Marcos
Redondo Valencia nació en Pozoblanco (Córdoba) el 24 de noviembre de 1893 y
murió en Barcelona el 17 de julio de 1976
La calle de las Cañas está dedicada a
Marcos Redondo, un barítono español, que aunque no naciera en nuestra ciudad,
vivió su juventud en ella y siempre estuvo unido a Ciudad Real, siendo gran
amante de la Virgen del Prado. La Corporación municipal reunida el 14 de
febrero de 1944, lo nombró hijo adoptivo de Ciudad Real, y rotuló la antigua
calle de las cañas con el de Marcos Redondo, nombre que permaneció hasta el año
1982, cuando la corporación municipal presidida por Lorenzo Selas, acordó
rotular de nuevo esta calle con Cañas y dedicársela a Marcos Redondo.
A lo largo de su vida Marcos Redondo
mantuvo estrechos vínculos con nuestra ciudad, actuando en la misma muchas
veces, y recibiendo en 1957 las insignias de Caballero de la Orden de Isabel la
Católica y la “Rosa de Azafrán” de oro. Una pequeña biografía de Marcos Redondo,
que nos acerca a su vida y obra es la siguiente:
En
1944 fue nombrado hijo adoptivo de Ciudad Real
Marcos Redondo Valencia nació en
Pozoblanco (Córdoba) el 24 de noviembre de 1893 y murió en Barcelona el 17 de
julio de 1976.
Su madre era hija de un teniente de la
Guardia Civil y su padre un guarnicionero del cual heredó la voz según
confesión propia. A la edad de dos años, le sorprende la muerte de su padre de
visita a sus abuelos maternos en Ciudad Real, quedándose a vivir desde entonces
en nuestra ciudad. En el año 1901 pasa a formar parte como seise de la Santa
Iglesia Prioral, y en el año 1912 debutó en el Teatro Circo de Ciudad Real con
unas romanzas de ópera y zarzuela.
Animado por sus abuelos, quienes
reconocen en él una gran voz, decide trasladarse a Madrid en 1913 con una carta
de presentación para el maestro Bretón, director entonces del Conservatorio.
Con la pensión de mil pesetas al año empezó sus estudios ayudándose como cantor
de iglesia. Y lo hizo con tanto provecho que de una sola vez aprobó tres cursos
de solfeo y cuatro de canto. Su presentación como profesional fue con la parte
de Germont de LA TRAVIATA en el Gran Teatro de Madrid, cuando contada
veintiséis años. El éxito obtenido le hizo viajar hasta Milán seguro de que en
la cuna del canto reconocerían sus méritos. En una de las temporadas del Teatro
Tívoli de Barcelona cantó PAGLIACCI, con Antonio Cortis y Mercedes Pujol. El
gran barítono Titta Ruffo estaba presente en la representación y pronunció su
famosa frase sobre Marcos Redondo: “Questa voce e un biglietto de prima clase
per la gloria”. Otro éxito rotundo de la misma época fue una CARMEN en el Novedades
de Barcelona junto a Conchita Supervia. Después de estudiar repertorio apareció
ante el público italiano con LA FORZA DEL DESTINO, siendo muy bien recibido y
apreciado. Este esperanzador resultado le valió un contrato para Cuba y México
donde cantó LA TRAVIATA, LA FAVORITA y MADAMA BUTTERFLY. Realizó una gran
temporada por los teatros italianos y en 1923 pisó por vez primera el Gran
Teatro del Liceo barcelonés con MANÓN LESCAUT. Y ya en el mes de agosto de 1924
el empresario José Gisbert le propuso pasarse a la zarzuela, donde alcanzaría
mayor popularidad y ganaría al año más dinero que en la ópera. De momento
rechazó la propuesta; luego la meditó y al fin la aceptó. No pudo empezar
mejor, pues su debut con EL DICTADOR, en el Novedades de Barcelona, constituyó
un gran triunfo, y eso que tuvo que luchar con el recuerdo de Sagi-Barba que la
había estrenado.
A partir de ese momento se abrió para
Marcos Redondo un largo camino de triunfos que duró hasta su retirada, treinta
años después. Recibía diariamente clamorosas ovaciones de un público
entusiasmado, y sus retratos y caricaturas aparecían con profusión en la prensa
ilustrada. Impresionó numerosos discos. Su repertorio llegó a estar constituido
por cerca de cuarenta zarzuelas: de LAS GOLONDRINAS a LA ROSA DEL AZAFRÁN; de
LA CANCIÓN DEL OLVIDO a LA DEL SOTO DEL PARRAL; de LA ALSACIANA a LOS CADETES
DE LA REINA. Las zarzuelas que estrenó las convirtió en éxitos resonantes y la
mayoría quedaron de repertorio. Ahí están para demostrarlo LA PARRANDA,
KATIUSKA, LA TABERNERA DEL PUERTO, LA PÍCARA MOLINERA y EL CANTAR DEL ARRIERO,
entre otras.
Como características de su voz, se
señalan la extensión, el brillo, la potencia y especialmente la belleza
tímbrica, que unidas a sus dotes y cualidades teatrales, hacían que
representase voces barítonas de forma admirable. Otra de sus características
será la gran holgura en su registro, circunstancia que hace que a veces haya
actuado como tenor en algunas de las obras representadas.
Marcos Redondo ha sido la figura más
destacada del teatro lírico español en la cuerda de barítono desde su
presentación hasta casi su retirada, período que coincide con un relanzamiento
de la zarzuela, debido en gran parte a su singular aportación. Y ello no sólo
por la gran cantidad de partituras escritas especialmente para él, sino porque
tales obras quedaron marcadas para siempre con la huella de sus magistrales
interpretaciones.
Pocos cantantes españoles han gozado de
tanta popularidad durante años como este popular barítono que con el solo anuncio
de su nombre llenaba todos los teatros de España. Fue el último gran valedor de
la zarzuela. Sólo le igualaba Emilio Sagi-Barba, ídolo también del público.
Incluso llegaron a rivalizar cantando las mismas obras, con las inevitables
comparaciones.
En
el año 1957 en nuestra ciudad, recibiendo de las del entonces Obispo-Prior, D.
Juan Hervás, la “Rosa de Azafrán” de
oro
Marcos Redondo batió tres récords en
ópera, en zarzuela y en discos. En Palermo cantó siete noches seguidas la misma
ópera; de 1924 a 1934 hizo más de trescientas funciones al año y, en discos,
una sola tarde le bastó para grabar seis de dos caras.
En Madrid cantó por última vez el 31 de
enero de 1957 LA PARRANDA, y en Barcelona el 6 de octubre del mismo año lo hizo
con los componentes de la Agrupación Lírica que llevaba su nombre interpretando
LA DOGARESA.
De ahí en adelante, lejos del teatro, se
dedicó a la familia y a los sellos, pues era un apasionado filatélico. Falleció
en Barcelona el 17 de julio de 1976 a los ochenta y tres años dejando un nombre
glorioso y un recuerdo imborrable.
En el final del libro de memorias de
Marcos Redondo, “Un hombre que se va” (Ed.: Planeta), se expresa de la
siguiente manera: “Aunque pase mucho tiempo, siempre habrá, creo, un disco en
el viejo desván de casa que os haga saber cómo fue mi voz. Y yo mismo quisiera
estar en cuerpo y alma siempre con vosotros en el viejo desván de los
recuerdos”.
Marcos
Redondo fue un gran amante de la Virgen del Prado, en la fotografía lo podemos
ver en la Coronación Pontificia de la misma en 1967
La extensa discografía que nos legó
Marcos Redondo necesitaría “un gran desván”: fácilmente sobrepasan los
quinientos títulos entre zarzuelas completas -alguna de ellas grabada hasta en
tres versiones distintas- romanzas (idem.), canciones y villancicos, por lo que
resulta muy difícil recogerlas todas. Sirvan éstas, como más importantes, a
modo de ejemplo:
Zarzuelas completas:
Bohemios, La calesera, La canción del
olvido, La corte de Faraón, Don Gil de Alcalá, Los gavilanes, La Gran Vía,
Katiuska, La del manojo de rosas, Luisa Fernanda, El mal de amores, María Sol,
Molinos de viento, La pícara molinera, La picarona, La rosa del azafrán. Odeón
(1926-1936)
El ama, La fama del tartanero, Katiuska,
Luisa Fernanda, Marina, Molinos de viento, La rosa del azafrán. Columbia-Regal
(1930-1932)
Bohemios, La Dolorosa, Luisa Fernanda,
Molinos de viento, La parranda, La Revoltosa, La rosa del azafrán, EMI-Regal
(1953)
Fragmentos y selecciones:
El aguilón, Al dorarse las espigas, La
alegría del batallón, Alma de Dios, La alsaciana, El asombro de Damasco, La
bejarana, Benamor, El caballero del mar, Los cachorros, El cantante
enmascarado, El cantar del arriero, Cuidado con la pintura, La Dolorosa, Las
dos princesas, La dulzaina del charro, Los gavilanes, Las hijas del zebedeo, El
huésped del sevillano, Jazz Band, El juramento, Kiss-Me, La del soto del
parral, El maestro Campanone, La Mariblanca, La Marsellesa, Martierra, Maruxa,
El pájaro azul, La Revoltosa, Romanza húngara, Ruy Blas, La tabernera del puerto,
La tempestad, La tuna de Alcalá, La verbena de la Paloma, La Virgen Morena,
Volodia el esquimal. Ed.: Odeón (1923-1947).
Marcos
Redondo tiene una extensa discografía
Benamor, Los cadetes de la reina, Los
calabreses, La Calesera, La canción de siega, La canción del náufrago, La
carmañola, Curro Vargas, El diablo en el poder, El dictador, La Dogaresa, Las
golondrinas, El grumete, El guitarrico, La del soto del parral, La labradora,
La linda tapada, La parranda, La picarona, Maruxa, La parranda, La pastorela,
La villana, Xuanón. Columbia-Regal (1924-1942)
“El arte de Marcos Redondo”: Por una
mujer, El guitarrico, El caserío, Romanza húngara, La pastorela, Alma de Dios,
Don Gil de Alcalá, El canastillo de fresas, La villana. Ed.: EMI-Odeón (1953)
“Un gran cantante español”: El cantar
del arriero, Los calabreses, El dictador, El niño judío, El divo, El Pájaro
Azul, La linda tapada, La Dogaresa. Ed.: EMI-Odeón (1954).
En su pueblo natal de Pozoblanco, Marcos
Redondo cuenta con un Museo: http://www.coralmarcosredondo.com/MU/museo.html
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