Con este mismo título y en nuestro
diario LANZA el día 7 de junio de 1962, publicó con Carlos López Bustos, un
artículo estupendo con gran derroche de buen escritor y lleno de sentimiento.
A pesar de mis ínfimas dotes de escritora,
voy a ofrecerle paciente lector una pequeña historia del jardín del Instituto
Nacional del Bachillerato “Santa María de Alarcos” hasta nuestros días.
Pues bien, de todo es sabido que este
centro antes de ser Instituto fue convento de los P. P. Mercedarios, y que este
convento tenía un huerto y este huerto dejó de serlo posiblemente por la
expropiación del ministro Mendizábal, a las órdenes religiosas de todos sus
bienes para el Estado en el año 1836.
El día 21 de abril de 1841 por real
decreto se fundó el Instituto, pero hasta el día 1º de noviembre de 1843, no
empezó su actividad docente.
Como es de suponer, el recreo de los
alumnos se haría en este huerto. Al Claustro de profesores no debió parecerle
este lugar acto para el menester, puesto que solo seria en invierno un barrizal
y en verano una polvisca con un solo árbol (un alianto que yo conocí) para
resguardarse del rubicundo Febo.
En 1847, siendo director de Instituto
don Nicolás Pasalodos, y por sugerencia de don Raimundo Canencia, catedrático de
Historia Natural, se acordó transformar este huerto en jardín botánico. A los
pocos días se procedió al arreglo del jardín haciéndose paseos, plantándose 40
árboles de sombra y formando 28 cuadros para sembrar semillas que proporcionó
don Raimundo con este objeto.
Estaba dividido en dos partes: una de
1.306 metros que da vista a la calle de Caballeros y callejón de la Merced, con
verja de madera pintada de verde y su puerta principal de entrada
(anteriormente la puerta de acceso al Instituto estaba situada dando vistas a
la Plazuela de la Merced, justamente en la ventana de la entonces aula número 5
que queda al lado de la puerta de la iglesia); y otra mucho más pequeña de 280
metros donde estaba la noria. El agua de la noria no era muy abundante, ni muy
buena, pues estaba cargada de diferentes sales calizas. A pesar de esto, se
cultivaron plantas pertenecientes a las familias de las Ranunculáceas, Malváceas,
Jazminaceas, Lilláceas… y Cucurbitáceas, que por cierto estas últimas, en esta
casa, en junio y septiembre, maduran en abundancia.
Poco a poco fue tomando incremento el jardín,
hasta tal punto, que tuvieron que contratar a un jardinero y del primero que
tengo noticias se llamó con Segundo Domínguez (anteriormente cuidaban el jardín el catedrático de Historia
Natural junto con los alumnos).
Cesó en su cargo don Segundo, por tener
que ausentarse de la ciudad, ocupando la plaza vacante el señor Felipe Briñas
que tras muchos años de servicio tuvo que cesar por imposibilidad física,
siendo nombrado de nuevo don segundo Domínguez.
En el año 1877, siendo director don Genaro
López, y aprovechando las cantidades consignadas en el material se habilitó la
puerta de hierro que daba salida a este edificio a la calle de Caballeros, se
reparó la verja, de madera, y para mejor aprovechamiento del jardín de este
Instituto como Escuela Botánica, se dividió en 28 eras para representar otras
tantas familias de plantas y arbustos.
Esta reforma no hubiera podido completarse
sin la generosidad de don Enrique Calleja, ingeniero jefe de los Talleres de Ferrocarril
de Badajoz, que regaló ocho pies de árbol y el abono necesario para el expresado
jardín. También es digno de mención el obsequio de una hermosa colección de
thullas de tres años, hecho por don Eustaquio Salto en el año 1881.
En 1883 fueron nombrados jardineros mayores
del Botánico de Valencia, don Eduardo Boscá, catedrático de Historia Natural y
don Ricardo Urrutia, catedrático: de Física, cito a estos señores, porque a
ellos se debió que el jardín tuviera cuatro acacias rosa (que tanto gustaban a
don Ramón de la Osa), Morales, Aliantos, y un sin fin de plantas procedentes de
Valencia, que según el decir de las gentes
eran una preciosidad (de esta época es el árbol gordo del patio).
En 1892, siendo director don Félix Sabariegos
y por iniciativa del catedrático de Historia Natural don Eloy Blanco del Valle,
se llevaron a cabo grandes reformas en el jardín botánico, Se pusieron en los arreates
nuevas líneas de ladrillos, distribuyéndose las plantas conforme a la
clasificación de Ph. Van Tieghem, aumentándose con 260 especies distintas de
las que venían cultivándose de atrás, y
debidas a los señores Bolívar y director del Botánico de Madrid.
Siendo director don José Malaguilla y
secretario don Ramón Álvarez catedrático de Lengua Francesa en el año 1895, se procedió
a la construcción de una alberca nueva, y se puso el artefacto de la noria en
disposición de que prestara los servicios a que se la destinaba. En este mismo
año y a primeros de junio falleció el jardinero don Segundo Domínguez,
reemplazándole el día 25 del mismo mes don Juan Martín.
Surge un hecho digno de mención en el
afro 1896, el director don Federico Gamo y el secretario don Vicente Calatayud,
catedrático de Lengua Latina pidieron ayuda a las personalidades de la provincia
más influyentes en la política entre ellos puedo citar al Excmo. señor Conde de
la Cañada, conocidísimo de todos pues bien, apoyados por estos señores, consiguieron del ministro de Fomento por real
decreto de 21 de noviembre; de este mismo año, un crédito extraordinario
suficiente para terminar las obras proyectadas. Como consecuencia de este
crédito, se instaló sobre sólido basamento de ladrillo y piedra de sillería, la
magnífica verja de hierro que circundaba el jardín, se colocó la puerta
principal de entrada sobre gruesos y elegantes sillares, y para mejor servicio
de la casa, se dio entrada al jardín con una hermosa puerta, de hierro por la
parte que daba al callejón del Instituto. Posteriormente se hizo otra puerta
nueva a la calle de la Rosa para el servicio del jardín; pues no podía verse
sin disgusto grande cómo las caballerías encargadas del riego entraban y salían
por la puerta principal del Instituto.
En el año 1902, queda cesante de su cargo
el jardinero don Juan Martín por falta de medios económicos en el centro por
esta causa vuelven a encargarse del arreglo del jardín los catedráticos de
Historia Natural don José Peña y de Agricultura don Eduardo Martín del Amo
junto con los alumnos.
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