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viernes, 20 de noviembre de 2015

BIOGRAFIA DEFINITIVA DE EDUARDO MATOS BARRIO. AL CONMEMORARSE EL XX ANIVERSARIO DE SU MUERTE. 1995-19 DE NOVIEMBRE-2015 (II Y ULTIMO)


Autorretrato de Eduardo Matos efectuado en Barcelona en 1930, para su carnet de periodista

El 9 de enero de 1982, vuelve abrir sus puertas, con licencia provisional hasta que el Ayuntamiento otorgó licencia definitiva el 16 de noviembre de 1983. La Licencia Fiscal de actividades industriales tiene fecha de 30 de diciembre de 1981.[1]

El estudio fotográfico decano en la capital y provincia, se mantuvo activo casi una década más, cerrándose definitivamente al público y para la sociedad ciudadrealeña, aquel viejo y memorable cenáculo fotográfico, siendo el más emblemático, perdurable y duradero en la historia de la fotografía en Ciudad Real y provincia. Al jubilarse Eduardo Matos el 1 de enero de 1992, tras cuarenta y un años activos y plenos de historia latente y decisiva notariada de la fotografía en Ciudad Real y en España.

Durante cuatro décadas pasaría prácticamente toda la sociedad ciudadrealeña, de cualquier edad y condición social, quedando inmortalizados en sus placas de cristal y negativos, aquellos retratos y acontecimientos que marcan el pulso cotidiano y los momentos de celebración privada y social de varias generaciones.

Matos se integró plenamente en la vida de la capital de la Mancha, convirtiéndose en una de las figuras públicas artística e intelectual, más conocida, reputada, admirada y respetada.


[1] ALHEMB-0321/3

Eduardo Matos y su esposa en Ciudad Real en 1941

Excelente amigo y coetáneo del eminente escritor español José Montero Alonso (1904-2000), con el que colaboró en diferentes ocasiones con el tándem fotógrafo/escritor.[1]
En 1954 funda junto con Francisco Pérez Fernández el ente pre-asociativo de Amigos de la Capa de Ciudad Real, del que fue su primer presidente[2].

Amigo íntimo y personal del Obispo-Prior de las Órdenes Militares, Monseñor Juan Hervás y Benet (1905-1982), y de personajes ilustres de La Mancha, como Ángel Crespo Pérez de Madrid (1926-1995), Ramón González Díaz (1912-2002), Francisco Pérez Fernández (1907-1981), Carlos Calatayud Gil (+1980), Monseñor José Jiménez Manzanares (1880-1966), Rodrigo Fernández, el Dr. Ernesto Junquera, Ángel Rodríguez Niveiro, el popular Padre Javier María de Castro y Díaz (+1970), José María Martínez Val (1916-1999), Carlos López Bustos, Dr. Juan Grinda Saavedra, Dr. Carlos Jiménez Díaz (1898-1967), Dr. Pedro Ara Sarriá (1891-1973), Dr. Severo Ochoa (1905-1993), Sara Montiel (1928-2013), Gregorio Prieto (1897-1992).

Su prestigio como fotógrafo se extendió por todas partes. Además de toda índole, a él recurrieron para trabajos especiales, varias universidades norteamericanas y europeas[3], que le encargaron y propusieron numerosos reportajes sobre Ciudad Real capital y provincia, El Quijote, el teatro en La Mancha en el siglo de Oro, las Ordenes Militares Españolas, temas cervantinos, arqueológicos o patrimoniales o industriales y de desarrollo. Fue colaborador fotográfico y escritor asiduo de Mundo Manchego, Diario Lanza y el Boletín de Información Municipal del Ayuntamiento de Ciudad Real, Diario Madrid, ABC, YA, LA VANGUARDIA.

Fue designado fotógrafo oficial del Obispado-Priorato de las Ordenes Militares, así como de la Santa Iglesia Prioral Basílica Catedral de las Órdenes Militares, trabajando también para la presidencia de la Diputación Provincial, Gobierno Civil de Ciudad Real, Colegio de Abogados de Ciudad Real, Ilustre Colegio de Médicos de Ciudad Real, y Colegio de Veterinarios de Ciudad Real. 


[1] ALHEMB-Documento fonográfico- 276/3
[2] Cf. Efemérides Manchegas, Francisco Pérez Fernández Ciudad Real, 1971. Editorial A.P. pp. 391-362  y del ALHEMB-059/3
[3] ALHEMB-0168/3

Desaparecida Casa-Palacete de Eduardo  Matos en la calle del Carmen nº7

Fue nombrado Colegido de Honor del Ilustre Colegio de Médicos de Ciudad Real[1]. Un aspecto a resaltar de su  dilatada trayectoria profesional, es el digno magisterio que impartió a los numerosos ayudantes y fotógrafos, que con él se iniciaron en su estudio, uniendo y trasvasando las enseñanzas que recibió del genial fotógrafo y maestro Rafael Areñas, y que luego desarrollaron la profesión independientemente, instalados en sus negocios fotográficos como fueron: Manuel Herrera Piña (1934-2007), Benito Puebla Puebla (1935-1998), Inocente Fernández Gallado “IFERGA” (1938-1998), Pedro Romero Serrano, Antonio y José Luis Ruda, Santos Granados, José Antonio Reina, Manuel Ponce Portillo, Juan Francisco Martín de Lucia, Manuel Borja Salcedo, y los alumnos Manuel García Arias y José-Liberto López de la Franca y Gallego.

Fue miembro de la Junta de Gobierno -Vice Presidente Primero- de la Asociación Nacional de fotógrafos Profesionales de España, y Presidente de EUROPHOT, con sede en Viena, Zürich y más tarde en Berlín.

Sus fotografías forman hoy parte de colecciones privadas, en museos estatales repartidos en Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Austria, Alemania, Hungría, Italia, Ciudad del Vaticano, así como en el Archivo General de la Administración y Palacio Real de Oriente de Madrid.


[1] ALHEMB-0187/3

Matos en Segovia en 1942

Resueltamente el reportaje más importante de resonancia mundial, fue el efectuado bajo “Secreto de Estado”, el día 18 de octubre de 1959, por encargo del Gobernador Civil de Ciudad Real, José Utrera Molina. La mayor cacería de perdices de la historia de España y quizás del orbe, 4601 piezas abatidas, fue efectuada por el Generalísimo Francisco Franco Bahamonde (1892-1975). Da cuenta de ello el propio secretario particular del Caudillo, y primo hermano Francisco Franco Arias-Salgado, en su libro “MIS CONVERSACIONES PRIVADAS CON FRANCO”, Editorial Planeta, 1976. Los negativos del importante reportaje fueron secuestrados durante décadas y devueltos a su autor en 1983. Tras impresionar los mismos, el Marqués de Huetor de Santillán, Jefe de la Casa Civil de S.E. el Jefe del Estado, acompañó al fotógrafo a Ciudad Real, hasta sus laboratorios donde en su presencia, revelaron los mismos y positivaron las copias. A Eduardo Matos solo le permitieron quedarse con una copia en positivo original, siendo incautados los negativos de gran formato. Este reportaje fotográfico dio la vuelta internacionalmente, conmocionando a los lectores, al publicarse en el diario El Mundo en dos ediciones en 2010, una de ellas siendo portada del periódico, en dos artículos obra de Jaime Peñafiel[1].

Años más tarde aparecieron varias copias fotográficas en el rastro de Madrid, siendo adquiridas por Andrés Trapiello, que fueron publicadas en un artículo con fecha de 19 de febrero de 2015, en el diario El País. Siendo contestada elegantemente y eficazmente ante inexactitud de datos, por Jaime Peñafiel en su columna MI SEMANA AZUL&ROSA del diario El Mundo de 21 de febrero de 2015[2].


[1] Diario EL MUNDO, edición publicada en portada el 23 de enero de 2010  y 2 de febrero de 2010.
[2] Diario EL PAIS SEMANAL, 19 de febrero de 2015.

Matos en su hogar en 1945

El año de 1962, tras la el fallecimiento de su madre ocurrida el año anterior, después de veintiséis años de autoexilio, Matos decide romper el mismo y volver por primera vez tras la Guerra Civil,  visitando Barcelona, para iniciar la búsqueda de los restos humanos de su padre sin éxito por falta de colaboración de las autoridades del régimen. Suspende su búsqueda hasta el año 1976, tras la muerte de Franco -ocurrida un año antes- vuelve a Barcelona y reanuda las investigaciones nuevamente, con la intención de trasladar los restos mortales de su padre a Ciudad Real e inhumarlos en el panteón familiar junto a los de su madre. No obtiene ningún resultado, abandonando esa causa con resignación y dolor. No volvería jamás a su amada Barcelona.

Desempeñó en los años 1970-1971-1972, el magisterio de profesor privado de fotografía de Sus Altezas Reales los Príncipes de España Don Juan Carlos y Doña Sofía, grandes aficionados de la fotografía.

En 1985, en la festividad litúrgica del Corpus Christi celebrado en Ciudad Real, fue el único reportero autorizado para fotografiar a Su Alteza Real Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona y Presidente del Real Consejo de las Órdenes Militares, en la solemne Misa Pontifical oficiada por el Obispo-Prior Rafael Torija, en la Catedral de las Órdenes Militares. Siendo éste uno de los últimos trabajos importantes y destacados que realizó a sus 81 años de edad.

Autorretrato en 1959

Gracias a su interés por el pasado histórico-artístico-monumental y arqueológico de Ciudad Real –que reflejó en numerosas fotografías y artículos- se pudo rescatar eficazmente las piedras de sillería del arco de entrada al Alcázar Real (1959-1961), meses antes de su hundimiento. Fotografió minuciosamente  el monumento histórico, numerando después las piedras y las fotografías paralelamente. Resguardando en los patios de su casa todo el material que hizo trasportar en carros. Unos años más tarde efectuó la misma operación con la puerta principal del Convento de las Madres Dominicas, así como con el arco de entrada de la Sinagoga, de la cual lamentaba con dolor, haberse perdido por negligencia de los albañiles y autoridades, respecto a la parte de las piedras de tracería labrada que circundaban el arco de herradura en las esquinas de los ángulos exteriores y superiores del mismo.[1] Intentó sin éxito salvar varias portadas históricas y muy especialmente la portada de piedra de la Madraza de Ciudad Real, ubicada en la calle Lentejuela, así como un antiguo arco árabe ubicado en la calle de la Azucena 16, propiedad de Don Domingo Fisac,[2] con el fin de ser trasladados al Museo Arqueológico Nacional con sede en Madrid.

Eduardo Matos fue un hombre de gran tolerancia y condescendencia, y fundamentalmente un reportero de calle y galería. Se describía como un buen laboratorista, donde ejercía una labor como químico excepcional y de gran alquimista. 

Más de una vez y ocasión realizó reportajes de bodas y otros encargos desinteresadamente para familias con pocos recursos económicos.



[1] ALHEMB- 987/3 -1012/3 y Archivo de la Comisión Provincial de Monumentos de Ciudad Real y archivo del Museo Arqueológico Nacional.
[2] ALHEMB-10153/3 y Archivo MAN de Madrid.

Autorretratos en su domicilio 1959

Su biografía y carrera profesional, se comprende y divide en tres etapas, a saber: la primera o inicial que abarca desde su nacimiento en Madrid 1904, pasando por su formación y desarrollo en el periodismo activo, hasta su exilio de Barcelona en 1936. La secundaria que circunda desde 1936 hasta su segundo y nuevo retorno a Ciudad Real en 1950, donde discurre en su consolidación profesional. La terciaria o tercera, que abarca a la de madurez profesional y artística hasta su ocaso como fotógrafo y humanista y sobrevenirle su muerte en 1995. Si bien su periodo de mayor brillantez ocupa la tercera época (1950-1995). Después comenzaría un lento declive económico, corporativo y de capacidad de trabajo, sorteado con muchísima dignidad y decoro por su parte, provocado en parte por la acelerada evolución de los tiempos tecnológicos, y la competencia de jóvenes fotógrafos con sus novedosos modismos de la imposición del nuevo género fotográfico de actualidad, así como la popularidad de la fotografía y lo accesible que comenzaron a ser las cámaras fotográficas comerciales. Lo que ha venido llamándose, “la democratización de la aristocracia de la fotografía”.   

El viejo maestro, fue el primer fotógrafo de Ciudad Real y su provincia en adoptar el color –que ya desde los años sesenta comenzaba a extenderse haciendo furor y creando gran demanda comercial-, adecuando sus laboratorios a estos novedosos procedimientos, llegándose a contar un total de hasta seis laboratorios de positivado y revelado en su casa palacete de la calle del Carmen Nº 9. Su primer reportaje de boda en color fue realizado el 24 de junio de 1961, a Dionisio del Rey y Encarnación Hervás, ambos de Ciudad Real.
Matos y Gregorio Prieto. 1960

Igualmente el cine, como todo lo relacionado con la imagen, fue motivo de interés para él, efectuando numerosos documentales en súper 8 y 35mm, sobre diferentes temáticas, como naturaleza, actos públicos e institucionales y privados, monumentos artísticos, y viajes por España y Europa.

En torno al año de 1980 Eduardo Matos intentó ponerse al día en técnicas de laboratorio, incorporando los logros técnicos y artísticos que traían y demandaban los tiempos. Aunque ya fue tarde para el anciano maestro, remontar diversas circunstancias y vicisitudes, así como su propia edad, alcanzando algunas metas y manteniéndose en actualidad hasta prácticamente advenirle la muerte como fotógrafo emérito.

A pesar de todo, en estos años postreros, el maestro siguió con la fotografía especializada, sin dejar de trabajar incansablemente hasta el final de sus días, constituyendo uno de los casos más admirables y singulares de longevidad profesional, artística y humana.

Otro aspecto de su desbordante perfil humano, destacable en su gran figura intelectual y humanista, fue su pasión por música. Fue un gran melómano, atesorando un abundante caudal discográfico en discos, sobre todo en temática clásica, opera y otros géneros.

Eduardo Matos y José Montero Alonso en Malagón

La astronomía fue su predilecta entre sus aficiones, para lo cual habilitó en la parte superior de su casa palacete, un espacio casi decimonónico en su estructura y espacio muy singular y peculiar. Impactaba recorrer esa mansión, y muy especialmente adentrarse en su destacable biblioteca. La parte inferior estaba habilitada para los trabajos profesionales, despacho personal, secretaría, almacenes, laboratorios de revelado y positivado, el inmenso y descomunal archivo general de negativos, que abarcaba gran parte del ala inferior del lateral derecho de la casa, galería fotográfica. Su archivo personal y privado se repartía en su despacho y en la vivienda superior derecha, guardado en amplios baúles de madera o en su secreter de la biblioteca.

Su colección de cuadros y obras de arte era muy rica e importante, con obras de Grau Sala, Bagaría, Canals, Llimona, Donaire, Dalí, Guijarro, Ramón Casas, y otros muchos.

Retirado de la vida pública activa y tras fallecer su esposa el 20 de julio de 1992, a la cual cuidó admirablemente, plenamente y primorosamente durante su larga convalecencia y dolencia. Compaginando su trabajo con la enfermedad de su mujer que la postró en cama durante meses. Poco tiempo después, una de sus cuñadas enfermó y se dedicó a los cuidados de su dura convalecencia, falleciendo esta en 1993.

Fotografía inédita de Eduardo Matos en su última estancia en Barcelona en 1976, tras un exilio y ausencia de cuarenta años

El 14 de agosto de 1995, tras un despliegue protocolario e institucional sin precedentes, se procedió por iniciativa ciudadana a elevar un amplio expediente de Proyecto de Ciudadano Ejemplar, respaldado por la totalidad de las autoridades municipales y provinciales de Ciudad Real, personalidades de la vida intelectual, pública y cultural de la capital, ante el Ayuntamiento. Fue aprobado por unanimidad de los grupos políticos el día 7 de agosto de 1995, comunicándoselo en persona el Alcalde de la ciudad Francisco Gil-Ortega Rincón, el 11 de agosto, en una visita privada a su casa palacete. Siendo proclamado Ciudadano Ejemplar de Ciudad Real, en el salón de plenos del Ayuntamiento, presidido por toda la Corporación Municipal, en un emotivo acto institucional, en la tarde del 14 de agosto de 1995, donde el anciano maestro pronunció un memorable discurso pleno de gratitud y colaboración a la ciudadanía, que fue interrumpido en incesantes ocasiones, por la multitud de personas asistentes a esta proclamación popular de homenaje.

Fotografía de Eduardo Matos, captada de incognito al maestro por Liberto López de la Franca en 1989 en Ciudad Real

En la mañana del radiante domingo 19 de noviembre de 1995[1], tras una operación de hernia inguinal, efectuada días anteriores por su gran amigo el cirujano Dr. Juan Regodón, falleció en el Hospital de Nuestra Señora de Alarcos, a las 8´30 horas de la mañana, firmando el parte médico el Dr. Rafael Ruíz Ruíz. La ciudad que lo acogió, respetó, admiró y donde desarrollo su vida familiar, profesional y artística, le cerraba con gratitud sus ojos al insigne y bondadoso maestro de maestros. Acababa de cumplir 92 años, un hombre que emanaba venerabilidad y respetabilidad, el pueblo se sintió conmocionado y su óbito fue muy sentido.

Ciudad Real y España despedían a un humanista y artífice, que será recordado en los tiempos, como un hombre valiente, trabajador, bueno, fiel y enamorado de su patria, que con dignidad  ocupó la cátedra de la sabiduría de la vida. Ante su figura histórica, el pueblo entero, sin distinción de clases, le rindió su cariño en el sepelio[2].



[1] Inscrito en el Registro Civil de Ciudad Real, Acta de Defunción, Sección 3ª, Tomo 151, Página 509.
[2] Celebrado el funeral corpore in sepulto el 20 de noviembre de 1995, en la Parroquia de Santa María del Prado ¨La Merced”.

Recibiendo el título de “Ciudadano Ejemplar” en 1995

Respectando estrictamente su voluntad, fue envuelto desnudo y como sudario sobre la sabana en la cual falleció. Fue su deseo morir en la más elocuente pobreza y a imitación de los romanos, los cartujos y franciscanos, y que la inhumación de sus restos mortales se efectuara directamente en tierra. Para que la “Madre Tierra abrigara eternamente su cuerpo” encargando este último deseo, a quien estas líneas escribe y junto al cuerpo de su amada madre Doña Águeda Barrio García.  A las 12, 30 horas del inolvidable 20 de noviembre de 1995, su cuerpo recibió tierra en el Cementerio Público de Nuestra Señora del Prado, ocupando la sepultura nº 8 del patio 6º, departamento San Demetrio de la fila 1ª. Recordando sus propias palabras: “La Mancha. Y al decir nuestros lo digo creyendo que tengo derecho a decirlo, pues si bien no nací aquí, si ha sido esta bendita tierra donde he hallado mis más caros afectos, forjado mis ilusiones y donde, en fin, reposan los huesos de mi madre. Posiblemente deba solicitar benevolencia por esto que quizás sea juzgado como sensiblería, pero es algo que llevo dentro, muy hondo, y que pugnaba por salir”.[1]

La exposición antológica preparada y organizada primorosamente con su vida y obra, fue un homenaje desbordante al que se sumó no solo el pueblo sencillo, sino todas las instituciones públicas y privadas de La Mancha y de España, que se tributó nueve meses después de su muerte.


[1] Boletín de Información Municipal de Ciudad Real. Navidad de 1972.

Una de las últimas fotografías tomadas al maestro en intimidad. Ciudad Real 1995.

Matos cuenta hoy con un monumento pétreo-broncíneo erigido a suscripción popular, en el mismo paseo que lleva su nombre en el Parque del Pilar, obra del escultor López-Arza, inaugurado por las autoridades el 13 de diciembre de 1997. El 24 de enero de 1998, fue erigida y descubierta una placa de baldosines de cerámica talaverana, en la casa donde vivió durante sesenta años y ejerció su imperecedero magisterio. Ambos homenajes a iniciativa de la Comisión Monumento a Eduardo Matos.

En 1998 la Biblioteca de Autores Manchegos, publica con notable éxito la monografía con el número 110 con su vida y obra titulada: “Fotografía de Ciudad Real, Eduardo Matos 1904-1995” obra de José González Ortiz y José Liberto López de la Franca y Gallego.

El 20 de febrero de 2003, José Liberto López de la Franca y Gallego, por documento privado otorgado por la Universidad de Castilla-La Mancha, deposita con fecha de 1 de junio de 1997 en el Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, una parte del archivo y legado de Eduardo Matos[1].


[1] El documento dice literalmente: “UNIVERSIDAD DE CASTILLA LA MANCHA Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, Isidro Sánchez Sánchez, hace constar que don José López de la Franca Gallego deposito en este centro durante el mes de junio de 1997, como custodio del legado del profesor y fotógrafo Eduardo Matos Barrio y con el fin de que sirva para potenciar los estudios de fotohistoria y el conocimiento de la figura de Matos, los siguientes materiales, obra del citado señor: a) Trece cajas con un contenido de unos 2000 negativos en diferentes soportes, b) Una caja de sellos, sobres, diapositivas y diverso material, c) Un álbum muestrario con fotografías de tema nupcial, d) Nueve cámaras de distinto tipo y marca, e) una caja con diferentes copias en positivo. Lo que se hace constar a petición del interesado, quien indica que se trata sólo de una primera entrega que será posteriormente completada con el resto del legado humano y profesional del mencionado fotógrafo. Ciudad Real, a veinte de febrero de dos mil tres. Isidro Sánchez Sánchez. [Rubricado y sellado].Director del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha.”

Ultima fotografía del fotógrafo Eduardo Matos Barrio. Ciudad Real 20 de noviembre de 1995.

El 21 de junio de 1998 se hace la última ofensiva y actuación en la Casa-Palacete de la calle del Carmen 7, salvando del inevitable expolio, objetos de valor depositados aun en el interior del domicilio del ilustre humanista.  

Como humanista cristiano, de padres convenidamente monárquicos, vivió consecuentemente con el entorno familiar. Su etapa biográfica se desarrolla en tiempos de grandes cambios políticos y sociales en un arco cronológico que abarca desde 1904 a 1995, conociendo una monarquía constitucional, un directorio militar, una república, una dictadura militar, una transición de Estado hacia la democracia y el Estado de Derecho con su monarquía parlamentaria.

Placa de cerámica conmemorativa, que aún subsiste en el edificio donde anteriormente estuvo su casa.

Matos era un monárquico constitucionalista, apostó por la monarquía liberal y su concepción ideal, se acercaba a la misma de su grande y buen amigo de la infancia y juventud, Salvador Dalí. Chocó con el espíritu revolucionario al que le toco vivir en su convulsa época, en primera persona y en dura vanguardia, cuando cubrió como periodista y reportero, los graves acontecimientos del Golpe de Estado y sedición por la proclamación en Barcelona por Companys, el 6 de octubre de 1934, del Estado Catalán. A pesar de haber perdido a su padre de forma trágica, siendo asesinado violentamente, iniciada la guerra, adoptó en aquel conflicto entre hermanos una postura absolutamente neutral.

Matos fue un eficaz periodista/fotógrafo, un diplomático de la estilográfica y el lápiz y un político de las cámaras, que con la fidelidad más estricta se consagró a la fotografía. Un fotógrafo del realismo fantástico y poético, un imaginero de luz, que supo ser el gran embajador de la IMAGEN DEL PODER, que es el ARTE-FACTO como a él le gustaba llamar a noble arte humanista de la fotografía.

José Liberto López de la Franca y Gallego
PRESIDENTE DEL CONSEJO GENERAL DE LAS REALES ACADEMIAS E INSTITUTOS DE ESPAÑA

San Lorenzo de El Escorial 19 de noviembre de 2015,
CONMEMORACION XX ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE EDUARDO MATOS
1995-19 DE NOVIEMBRE-2015

Portada que dio la vuelta en todo el orbe

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