El
Monasterio de las Madres Dominicas de la calle Altagracia, en un lienzo del
pintor ciudadrealeño Vicente Martín Sánchez
Los últimos días del pasado mes de
octubre, realice varias entradas en el blog sobre la desaparición del antiguo
monasterio de las Madres Dominicas de la calle Altagracia. En estos próximos
días, voy a completar las mismas, con las obras históricas-artísticas que se
salvaron de su destrucción y que son grandes desconocidas por todos los
ciudadrealeños.
Una
muestra de las cerámicas que había en diferentes dependencias del viejo monasterio
del siglo XV
De las magnificas cerámicas que poseía el viejo monasterio de los siglos XVI-XVII, que se encontraban por diferentes dependencias
del mismo, durante su demolición se realizó una muestra
recopilatoria de las mismas, que fueron colocadas en una pared de la clausura del actual
monasterio en la calle San Martín de Porres.
Santo
Domingo de Guzmán, fundador de la Orden Dominica
Entre estas cerámicas salvadas de su
destrucción se encuentran varias con decoración de hojas, destacando tres en
particular, una en la que se representan dos espadas y tres coronas, en alusión
a la teoría de las dos espadas (la espiritual y la material), siendo las otras
dos cerámicas las imágenes de Santo Domingo de Guzmán y San Lorenzo Mártir.
Cerámica
con la simbología de las dos espadas
Del fabuloso claustro que contaba el
monasterio, con las columnas en piedra y capiteles con los escudos de la orden
de Santo Domingo y las armas de la fundadora del monasterio, se conservan en el
actual monasterio de la calle San Martín de Porres dos columnas con sus
correspondientes capiteles labrados, sujetando un porche interior de esta nueva
edificación. Parece ser que el resto de columnas y capiteles blasonados, fueron
vendidos por el constructor que demolió el monasterio, encontrándose las mismas
adornando un chalet en Piedrabuena.
San
Lorenzo Mártir
Las rejas de hierro forjado tanto de la
actual iglesia como de la sala de visitas, son del antiguo monasterio de la
calle Altagracia. Rejas del siglo XVI, teniendo la reja que comunica el
monasterio con la iglesia, el escudo de la orden dominica en hierro forjado y
pintado en el color de la orden.
Antigua
columna y capitel con el escudo de la orden de Santo Domingo, en un porche del
actual monasterio
El antiguo Monasterio de Nuestra Señora
de Alta Gracia, tenía varias dependencias del mimo con artesonados del siglo
XVI, destacando entre ellos los de la escalera y refectorio. Una pequeña parte
de estos artesonados, fue salvada por el Arcediano de la Catedral, Monseñor Aurelio
Gómez-Rico Martín de Almagro, que era a la vez el Mayordomo del Camarín de la
Virgen del Prado. En su afán de enriquecer el camarín de nuestra patrona, D.
Aurelio consiguió que se desmontara parte del artesonado de la escalera y fuera
colocado en la sacristía del camarín de la Virgen del Prado.
Columna
y capitel con las armas de la fundadora del monasterio, Dª Mencía Alonso de Villaquirán
Sabemos por las referencias que hacen
los cronistas del viejo monasterio, que este contaba con pinturas de interés.
Algunas de estas pinturas se salvaron de su destrucción durante la Guerra Civil
Española, entre ellas un óleo sobre lienzo del siglo XVII, que se expone en el
Museo Diocesano, de la escuela sevillana. Atribuido a fray Juan Bautista Mayno
(1581-1649). La composición recoge el momento del diálogo mediante el que la
Virgen María junto a María Magdalena y Santa Catalina entrega a fray Lorenzo da
Grottaria el lienzo con la figura de Santo Domingo de Guzmán.
Reja
del siglo XVI que comunica las dependencias monásticas con la iglesia del
actual monasterio
María señala con el dedo índice de su
mano derecha el lienzo desplegado que el ángel sostiene con dos dedos de ambas
manos con el retrato de Santo Domingo, representado con un lirio y un libro de
encuadernación roja, los tonos de las amplias vestiduras son cálidos, con manto
azul de realeza y túnica roja de maternidad de su Hijo Redentor. Está tocada
con velo ligero –tanto en su volumen como en su textura- que arropa la belleza
del rostro.
Reja
del siglo XVI de la sala de visitas
La figura de fray Lorenzo da Grottaria,
está en actitud de reverencia ante el milagro; los rostros son delicados pero
con un cierto vigor realista. Es una de las versiones que realizó Mayno y que
fue objeto de numerosas copias lo que da fe de su popularidad.
Artesonado
de la actual sacristía del camarín de la Virgen del Prado, que perteneció al
antiguo Monasterio de las Madres Dominicas
En las paredes del actual monasterio también
colgaban diferentes óleos de gran antigüedad y valor artístico, que tras las
marcha de las Madres Dominicas, han sido depositados en el Museo Diocesano.
Lienzo
del siglo XVII, que se expone en el Museo Diocesano, de la escuela sevillana.
Atribuido a fray Juan Bautista Mayno (1581-1649)
También se salvo de su destrucción, la
puerta de entrada a la iglesia del viejo monasterio, de la que me ocupare en la
entrada de mañana martes en este blog.
San
Joaquín y la Virgen Niña. Obra anónima realizada entre el siglo XVII y XVIII
Crucificado
que se exponía actualmente en el coro del monasterio y que presidió también el
altar mayor del viejo monasterio de la calle Altagracia, tras la Guerra Civil
Española, actualmente ha pasado a formar parte de las obras del Museo Diocesano
Antigua
pintura de Santo Domingo de Guzmán orando ante el crucificado, donde lo vemos
en movimiento de descender y ascender ante el crucificado
San
Jerónimo Penitente
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