El Excmo. Sr. Gobernador Civil y Jefe
Provincial del Movimiento, supo recoger con su gran sensibilidad artística la
campaña realizada por LANZA por los señores Bernabeu y Alonso, acerca del
estado ruinoso en que se hallaba el Torreón del Alcázar, único resto del
palacio que en Ciudad Real edificaría su Rey fundador.
El Sr. Del Moral supo transmitir su
interés al señor Pérez Villanueva, Director General de Enseñanza Universitaria,
en una de sus últimas visitas a nuestra ciudad y etc., haciéndola suya ha
gestionado el fin que se perseguía, consiguiendo que en el día de ayer, el
Gobernador recibiera la siguiente comunicación:
Ministerio
de Educación Nacional.
Dirección
General de Bellas Artes, Tesoro Artístico.
Excmo.
Señor:
Por
el Decreto-Ley de 22 de abril de 1949 se establece la debida protección y
conservación de Castillos españoles, con las mismas características legales de
la Ley general de defensa y protección del Patrimonio Artístico Nacional.
Dentro
de este rico patrimonio, que constituye nuestro mejor tesoro artístico y
representa la más fiel evocación de nuestro pasado histórico, está incluido el
Torreón del Alcázar de esta Capital que de esta forma quedo incorporado al
Patrimonio común por su propio carácter representativo en la historia de esa
ciudad.
Celebrándose
ahora el VII Centenario de la fundación de Ciudad Real por el Gran Rey Alfonso
el Sabio, desea la Dirección General de Bellas Artes manifestar su mejor
homenaje de adhesión al mismo, subrayando la protección que merece el referido
Torreón como su Alcázar, poniendo así de relieve su importancia artística e
histórica, al tiempo que se congratula del cuidado con que la Ciudad viene protegiendo
este vivo testimonio de su pasado histórico.
Dios
guarde a V. E. muchos años.
Madrid
18 de febrero de 1955.
El
Director General.
Firmado:
ANTONIO GALLEGO BURIN. Hay un sello en tinta que dice: Ministerio de Educación
Nacional, Dirección General de Bellas Artes.
Al
pié dice: “Excmo. Sr. Gobernador Civil de Ciudad Real”.
Diario
“Lanza” sábado 19 de febrero de 1955, página 4.
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