¡La Puerta del Alcázar se derrumba! El único
resto del Castillo fortaleza que mandó construir el fundador de esta capital,
el rey sabio D. Alfonso X, y que tan egregio monarca habitó muchas veces y
donde murió su hijo primogénito D. Fernando el de la Cerda, está a punto de
desaparecer, como se destruyeron alevosamente las magníficas murallas que con
sus ciento cincuenta torres rodeaban nuestro pueblo y lo defendían.
Este monumento, testigo solitario de
nuestras pretéritas grandezas y que desde el siglo XIII se había resistido a la
acción del tiempo y a las manos destructoras de los hombres, que codiciosos
desmantelaron el edificio para llevarse sus piedras y labrados sillares,
puertas y ventanas, hierros y artesonados de las salas del regio Palacio, con
la tromba de agua recientemente caída y de las lluvias de estos días, se hunde
y desmorona por momentos.
En esta vetusta portada se han abierto
grandes grietas, por las que caben holgadamente nuestras manos cerradas y, casi
el brazo, con la desviación y desplome de sus murallas, reclama la urgente
contención de sus sillares.
Llamamos emocionadamente atención de las autoridades de Ciudad Real y
sus técnicos para evitar que con su inminente ruina, quede nuestro pueblo sin
el histórico Torreón del Alcázar.
Emilio
Bernabeu (Diario “Lanza” jueves 30 de octubre de 1952, página 2)
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