotes de escritora, voy a ofrecerle paciente lector una pequeña historia del jardín del Instituto Nacional del Bachillerato “Santa María de Alarcos” hasta nuestros días.

Pues bien, de todo es sabido que este centro antes de ser Instituto fue convento de los P. P. Mercedarios, y que este convento tenía un huerto y este huerto dejó de serlo posiblemente por la expropiación del ministro Mendizábal, a las órdenes religiosas de todos sus bienes para el Estado en el año 1836.

El día 21 de abril de 1841 por real decreto se fundó el Instituto, pero hasta el día 1º de noviembre de 1843, no empezó su actividad docente.

Como es de suponer, el recreo de los alumnos se haría en este huerto. Al Claustro de profesores no debió parecerle este lugar acto para el menester, puesto que solo seria en invierno un barrizal y en verano una polvisca con un solo árbol (un alianto que yo conocí) para resguardarse del rubicundo Febo.

En 1847, siendo director de Instituto don Nicolás Pasalodos, y por sugerencia de don Raimundo Canencia, catedrático de Historia Natural, se acordó transformar este huerto en jardín botánico. A los pocos días se procedió al arreglo del jardín haciéndose paseos, plantándose 40 árboles de sombra y formando 28 cuadros para sembrar semillas que proporcionó don Raimundo con este objeto.


Estaba dividido en dos partes: una de 1.306 metros que da vista a la calle de Caballeros y callejón de la Merced, con verja de madera pintada de verde y su puerta principal de entrada (anteriormente la puerta de acceso al Instituto estaba situada dando vistas a la Plazuela de la Merced, justamente en la ventana de la entonces aula número 5 que queda al lado de la puerta de la iglesia); y otra mucho más pequeña de 280 metros donde estaba la noria. El agua de la noria no era muy abundante, ni muy buena, pues estaba cargada de diferentes sales calizas. A pesar de esto, se cultivaron plantas pertenecientes a las familias de las Ranunculáceas, Malváceas, Jazminaceas, Lilláceas… y Cucurbitáceas, que por cierto estas últimas, en esta casa, en junio y septiembre, maduran en abundancia.

Poco a poco fue tomando incremento el jardín, hasta tal punto, que tuvieron que contratar a un jardinero y del primero que tengo noticias se llamó con Segundo Domínguez (anteriormente  cuidaban el jardín el catedrático de Historia Natural junto con los alumnos).

Cesó en su cargo don Segundo, por tener que ausentarse de la ciudad, ocupando la plaza vacante el señor Felipe Briñas que tras muchos años de servicio tuvo que cesar por imposibilidad física, siendo nombrado de nuevo don segundo Domínguez.

En el año 1877, siendo director don Genaro López, y aprovechando las cantidades consignadas en el material se habilitó la puerta de hierro que daba salida a este edificio a la calle de Caballeros, se reparó la verja, de madera, y para mejor aprovechamiento del jardín de este Instituto como Escuela Botánica, se dividió en 28 eras para representar otras tantas familias de plantas y arbustos.


Esta reforma no hubiera podido completarse sin la generosidad de don Enrique Calleja, ingeniero jefe de los Talleres de Ferrocarril de Badajoz, que regaló ocho pies de árbol y el abono necesario para el expresado jardín. También es digno de mención el obsequio de una hermosa colección de thullas de tres años, hecho por don Eustaquio Salto en el año 1881.

En 1883 fueron nombrados jardineros mayores del Botánico de Valencia, don Eduardo Boscá, catedrático de Historia Natural y don Ricardo Urrutia, catedrático: de Física, cito a estos señores, porque a ellos se debió que el jardín tuviera cuatro acacias rosa (que tanto gustaban a don Ramón de la Osa), Morales, Aliantos, y un sin fin de plantas procedentes de Valencia, que  según el decir de las gentes eran una preciosidad (de esta época es el árbol gordo del patio).

En 1892, siendo director don Félix Sabariegos y por iniciativa del catedrático de Historia Natural don Eloy Blanco del Valle, se llevaron a cabo grandes reformas en el jardín botánico, Se pusieron en los arreates nuevas líneas de ladrillos, distribuyéndose las plantas conforme a la clasificación de Ph. Van Tieghem, aumentándose con 260 especies distintas de las que venían cultivándose de atrás, y  debidas a los señores Bolívar y director del Botánico de Madrid.


Siendo director don José Malaguilla y secretario don Ramón Álvarez catedrático de Lengua Francesa en el año 1895, se procedió a la construcción de una alberca nueva, y se puso el artefacto de la noria en disposición de que prestara los servicios a que se la destinaba. En este mismo año y a primeros de junio falleció el jardinero don Segundo Domínguez, reemplazándole el día 25 del mismo mes don Juan Martín.

Surge un hecho digno de mención en el afro 1896, el director don Federico Gamo y el secretario don Vicente Calatayud, catedrático de Lengua Latina pidieron ayuda a las personalidades de la provincia más influyentes en la política entre ellos puedo citar al Excmo. señor Conde de la Cañada, conocidísimo de todos pues bien, apoyados por estos señores,  consiguieron del ministro de Fomento por real decreto de 21 de noviembre; de este mismo año, un crédito extraordinario suficiente para terminar las obras proyectadas. Como consecuencia de este crédito, se instaló sobre sólido basamento de ladrillo y piedra de sillería, la magnífica verja de hierro que circundaba el jardín, se colocó la puerta principal de entrada sobre gruesos y elegantes sillares, y para mejor servicio de la casa, se dio entrada al jardín con una hermosa puerta, de hierro por la parte que daba al callejón del Instituto. Posteriormente se hizo otra puerta nueva a la calle de la Rosa para el servicio del jardín; pues no podía verse sin disgusto grande cómo las caballerías encargadas del riego entraban y salían por la puerta  principal del Instituto.

En el año 1902, queda cesante de su cargo el jardinero don Juan Martín por falta de medios económicos en el centro por esta causa vuelven a encargarse del arreglo del jardín los catedráticos de Historia Natural don José Peña y de Agricultura don Eduardo Martín del Amo junto con los alumnos. 


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