La
calle Morería recibe este nombre, porque en sus calles adyacentes y en esta
misma calle habitó la población mora de nuestra ciudad. La fotografía es de Julián
Alonso de los años cuarenta del siglo XX y nos muestra una vieja casa de esta
calle
En mi anterior artículo, ateniéndome al
nombre tradicional que aún se conserva de barrio de la Morería, de acuerdo con
el conspicuo historiador de la capital Delgado Merchán ledabamos como limites
la calle Alarcos, hoy de los Mártires, enlazando al terminar el Seminario con
la de Postas, hasta la esquina del Mercado y por el exterior las murallas desde
la Puerta de Alarcos próximamente a la de Santa María.
Este debió ser el primitivo barrio que
habitaron los moros, porque después de la guerra de la Alpujarras, en la que
tanto figuró el héroe de Lepanto, los
vencidos habitantes mahometanos fueron expulsados del reino granadino y
desplazados a otros pueblos cristianos viniendo a la Mancha muchos de los
exiliados.
Así consta en varios documentos que había
en el archivo de nuestro Ayuntamiento, ya desaparecidos, pero registrados en el
inventario que publiqué hace poco tiempo bajo los auspicios y patronazgo del Instituto
de Estudios Manchegos.
¿Dónde
se colocaron aquellas numerosas familias morunas que de los campos de
Baza y Guadix vinieron a esta capital?
Este notable aumento que tuvieron los
habitantes del Barrio de la Moreria, parece estar claro por los nombres que se
han conservado como la Cava y la proximidad al primitivo asiento.
Se ha llamado desde tiempos antiguos la
Cava, todos esos campos llenos de huertos comprendidos entre la calle de
Ciruela, el Pilar y la de Alarcos, teniendo por límite exterior la muralla que
hemos conocido desde la puerta que había al final de la de Alfonso el Sabio y
la de Alarcos.
Las
edificaciones de la calle Morería, realizadas por la población árabe en nuestra
ciudad, eran casas humildes, pero que guardaban un gran encanto. La fotografía
de finales de los años cuarenta del siglo XX es de Julián Alonso
Dentro de la Cava se ven los extensos solares donde está el Cine Savoy, campos de deportes de los PP. Jesuitas, los otros cines que tienen su entrada al final de la Avenida de los Mártires, los de los graneros de Ayala y los que estaban dentro de la antigua Delegación de Hacienda, casi todos hoy llenos de edificaciones.
Para demostrar la estancia de los moros
en Ciudad Real, voy a copiar con ligeros variantes en su ortografía arcaica
varios registros de documentos que existían en nuestro tiempo allá por el año
1595.
1º.- Una cédula de su Majestad del
nombramiento por capitán a don Francisco de Gamez para levantar los ciento
cincuenta infantes en que sirvió a su Majestad año 1569.
2º.- Otra cédula de su Majestad, firmada
de su real mano por la cual manda al corregidor de esta ciudad haga diligencia
en cobrar las armas y prendas y castigar a los soldados que se han venido de la
guerra de Granada. (1570)
3º.- Otra cédula real para que no se
muden los moriscos consignados en esta ciudad a otra parte (1570).
Y 4º.- Una cédula de real mano, al
corregidor sobre el envió a esta ciudad de los moriscos del reino de Granada
(1570).
Como puede verse, todos estos registros
que aparecen en el célebre inventario del archivo del Ayuntamiento de Ciudad
Real en 1595, se relacionan la guerra de Granada y Alpujarra y moriscos que aquí
vinieron, pero como no podemos compulsar los documentos a que aluden, por su
desaparición desgraciada para nuestra Historia, hacemos punto final al Barrio
de la Morería.
Emilio
Bernabeu (Diario Lanza, miércoles 11 de noviembre de 1953)
Una
fotografía de los años cuarenta del siglo XX de Julián Alonso, de un viejo
patio de la calle Lentejuela
LOS
MOROS EN CIUDAD REAL
En la provincia manchega y especialmente
en Ciudad Real, quedan muchos nombres de lugares, aldeas, pueblos, barrios y
calles que atestiguan el influjo y la convivencia con que estuvieron moros y
cristianos en el largo periodo de siglos, en los campos y ciudades.
En la capital se nombra con frecuencia
el barrio de la Morería, que ocupaban los musulmanes, situados en amplio
espacio comprendido entre la calle de Postas esquina al Mercado subiendo la nombrada del General
Margallo, tras la muralla dando la vuelta por la ronda llegando a la Puerta de
Alarcos, que hemos conocido y que quitaron no sabemos porqué.
Los extensos descubiertos que había en
este triángulo, se va poblando de suntuosos edificios como el Seminario,
Sindical, Grupo Escolar, Instituto de Higiene y muchas casas de moderna
construcción.
Quedan del barrio morisco algunas
viviendas pobrísimas, en la Lentejuela, Alamillo Alto y Bajo, etc., restos de
humildes moradas de la raza moruna, que tantos siglos vivió en Ciudad Real.
He encontrado en papeles antiguos que la
Mezquita estaba situada en la actual casa número nueve de la calle del Alamillo
Alto y que a su espalda, cerca de su torre o minarete tenía su casa el Muizin,
especie de moderno campanario, que llamaba a la oración a la gente morisca.
En los
años setenta y ochenta del pasado siglo XX, aún se mantenían en pié viejas e históricas
edificaciones en la calle Morería, con gran sabor añejo. Fotografía de Iferga.
Dicen también viejos pergaminos e
historias locales que a los pocos pasos de la Mezquita, en las casas 2 y 4 de
la Lentejuela, se localizaba la mejor vivienda del barrio, propiedad del moro
más rico, llamado Aben Mahadi de Toledo.
En esta calle de la Lentejuela se
conserva en una casa arruinada una portada de piedra, con escudo en la piedra
clave, donde se dice estuvo la escuela mahometana o Madriva.
El mercado o alcaná lo tenían los moros
y también los judíos en una calle que hemos conocido, que partía de la plaza
donde está hoy el Bar Manolo con salida frente por frente a la de los
Caballeros.
En este lugar conocimos una especie de
altar votivo a San Antonio, con pinturas alusivas a sus milagros.
Como después de la guerra de las
Alpujarras, aquí vinieron numerosos moros, según consta en el inventario que
publiqué en un cuaderno del Instituto de Estudios Manchegos de los documentos
que había en el archivo municipal, debieron instalarse en los grandes solares
que aun pueden verse en la cava, desde la Puerta de Alarcos a la de Ciruela.
Con la expulsión de esta raza decretada
por el Rey Felipe III, Ciudad Real, quedó desierta en este extenso barrio
llamado de la Morería.
Emilio
Bernabeu (Diario Lanza, lunes 4 de octubre de 1954)
En la
calle Alamillo Alto se encontraba la mezquita medieval de nuestra ciudad
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