Ayer, sobre las doce de mediodía, se
hundió como consecuencia de las persistentes lluvias, el viejo Torreón del
Alcázar, únicos restos del antiguo Palacio que mandó construir el fundador de
Ciudad Real, el rey Alfonso X el Sabio, y donde murió el infante don Fernando,
primogénito del monarca, en el año 1275.
Tenemos noticias que el propietario de
los terrenos donde se hallaba enclavado, ha tenido la preocupación de numerar
las piedras, al comprobar el estado ruina inminente en que se encontraba esta
reliquia de la historia de Ciudad Real, por lo que será posible efectuar su
reconstrucción en momento oportuno.
En varias ocasiones nuestro periódico se
ocupó del Torreón del Alcázar, solicitando se le prestara la atención que, como
monumento histórico, se merecía.
También en numerosas ocasiones se había
solicitado que el Torreón fuera declarado monumento histórico nacional.
El presidente de la Comisión de
Monumentos, académico Dr. D. José María Martínez Val, al enterarse del estado
en que han quedado los restos del Torreón del Alcázar, nos comunica lo
siguiente:
Que él, en su calidad de presidente del
organismo conservador y custodio de los monumentos de esta provincia, y por
tanto, del Torreón del Alcázar y a su pesar de no ser monumento histórico artístico
nacional y de quedar fuera de su jurisdicción, se dirigió a la Dirección
general de Bellas Artes al Ayuntamiento de Ciudad Real manifestando el
indudable interés que tenían dichos restos así como su conservación. Estas
gestiones han sido reiteradas varias veces, sin que hasta la fecha, se hubiera
logrado su restauración o traslado a otro lugar de la ciudad, como parecía ser
el proyecto del Ayuntamiento.
Diario
“Lanza” martes 2 de enero de 1962, página 2
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