En 1914 Rafael Abellán publicó un libro sobre: “Cuadros a pluma. Notas descriptivas de Ciudad Real”, donde nos describe tal y como se encontraban varios lugares y edificios de Ciudad Real a principios del siglo XX. Esta es la descripción que realiza de la antigua Casa Consistorial:
“…
Trazado este breve bosquejo histórico, y concretándome al Ayuntamiento de
Ciudad Real, he de consignar que se halla instalado en la Plaza de la Constitución,
en moderna casa de su propiedad, de esbelta arquitectura, cuya fachada tiene un
balcón corrido, seis ventanales y coronando el edificio alta torre con un buen
reloj de sonora campana, que es el cronómetro de la capital.
Una
amplia escalinata, con sencilla balaustrada, da acceso al octogonal vestíbulo,
en el que llaman la atención dos artísticos medallones tallados en piedra, y
que son representativos de las armas de España y del escudo de Ciudad Real.
En
la planta baja se encuentran las distintas dependencias administrativas con el
menaje propio de las oficinas, sin que falte ningún detalle.
Ancha
y cómoda escalera conduce al piso principal, en el que están situados el
despacho de las Comisiones, el del Secretario, el del Alcalde y el Salón de Sesiones,
mereciendo especial mención estos dos últimos.
El
despacho del Alcalde es de aspecto severo y ostenta en sus paredes los
retratos, hábilmente pintados, de varios Monarcas de la Casa de Borbón;
diversos grabados de edificios y sitios pintorescos de la provincia; una lápida
de mármol dedicada a la memoria del famoso guerrero Hernán Pérez del Pulgar, y
una curiosa galería fotográfica de todos los Presidentes que ha tenido la
Corporación, con los autógrafos correspondientes y fechas que ejercieron el
cargo.
Escudo
de Ciudad Real que se encontraba en el vestíbulo del antiguo ayuntamiento
Hay
también algunos cuadros de indiscutible mérito, destacándose uno que recuerda
la desecación de las lagunas que existían en los Terreros; obra de saneamiento
realizada a favor del populoso barrio de Santiago, evitando las fiebres palúdicas
que producían las mismas deletéreos que se desprendían en aquellas aguas
cenagosas. ¡Profunda gratitud merece el Gobernador D. Agustín Salido, por tan
grande y humanitaria empresa!
El
hermoso Salón de Sesiones está decorado con sumo gusto, predominando los tonos
brillantes, que le prestan aspecto simpático y vistoso.
En
el testero principal, rico dosel de terciopelo rojo guarda un soberbio retrato
fotográfico de S. M. el Rey Don Alfonso XIII, con uniforme de Capitán General.
Debajo
se encuentra la mesa presidencial y a los lados del Salón están los cómodos
sillones y pupitres para los veinte Concejales que constituyen el Municipio.
En
la parte destinada el público hay unos bancos antiguos de verdadero valor arqueológico.
Del
centro del techo, pintado al fresco, con suaves líneas, pende una magnifica
araña, que produce iluminación espléndida.
En
el exorno de las paredes se ven dos cuadros que merecen mención especial. Uno,
de gran tamaño, titulado Los Garrochistas, debido al pincel de Domingo Muñoz,
es un prodigio de valentía en el colorido y un acierto en la pura expresión de
las figuras. El otro es conmemorativo de la publicación de la Bula Apostólica
del Pontífice Pío IX, concediendo con fecha 18 de Noviembre de 1875 la creación
del Obispado de Ciudad Real, con el carácter de Priorato de las Órdenes
Militares.
Antiguo
salón de sesiones de nuestro ayuntamiento
Hecha
en breves rasgos la descripción del edificio, cumplo un deber de justicia
consignando que el Ayuntamiento, como Corporación, tiene una historia honrosa
en alto grado, porque todos sus dignos Presidentes, sin distinción de matices
políticos, secundados espontáneamente por los celosos ediles, han contribuido a
la urbanización de la capital de la Mancha, mandando ejecutar muchas obras de
utilidad indiscutible, algunas de embellecimiento y bastantes de higiene
pública en beneficio de la salubridad de la población.
En
pocos años ha experimentado una notable transformación, instalando fuentes,
trazando paseos, derribando lo antiguo y construyendo edificios y plazas de
estilo moderno.
Los
nombres de D. Heriberto Díaz Úbeda, D. Manuel Padial Vilches, D. Ceferino Sauco
Diez, D, Miguel Pérez Molina y D. Alberto García Serrano, son de grata
recordación para todos, y viven rodeados de la brillante aureola de la eterna
gratitud del pueblo.
Y
es que los Alcaldes de Ciudad Real se distinguen por ser hombres de vasta
cultura y posición independiente, que solo van al Municipio a consumir sus
energías en la lucha diaria, para realizar sus altruistas ideales,
contribuyendo cada uno, durante su activa gestión, en plausible pugilato, a mejorar
y engrandecer la capital de la Mancha, impulsados por el típico amor que a la patria
chica guardan en sus nobles pechos todos los hijos de esta hidalga tierra.”
Escudo
de Ciudad Real conmemorativo de la publicación de la Bula Apostólica del
Pontífice Pío IX, concediendo con fecha 18 de Noviembre de 1875 la creación del
Obispado de Ciudad Real, con el carácter de Priorato de las Órdenes Militares,
que ya se encontraba en el salón de sesiones del ayuntamiento a principios del
siglo XX
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