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viernes, 29 de noviembre de 2013

“EL OBISPO DEBE CONDUCIR, QUE NO ES LO MISMO QUE MANDONEAR”



Se cumplen ocho meses del pontificado del Papa Francisco, ocho meses  en los cuales el Santo Padre nos ha dejado claro cuál es su forma de pensar, con frases muy significativas  sobre diversos temas. Uno de ellos es el  modelo de Obispo que ha trazado en sus discursos a los nuncios, a los alumnos de la academia diplomática del Vaticano y a los obispos americanos durante la JMJ de Río de Janeiro.

El pasado mes de julio en Río de Janeiro, en el discurso que dirigió al Comité de Coordinación del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), formado por 45 Obispos de América Latina, el Santo Padre dijo que "El obispo debe conducir el rebaño, que no es lo mismo que mandonear".

"Los obispos han de ser pastores, cercanos a la gente, padres y hermanos, con mucha mansedumbre; pacientes y misericordiosos. Hombres que amen la pobreza, sea la pobreza interior como libertad ante el Señor, sea la pobreza exterior como simplicidad y austeridad de vida. Hombres que no tengan “psicología de príncipes”, dijo Francisco.

Los Pastores, Obispos y Presbíteros, ¿tenemos conciencia y convicción de la misión de los fieles y les damos la libertad para que vayan discerniendo, conforme a su proceso de discípulos, la misión que el Señor les confía? ¿Los apoyamos y acompañamos, superando cualquier tentación de manipulación o sometimiento indebido? ¿Estamos siempre abiertos para dejarnos interpelar en la búsqueda del bien de la Iglesia y su Misión en el mundo?”.

También alertó sobre el "clericalismo" bajo el cual la Iglesia proyecta una imagen de poder y privilegios, mientras el papel del laico es simplemente rezar y obedecer.

 “¿Superamos la tentación de atender de manera reactiva los complejos problemas que surgen? ¿Creamos un hábito pro-activo? ¿Promovemos espacios y ocasiones para manifestar la misericordia de Dios? ¿Somos conscientes de la responsabilidad de replantear las actitudes pastorales y el funcionamiento de las estructuras eclesiales, buscando el bien de los fieles y de la sociedad?”.

"Pastoral es el ejercicio de la maternalidad de la Iglesia. A veces nos olvidamos de eso y la pobre es madrastra", dijo el papa, arrancando risas entre los obispos.



El pasado mes de septiembre en una audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Papa reflexionó en su discurso a un grupo de Obispos recién nombrados, sobre la primera carta de San Pedro: «Apacienten el Rebaño de Dios, que les ha sido confiado; velen por él, no forzada, sino espontáneamente, como lo quiere Dios; no por un interés mezquino, sino con abnegación; no pretendiendo dominar a los que les han sido encomendados, sino siendo de corazón ejemplo para el Rebaño». ¡Que estas palabras -afirmó el Pontífice- sean esculpidas en su corazón! Estamos llamados a ser pastores no de nosotros mismos, sino del Señor y no para servirnos a nosotros mismos, sino al rebaño que se nos ha confiado. Y les explicó a los Obispos qué significa “pacer”, comentando tres breves pensamientos: «pacer significa: acoger con magnanimidad; caminar con el rebaño; y estar siempre al lado del rebaño».

“Los obispos y sacerdotes deben ser pastores y no lobos rapaces”

El Papa solicitó durante una de sus misas diarias en la capilla de Santa Marta, su residencia en el Vaticano, que los fieles dediquen sus oraciones para que los curas y obispos no cedan a la avaricia del dinero y el poder, para que “sean pastores y no lobos rapaces".

"Cuando el obispo o el sacerdote se aprovechan del rebaño, cambian las tornas; ya no es que trabajan para el pueblo, sino que se aprovechan del pueblo", advirtió a los religiosos y personal del Vaticano que le escuchaban. Añadió que entrar en el “carrerismo [competición] y causan mucho daño a la Iglesia".

"Hacen el ridículo y, aunque se vanaglorian y se gustan sentirse poderosos, el pueblo no les ama. Por ello, rezad por nosotros, para que seamos humildes, mansos, al servicio del pueblo", pidió.




“La Iglesia no es la niñera de los cristianos”

A mediados de abril incidió en una idea que ha marcado repetidos discursos. Los fieles, opina, no deben esperar a que un sacerdote les diga lo que deben hacer.

Cuando hacemos esto, la Iglesia se convierte no en madre, sino en niñera, que cuida al niño para adormecerle. Tenemos que pensar en el bautismo y en nuestra responsabilidad de bautizados [para anunciar a Cristo]".

También el Papa Francisco ha sido claro con el clericalismo que vive la iglesia. “Cuando me topo con un clerical, me vuelvo de repente anticlerical. El clericalismo no debería tener nada que ver con el cristianismo. San Pablo fue el primero que habló con los paganos, con los gentiles, con los creyentes de otras religiones, y fue el primero en ensenárnoslo”, manifestó Francisco en una entrevista al diario «La Repubblica» publicada el pasado 1 de octubre.

En el mensaje videograbado que dirigió con motivo de un encuentro Guadalupano en Mexico hace quince días, arremetió contra el clericalismo porque hace mucho daño a la iglesia y consideró que es una barrera para el desarrollo de la madurez y la responsabilidad cristiana.

la actitud del verdadero pastor no debe ser la de príncipe, o la de un mero funcionario, atento principalmente a disciplinar, a lo reglamentario, a los mecanismos organizativos”. Eso, alertó, lleva siempre a una pastoral distante de la gente.

En la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, Bergoglio critica a los que están ligados a «cierto estilo católico propio del pasado». Además, el pontífice sostiene que la Eucaristía «no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles, para que los que busquen a Jesús lo encuentren, pues si algo ha de inquietar es que tantos hermanos vivan sin la amistad de Jesús».

En pleno siglo XXI cuando el Papa Francisco pide un cambio profundo en el seno de la iglesia, hay obispos que como recuerda el Santo Padre actúan como príncipes, se vanaglorian y se gustan sentirse poderosos, pero como afirma Bergoglio el pueblo no les ama.


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