Joaquín
Menchero y Olarte 1861-1934
Joaquín Menchero y Olarte, nació en
Miguelturra en 1861, pero desde muy joven fijo su residencia en Madrid,
llegando a convertirse en un conocido industrial, que poseía un almacén de
alfombras en la Carrera de San Jerónimo 7 y 9 de la capital de España donde
hizo fortuna. A lo largo de su vida, contrajo matrimonio tres veces, teniendo
de los mismos solo una hija.
Menchero fue un popular aficionado
taurino, temido por ganaderos y toreros, y considerado como una de las personas
más competentes de España en asuntos taurinos. Fue amigo personal del torero
Joselito, que lo hizo torear en Ciudad Real con fines benéficos.
A principios del siglo XX, adquirió el palacete de Álvaro Muñoz en la
calle del Lirio número 4, convirtiéndolo con el paso de los años en uno de los
más lujosos de Ciudad Real. Aunque pasaba temporadas en Madrid, formó parte de
la alta sociedad ciudadrealeña, llegando a ocupar el cargo de Primer Teniente
de Alcalde en el ayuntamiento capitalino, Presidente de la Cámara de la
Propiedad Urbana de Ciudad Real, y Presidente de la Hermandad del Santo Sepulcro
de nuestra ciudad, cargo que ocupó hasta su fallecimiento ocurrido el 24 de
diciembre de 1934.
Patio
de la casa de Menchero de la calle del Lirio, con columnas con capiteles
corintios. La fotografía fue publicada en la revista “Vida Manchega” el 25 de
octubre de 1918 con motivo de la boda de la hija de Joaquín Menchero
Una descripción del palacete en época de
Menchero, la podemos leer en el diario “El Pueblo Manchego” en su número del 14
de octubre de 1918. En la descripción que se hace del palacete, leemos que la
fachada tenía una hornacina con la imagen de la Virgen del Prado, alumbrada por
un farol, que era la única hornacina de la ciudad donde se ofrecía “mirada y consuelo del transeúnte cristiano”.
Tras cruzar la puerta de entrada, se accedía
aún patio de columnas corintias, con zócalo de azulejos, decorado con “apuntes de Ricardo Marín el mago del lápiz, policromías
taurinas de Adolfo Durá, y otros dibujantes, carteles auténticos (de un valor imponderable
por su antigüedad) de corridas verificadas a fines del siglo XVIII y principios
del XIX”. En el piso bajo, se
encontraba también la capilla, donde s estaba expuesto al culto la imagen
del Santo Sepulcro, que procesionaba por las calles de Ciudad Real la
tarde-noche del Viernes Santo, al ser Menchero el Presidente de la Hermandad.
En la escalera de acceso al piso
principal pendía “una magnifica copia de
La Rendición de Breda, más conocido por Las Lanzas de Velázquez.
Tiene
el comedor la prestigiosa pátina del siglo XVII: mesa, sillones, bargueños, lámpara,
vajilla, todo exhibe el entonado sello de la época.
En
las galerías del piso principal vimos entre otros detalles que revelan el gusto
artístico de los Sres. Menchero, -mayolicas, tibores, objetos varios
talaveranos, etc.,- vimos un apunte de La Granjilla, original de Agustín Lhardy,
dedicado a Dª María Luisa Cañellas, de Menchero.
Otra
de las estancias que puede competir en suntuosidad y magnificencia con el hall
es la alcoba a la que no falta ningún refinamiento, siendo a juicio nuestro el
clon de la misma un soberbio tapiz de unos ocho metros de largo por uno y medio
de ancho que luce en todo su testero. El tapiz es copia de La Gallina Ciega de
D. Francisco Goya y Lucientes”.
Tras el fallecimiento de Menchero en
1934, el palacete fue vendido a la Diputación Provincial en 1942 y demolido en
2012.
Otra
fotografía publicada en la revista “Vida Manchega” el 5 de septiembre de 1919 del
palacete de Joaquín Menchero
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