Se celebró la romería al Templo de
Nuestra Señora de Alarcos, que desde antiguos tiempos tiene lugar el lunes
siguiente a la Pascua de Pentecostés.
Esta fecha no debe confundirse con la
fecha 19 de julio de 1195 en que desgraciadamente el ejército cristiano, que mandaba
el rey de Castilla Alfonso VIII, fue completamente derrotado por el numerosísimo
de los moros peninsulares y africanos a cuya cabeza iba el emperador de
Marruecos Yusub.
Esta terrible batalla tuvo lugar en los
alrededores de la villa de Alarcos, en la parte del cerro donde está la Iglesia
que mira a Poblete y Villadiego, o sea al lado contrario de donde está la
carretera que conduce al puente sobre el rio Guadiana.
No vamos a describir como fue la derrota
de Alarcos esto lo dejamos para el próximo día 19 de julio.
Si hablaremos del viejo Santuario de la
Virgen de Alarcos donde tuvo lugar la misa y solemne función de Nuestra Señora,
con asistencia de todas las autoridades de la capital y pueblos comarcanos,
como Valverde, Poblete, Alcolea, Benavente, Galiana, etc.
Al entrar por la puerta y a su izquierda se ve el antiguo aljibe que
recoge las aguas pluviales, de la Iglesia y a la derecha el atrio cubierto,
frontero a esta, llamando la atención las diez columnas que sostienen su
techumbre todas ellas de esculpidos capiteles románicos o bizantinos.
Estas raras columnas de indudable
antigüedad anterior al Templo, debieran pertenecer a otra Iglesia, tal vez la
primitiva cristiana, que debió edificarse sobre la basílica romana y quién sabe
si pertenecieron a una mezquita durante la dominación romana.
Por el exterior del Templo se admira en
el imafronte o pies del mismo un magnifico rosetón, de gran parecido con el que
tiene nuestra Catedral y por bajo una puertecita ojival, de alguna Iglesia más
pequeña que la que hoy contemplamos.
La Iglesia es de tres naves, en la que
vimos esos techos o cielos rasos que desdicen del trazado de todo el monumento
por su modernidad.
Hemos conocido encima de estos techos
algunos restos del artesonado policromado que tuvo antes de realizarse estas
herejías artísticas.
Las dos capillas ya reformadas
recientemente, tenían también artesonados de colores y cada una en el centro
del techo un cuadro pintado de arcaica manera.
Uno de ellos está hoy en el archivo del Excelentísimo
Ayuntamiento muy borroso y deteriorado.
Los altares y retablos que hemos
conocido, eran modernos y de pésimo gusto, así como toda la decoración de la
Iglesia.
La Virgen que había antes de la guerra
era de piedra no muy finamente tallada y la actual es una de tantas bonitas
imágenes como vemos en todos los Templos.
Este Templo de Nuestra Señora de Alarcos
merece una esmerada restauración dentro de su estilo entre el siglo XIII y el
XIV.
Emilio
Bernabeu. Cronista de Ciudad Real (Diario Lanza, nº 3920, miércoles 1 de junio
de 1955, página 2)
No hay comentarios:
Publicar un comentario