Rostro
de la antiquísima imagen de la Virgen del Prado, destruida en 1936, a la que pidieron protección los hijos de
Ciudad Real durante siglos. Archivo Lopez de la Franca.
A lo largo de los siglos, los
ciudadrealeños siempre acudieron a su Patrona, Nuestra Señora del Prado, para pedir
el cese de las diferentes pandemias, que a lo largo de los años asolaron Ciudad
Real y España. Una de esas pandemias ocurrió hace un siglo, la mal llamada
Gripe Española, también conocida como la gripe de 1918, la pandemia que llegó
en plena Primera Guerra Mundial y que causó grandes estragos. Las cifras en el
mundo hablan de 50 millones de fallecidos y en la provincia de Ciudad Real
fueron miles, con familias enteras que murieron en días. En todo 1918 murieron
en 14.664 personas y para hacerse una idea, ningún año supera esas defunciones
en todo el siglo XX, ni siquiera los de la Guerra Civil, cuando los fallecidos
fueron unos 13.000 cada año de guerra, según los datos que recopiló Mariano
José García-Consuegra en su tesis "La epidemia de gripe española en la provincia
de Ciudad Real" y en su libro "La modernización demográfica de la provincia de
Ciudad Real durante el siglo XX". Los datos de García-Consuegra hablan de una
tasa de mortalidad del 34,4 por ciento con esta enfermedad.
La gripe llegó a la provincia de Ciudad
Real en torno a la primavera de 1918 falleciendo entre los meses de octubre y
noviembre unas 2.500 personas por enfermedades respiratorias, más de la mitad
del total de fallecidos, 1.825, por gripe de forma directa. Ante esta situación,
los obispos españoles sacaron un comunicado conjunto, en octubre de 1918, en el
que pedían la realización de rogativas en todo el territorio nacional.
Un mes después, en el mes de noviembre,
la Ilustre Hermandad de la Virgen del Prado, junto a la autoridad eclesiástica
y Cabildo Catedral, acordaron bajar la imagen de la Virgen de su camarín a la
nave de la Catedral “cual se hizo siempre
en los días grandes aflicciones y calamidades públicas, para celebrar solemnes
rogativas”, tal y como informaba el diario “El Pueblo Manchego” en su
número del lunes 4 de noviembre del referido año de 1918. La Virgen se bajó el
domingo día 3 y el citado diario informa que “A las seis estaba invadida la espaciosa nave y a las siete ya no se
podía penetrar en el templo… Vista la concurrencia de la mañana, podía
presumirse para la tarde una afluencia tal que fuera incapaz de contenerse en
el vasto recinto del templo, y un éxito de fe y de piedad sublimemente
confortable…
A
las cuatro se hallaba el espaciosísimo templo Prioral completamente invadido
por el público, y puede decirse que Ciudad Real entero, postrado a los pies de
su Patrona, superando miedos infundados y arrollando con el ímpetu de su fe
vanas preocupaciones, entonó las preces de la Iglesia en demanda de la piedad y
de la misericordia divinas, valiéndose de la mediación poderosísima de María.
El
magistral, Dr. Mugueta, pronunció una plática enternecedora, emocionante, y
terminada la Salve que interpretara admirablemente la capilla de música de la
Prioral, la ingente multitud desfiló satisfecha y consolada.
Tributamos
un aplauso entusiasta, ferviente, al pueblo todo de Ciudad Real, que sin
distinción de clases, de edades, ni de sexos, acudió ayer ante el trono de la
que es Madre de misericordia, consuelo de los afligidos y salud de los
enfermos, demandando con fe y confianza el remedio celestial para sus males. No
desoirá seguramente nuestra excelsa y venerada Patrona la Stma. Virgen del
Prado, tan fervientes súplicas y su corazón compasivo no tardará en socorrernos
con su amparo y protección.”
Unos días después, el viernes 8 de
noviembre, la portada del “Pueblo Manchego”, publicaba la siguiente noticia que
llevaba por título “EN ACCIÓN DE GRACIAS.
El Pueblo y la Patrona la Virgen del
Prado”:
“Entre
los contertulios del Circulo Artístico y muchos del Casino de Ciudad Real a los
que se han adherido después numerosos vecinos de este católico vecindario ha
surgido la idea de sacar procesionalmente a nuestra Excelsa Patrona la Virgen
del Prado, en acción de gracias por haber comenzado a decrecer la epidemia, el
mismo día que se celebraron las rogativas.
Vista
del interior de la Catedral en 1918
Haciéndose
eco de tal deseo popular, un convecino nuestro ajeno a estas manifestaciones
periodísticas, sintiendo el noble y ferviente impulso, nos envía las siguientes
cuartillas para su inserción.
Dice
así:
“Según
los datos que estos últimos días se publican parece ser que la epidemia
reinante ha decrecido.
En
este pueblo en que el cariño y veneración a Nuestra Excelsa patrona la Virgen
del Prado es muy grande y que desde que se bajó de su Camarín al centro de la
Prioral, no dejamos todos sus amantes hijos de visitarla para implorar cese la
epidemia, creo interpretando un sentir general, en hacer un llamamiento a las
Autoridades civiles y eclesiásticas para rogarles que como agradecidos a la
protección de Nuestra Patrona, podía y debía sacarse procesionalmente por el
paseo de su nombre el domingo próximo.
¡Qué
emocionante sería tal procesión! El pueblo en masa acudiría ferviente a
acompañarla y rogarle desapareciera el azote actual. Recuerdan los antiguos que
ya en otra época de calamidades, se sacó la Imagen procesionalmente, y que al
siguiente día empezó a cesar la plaga de langosta que asolaba nuestros campos.
¿Podría ocurrir ahora lo mismo?
La
Patrona es del pueblo y el pueblo quisiera verla procesionalmente”.
A raíz de esta propuesta, se comenzaron
a recoger firmas entre la ciudadanía para la salida procesional de la Virgen,
informando el “Pueblo manchego”, en su
número del 16 de noviembre que “Por el
concejal D. Rafael Cueva y el juez municipal suplente D. Aurelio Bermejo, han
sido entregadas hoy al señor provisor los pliegos de firmas que por ellos han
sido recogidas al vecindario de Ciudad Real, solicitando sea sacada en
procesión mañana por la tarde Nuestra Patrona.
Han
firmado más de 1.300 vecinos”.
La salida procesional de la Virgen se
dispuso para el domingo 17 de noviembre, pero como este día fue lluvioso, a las
cuatro de la tarde con la nave de la Catedral llena de ciudadrealeños, con la
asistencia de las autoridades eclesiásticas, civiles y militares, se rezó el
Santo Rosario, se cantó la Salve y al final el Obispo-Prior, entonó la Te-Deum,
suspendiéndose la salida procesional de la Virgen. Esta se celebró el martes 19 de noviembre, y según la crónica del diario “El Pueblo Manchego”, fue un día
esplendido: “La capital entera con sus
autoridades todas a la cabeza rindió este tributo de su amor y de su gratitud a
la Reina de la misericordia. El alma popular aleteó cariñosa en torno a la
sagrada Imagen y de millares de ojos fueron a besar su rostro venerando miradas
ardientes de cordial cariño.
Ahora
la mística paloma de nuestro amores reposará nuevamente en el áureo nido de su
camarín, atenta siempre a los suspiros de sus hijos, esperando sus memoriales
para despacharlos favorablemente en célica efusión de cariños maternos”.
Así es como los ciudadrealeños
agradecieron hace un siglo, como habían hecho siempre sus antepasados a lo
largo de la historia, la protección de la Virgen ante una de las pandemias más
letales del siglo XX, rezando y sacando en procesión su bendita imagen.
Esperamos todos los devotos hijos de la Virgen del Prado, que cuando todo esto del Covid-19 pase, los
que todos los días le rezamos e imploramos su protección, podamos sacar
procesionalmente su imagen por las calles y plazas de Ciudad Real en Acción de
Gracias, tal y como nuestros antepasados hicieron a lo largo de la historia.
La
Virgen del Prado en su salida procesional del 20 de noviembre de 1918
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