La
puerta del torreón del Alcázar en 1953
Para
el Excelentísimo Sr. D. Jacobo Roldán Losada, Gobernador Civil de Ciudad Real
Aunque sé que sois conocedor de nuestra
historia y por ser presidente nato de la Comisión provincial de Monumentos
Artísticos e Históricos a vos me dirijo, pues tenéis dados más que suficientes
testimonios de una incomparable magnificencia y de un elevado interés por la
Mancha.
Se trata de que está a punto de caerse,
pues es un verdadero milagro que se sostenga más ni un solo día, la reliquia
más venerable del glorioso pasado de Ciudad Real: La Puerta del que fue Alcázar,
Palacio del fundador de esta Capital, el rey Alfonso X el Sabio.
Al levantar este insigne monarca, sobre
el Pozuelo de don Gil, Villa Real, en 1255, se hace constar lo mismo en la
crónica de su reinado que en los documentos del Archivo de nuestro
Ayuntamiento, que lo primero que ordena, es la construcción de su Alcázar.
Estaba situado en la parte más alta de
la población, como puede verse, y debió tener gran extensión, por el perímetro que
hoy se aprecia fácilmente.
Puede decirse que desde la Puerta de
Granada hasta donde se alza hoy el edificio del Reformatorio de Menores,
teniendo por límite ese largo trayecto por la carretera de ronda o
circunvalación, hasta la tapia o muralla que rodea por N. y S. el predio donde
existe la famosa portada objeto de este artículo.
Está finca que fue del Marqués de
Villamediana, al ver hará unos cincuenta años su estado ruinoso, a sus expensas
fortificó la celebrada Puerta del Alcázar y así se ha sostenido casi hasta
nuestros días.
No ha mucho tuve noticias por un
visitante, que acompañó a un ilustrado turista arrecorrer los pocos restos
históricos y artísticos de Ciudad Real, de que había inmediatamente que ponerle
puntales u otros remedios para que no se desmoronase la vetusta Puerta del
Alcázar.
Me puse al habla con el compañero de
Academia y de la Comisión de Monumentos de la provincia, el M. I. Señor Dr. D.
Emiliano Morales, vicedirector del Instituto de Enseñanza Media y Canónigo de
la Santa Iglesia Prioral, pero por su estado casi grave entonces, hoy por
desgracia fallecido hace pocos días, ha sido la causa de que no se haya podido
cumplir nuestro proyecto de visitar al magnánimo Gobernador Civil, en el que teníamos
fundadas esperanzas que había de poner remedio, con muy poco dinero, creemos
que unos cientos de pesetas lo más a que se derrumbe tan preciado monumento de
la historia local.
Una
foto de los restos del Alcázar del siglo XIX
Señor: Por esa Puerta entró repetidas
veces el rey Alfonso X el Sabio y desde ese Alcázar dirigió sus embajadores al
monarca francés San Luis, pidiéndole en matrimonio a su hija para su
primogénito el Infante D. Fernando de la Cerda.
Este mismo en 1275, falleció casi
repentinamente en dicho Palacio, cuando se disponía con sus tropas a guerrear
contra los moros de Andalucía. En el mismo sitio se hizo proclamar primer
heredero su hermano Sancho IV el Bravo, en perjuicio de sus sobrinos los
nombrados infantes de la Cerda.
También nos dice la Crónica del vencedor
del salado, que aquí se aposentó Alfonso XI y que hizo una de sus célebres
justicias con los embajadores o enviados del Maestre de Calatrava, D. Juan
Núñez, mandando les fueran cortadas las manos en su presencia por traidores,
precisamente en plena calle y cuando iba a la iglesia, pues pasó en esta
población la Semana Santa del año 1335.
En el Alcázar moraron los subsiguientes
reyes como don Juan II de Castilla, que por cierto le sorprendió en esta morada
un terremoto o temblor de tierra, cuando estaba durmiendo la siesta saliendo al
campo por una puertecilla o poterna que había en la muralla.
Los reyes católicos aquí estuvieron
también, después de vencer al rey de Portugal, caballero paladín de doña Juana
la Beltraneja y al maestre don Rodrigo Téllez de Girón, que se apoderó por
sorpresa de Ciudad Real.
Por cierto que entonces concedieron a
Ciudad Real unas casas donde está hoy la Farmacia de Calatayud para hacer en
ellas el Ayuntamiento anterior al edificio actual.
Excmo. Sr. D. Jacobo Roldán Losada,
digno Gobernador Civil de la Provincia, a vos como presidente nato de la
Comisión Provincial de los Monumentos Artísticos e Históricos respetuosamente
me dirijo, para que como hacéis siempre con mano noble y generosa, salvéis al
Torreón del Alcázar.
EMILIO
BERNABEU. Académico Correspondiente de Historia. (Diario Lanza, miércoles 11 de
enero de 1959, página 2)
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