Autorretrato
de Eduardo Matos efectuado en Barcelona en 1930, para su carnet de periodista
El 9 de enero de 1982, vuelve abrir sus
puertas, con licencia provisional hasta que el Ayuntamiento otorgó licencia
definitiva el 16 de noviembre de 1983. La Licencia Fiscal de actividades
industriales tiene fecha de 30 de diciembre de 1981.[1]
El estudio fotográfico decano en la
capital y provincia, se mantuvo activo casi una década más, cerrándose
definitivamente al público y para la sociedad ciudadrealeña, aquel viejo y
memorable cenáculo fotográfico, siendo el más emblemático, perdurable y duradero
en la historia de la fotografía en Ciudad Real y provincia. Al jubilarse
Eduardo Matos el 1 de enero de 1992, tras cuarenta y un años activos y plenos
de historia latente y decisiva notariada de la fotografía en Ciudad Real y en
España.
Durante cuatro décadas pasaría
prácticamente toda la sociedad ciudadrealeña, de cualquier edad y condición
social, quedando inmortalizados en sus placas de cristal y negativos, aquellos
retratos y acontecimientos que marcan el pulso cotidiano y los momentos de
celebración privada y social de varias generaciones.
Matos se integró plenamente en la vida
de la capital de la Mancha, convirtiéndose en una de las figuras públicas artística
e intelectual, más conocida, reputada, admirada y respetada.
Eduardo
Matos y su esposa en Ciudad Real en 1941
Excelente amigo y coetáneo del eminente
escritor español José Montero Alonso (1904-2000), con el que colaboró en
diferentes ocasiones con el tándem fotógrafo/escritor.[1]
En 1954 funda junto con Francisco Pérez
Fernández el ente pre-asociativo de Amigos de la Capa de Ciudad Real, del que
fue su primer presidente[2].
Amigo íntimo y personal del Obispo-Prior
de las Órdenes Militares, Monseñor Juan Hervás y Benet (1905-1982), y de
personajes ilustres de La Mancha, como Ángel Crespo Pérez de Madrid
(1926-1995), Ramón González Díaz (1912-2002), Francisco Pérez Fernández
(1907-1981), Carlos Calatayud Gil (+1980), Monseñor José Jiménez Manzanares
(1880-1966), Rodrigo Fernández, el Dr. Ernesto Junquera, Ángel Rodríguez Niveiro,
el popular Padre Javier María de Castro y Díaz (+1970), José María Martínez Val
(1916-1999), Carlos López Bustos, Dr. Juan Grinda Saavedra, Dr. Carlos Jiménez
Díaz (1898-1967), Dr. Pedro Ara Sarriá (1891-1973), Dr. Severo Ochoa
(1905-1993), Sara Montiel (1928-2013), Gregorio Prieto (1897-1992).
Su prestigio como fotógrafo se extendió
por todas partes. Además de toda índole, a él recurrieron para trabajos
especiales, varias universidades norteamericanas y europeas[3],
que le encargaron y propusieron numerosos reportajes sobre Ciudad Real capital
y provincia, El Quijote, el teatro en La
Mancha en el siglo de Oro, las
Ordenes Militares Españolas, temas cervantinos, arqueológicos o
patrimoniales o industriales y de desarrollo. Fue colaborador fotográfico y
escritor asiduo de Mundo Manchego, Diario Lanza y el Boletín de Información Municipal del Ayuntamiento de Ciudad Real, Diario
Madrid, ABC, YA, LA VANGUARDIA.
Fue designado fotógrafo oficial del
Obispado-Priorato de las Ordenes Militares, así como de la Santa Iglesia
Prioral Basílica Catedral de las Órdenes Militares, trabajando también para la
presidencia de la Diputación Provincial, Gobierno Civil de Ciudad Real, Colegio
de Abogados de Ciudad Real, Ilustre Colegio de Médicos de Ciudad Real, y
Colegio de Veterinarios de Ciudad Real.
[1] ALHEMB-Documento
fonográfico- 276/3
[2] Cf.
Efemérides Manchegas, Francisco Pérez Fernández Ciudad Real, 1971. Editorial
A.P. pp. 391-362 y del ALHEMB-059/3
[3]
ALHEMB-0168/3
Desaparecida
Casa-Palacete de Eduardo Matos en la
calle del Carmen nº7
Fue nombrado Colegido de Honor del Ilustre
Colegio de Médicos de Ciudad Real[1].
Un aspecto a resaltar de su dilatada
trayectoria profesional, es el digno magisterio que impartió a los numerosos
ayudantes y fotógrafos, que con él se iniciaron en su estudio, uniendo y
trasvasando las enseñanzas que recibió del genial fotógrafo y maestro Rafael Areñas,
y que luego desarrollaron la profesión independientemente, instalados en sus
negocios fotográficos como fueron: Manuel Herrera Piña (1934-2007), Benito
Puebla Puebla (1935-1998), Inocente Fernández Gallado “IFERGA” (1938-1998), Pedro Romero Serrano, Antonio y José Luis
Ruda, Santos Granados, José Antonio Reina, Manuel Ponce Portillo, Juan
Francisco Martín de Lucia, Manuel Borja Salcedo, y los alumnos Manuel García
Arias y José-Liberto López de la Franca y Gallego.
Fue miembro de la Junta de Gobierno
-Vice Presidente Primero- de la Asociación Nacional de fotógrafos Profesionales
de España, y Presidente de EUROPHOT, con sede en Viena, Zürich y más tarde en
Berlín.
Sus fotografías forman hoy parte de
colecciones privadas, en museos estatales repartidos en Estados Unidos, Francia,
Inglaterra, Austria, Alemania, Hungría, Italia, Ciudad del Vaticano, así como
en el Archivo General de la Administración y Palacio Real de Oriente de Madrid.
Matos
en Segovia en 1942
Resueltamente el reportaje más
importante de resonancia mundial, fue el efectuado bajo “Secreto de Estado”, el
día 18 de octubre de 1959, por encargo del Gobernador Civil de Ciudad Real,
José Utrera Molina. La mayor cacería de perdices de la historia de España y
quizás del orbe, 4601 piezas abatidas, fue efectuada por el Generalísimo
Francisco Franco Bahamonde (1892-1975). Da cuenta de ello el propio secretario
particular del Caudillo, y primo hermano Francisco Franco Arias-Salgado, en su
libro “MIS CONVERSACIONES PRIVADAS CON FRANCO”, Editorial Planeta, 1976. Los
negativos del importante reportaje fueron secuestrados durante décadas y
devueltos a su autor en 1983. Tras impresionar los mismos, el Marqués de Huetor
de Santillán, Jefe de la Casa Civil de S.E. el Jefe del Estado, acompañó al
fotógrafo a Ciudad Real, hasta sus laboratorios donde en su presencia,
revelaron los mismos y positivaron las copias. A Eduardo Matos solo le
permitieron quedarse con una copia en positivo original, siendo incautados los
negativos de gran formato. Este reportaje fotográfico dio la vuelta
internacionalmente, conmocionando a los lectores, al publicarse en el diario El Mundo en dos ediciones en 2010, una
de ellas siendo portada del periódico, en dos artículos obra de Jaime Peñafiel[1].
Años más tarde aparecieron varias copias
fotográficas en el rastro de Madrid, siendo adquiridas por Andrés Trapiello,
que fueron publicadas en un artículo con fecha de 19 de febrero de 2015, en el
diario El País. Siendo contestada elegantemente
y eficazmente ante inexactitud de datos, por Jaime Peñafiel en su columna MI
SEMANA AZUL&ROSA del diario El Mundo
de 21 de febrero de 2015[2].
[1] Diario
EL MUNDO, edición publicada en portada el 23 de enero de 2010 y 2 de febrero de 2010.
[2] Diario
EL PAIS SEMANAL, 19 de febrero de 2015.
Matos
en su hogar en 1945
El año de 1962, tras la el fallecimiento
de su madre ocurrida el año anterior, después de veintiséis años de autoexilio,
Matos decide romper el mismo y volver por primera vez tras la Guerra
Civil, visitando Barcelona, para iniciar
la búsqueda de los restos humanos de su padre sin éxito por falta de
colaboración de las autoridades del régimen. Suspende su búsqueda hasta el año
1976, tras la muerte de Franco -ocurrida un año antes- vuelve a Barcelona y reanuda
las investigaciones nuevamente, con la intención de trasladar los restos
mortales de su padre a Ciudad Real e inhumarlos en el panteón familiar junto a
los de su madre. No obtiene ningún resultado, abandonando esa causa con
resignación y dolor. No volvería jamás a su amada Barcelona.
Desempeñó en los años 1970-1971-1972, el
magisterio de profesor privado de fotografía de Sus Altezas Reales los
Príncipes de España Don Juan Carlos y Doña Sofía, grandes aficionados de la
fotografía.
En 1985, en la festividad litúrgica del
Corpus Christi celebrado en Ciudad Real, fue el único reportero autorizado para
fotografiar a Su Alteza Real Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona y
Presidente del Real Consejo de las Órdenes Militares, en la solemne Misa Pontifical
oficiada por el Obispo-Prior Rafael Torija, en la Catedral de las Órdenes
Militares. Siendo éste uno de los últimos trabajos importantes y destacados que
realizó a sus 81 años de edad.
Autorretrato
en 1959
Gracias a su interés por el pasado
histórico-artístico-monumental y arqueológico de Ciudad Real –que reflejó en
numerosas fotografías y artículos- se pudo rescatar eficazmente las piedras de
sillería del arco de entrada al Alcázar Real (1959-1961), meses antes de su
hundimiento. Fotografió minuciosamente
el monumento histórico, numerando después las piedras y las fotografías
paralelamente. Resguardando en los patios de su casa todo el material que hizo
trasportar en carros. Unos años más tarde efectuó la misma operación con la
puerta principal del Convento de las Madres Dominicas, así como con el arco de
entrada de la Sinagoga, de la cual lamentaba con dolor, haberse perdido por
negligencia de los albañiles y autoridades, respecto a la parte de las piedras
de tracería labrada que circundaban el arco de herradura en las esquinas de los
ángulos exteriores y superiores del mismo.[1]
Intentó sin éxito salvar varias portadas históricas y muy especialmente la
portada de piedra de la Madraza de Ciudad Real, ubicada en la calle Lentejuela,
así como un antiguo arco árabe ubicado en la calle de la Azucena 16, propiedad
de Don Domingo Fisac,[2]
con el fin de ser trasladados al Museo Arqueológico Nacional con sede en
Madrid.
Eduardo Matos fue un hombre de gran
tolerancia y condescendencia, y fundamentalmente un reportero de calle y
galería. Se describía como un buen laboratorista, donde ejercía una labor como
químico excepcional y de gran alquimista.
Más de una vez y ocasión realizó
reportajes de bodas y otros encargos desinteresadamente para familias con pocos
recursos económicos.
[1] ALHEMB-
987/3 -1012/3 y Archivo de la Comisión Provincial de Monumentos de Ciudad Real
y archivo del Museo Arqueológico Nacional.
[2]
ALHEMB-10153/3 y Archivo MAN de Madrid.
Autorretratos
en su domicilio 1959
Su biografía y carrera profesional, se
comprende y divide en tres etapas, a saber: la primera o inicial que abarca
desde su nacimiento en Madrid 1904, pasando por su formación y desarrollo en el
periodismo activo, hasta su exilio de Barcelona en 1936. La secundaria que circunda
desde 1936 hasta su segundo y nuevo retorno a Ciudad Real en 1950, donde
discurre en su consolidación profesional. La terciaria o tercera, que abarca a
la de madurez profesional y artística hasta su ocaso como fotógrafo y humanista
y sobrevenirle su muerte en 1995. Si bien su periodo de mayor brillantez ocupa
la tercera época (1950-1995). Después comenzaría un lento declive económico,
corporativo y de capacidad de trabajo, sorteado con muchísima dignidad y decoro
por su parte, provocado en parte por la acelerada evolución de los tiempos
tecnológicos, y la competencia de jóvenes fotógrafos con sus novedosos modismos
de la imposición del nuevo género fotográfico de actualidad, así como la
popularidad de la fotografía y lo accesible que comenzaron a ser las cámaras
fotográficas comerciales. Lo que ha venido llamándose, “la democratización de la aristocracia de la fotografía”.
El viejo maestro, fue el primer
fotógrafo de Ciudad Real y su provincia en adoptar el color –que ya desde los
años sesenta comenzaba a extenderse haciendo furor y creando gran demanda
comercial-, adecuando sus laboratorios a estos novedosos procedimientos,
llegándose a contar un total de hasta seis laboratorios de positivado y
revelado en su casa palacete de la calle del Carmen Nº 9. Su primer reportaje
de boda en color fue realizado el 24 de junio de 1961, a Dionisio del Rey y
Encarnación Hervás, ambos de Ciudad Real.
Matos
y Gregorio Prieto. 1960
Igualmente el cine, como todo lo
relacionado con la imagen, fue motivo de interés para él, efectuando numerosos
documentales en súper 8 y 35mm, sobre diferentes temáticas, como naturaleza,
actos públicos e institucionales y privados, monumentos artísticos, y viajes
por España y Europa.
En torno al año de 1980 Eduardo Matos
intentó ponerse al día en técnicas de laboratorio, incorporando los logros
técnicos y artísticos que traían y demandaban los tiempos. Aunque ya fue tarde
para el anciano maestro, remontar diversas circunstancias y vicisitudes, así
como su propia edad, alcanzando algunas metas y manteniéndose en actualidad
hasta prácticamente advenirle la muerte como fotógrafo emérito.
A pesar de todo, en estos años
postreros, el maestro siguió con la fotografía especializada, sin dejar de
trabajar incansablemente hasta el final de sus días, constituyendo uno de los casos
más admirables y singulares de longevidad profesional, artística y humana.
Otro aspecto de su desbordante perfil
humano, destacable en su gran figura intelectual y humanista, fue su pasión por
música. Fue un gran melómano, atesorando un abundante caudal discográfico en
discos, sobre todo en temática clásica, opera y otros géneros.
Eduardo
Matos y José Montero Alonso en Malagón
La astronomía fue su predilecta entre
sus aficiones, para lo cual habilitó en la parte superior de su casa palacete,
un espacio casi decimonónico en su estructura y espacio muy singular y
peculiar. Impactaba recorrer esa mansión, y muy especialmente adentrarse en su
destacable biblioteca. La parte inferior estaba habilitada para los trabajos
profesionales, despacho personal, secretaría, almacenes, laboratorios de
revelado y positivado, el inmenso y descomunal archivo general de negativos,
que abarcaba gran parte del ala inferior del lateral derecho de la casa,
galería fotográfica. Su archivo personal y privado se repartía en su despacho y
en la vivienda superior derecha, guardado en amplios baúles de madera o en su
secreter de la biblioteca.
Su colección de cuadros y obras de arte
era muy rica e importante, con obras de Grau Sala, Bagaría, Canals, Llimona, Donaire,
Dalí, Guijarro, Ramón Casas, y otros muchos.
Retirado de la vida pública activa y
tras fallecer su esposa el 20 de julio de 1992, a la cual cuidó admirablemente,
plenamente y primorosamente durante su larga convalecencia y dolencia.
Compaginando su trabajo con la enfermedad de su mujer que la postró en cama
durante meses. Poco tiempo después, una de sus cuñadas enfermó y se dedicó a
los cuidados de su dura convalecencia, falleciendo esta en 1993.
Fotografía
inédita de Eduardo Matos en su última estancia en Barcelona en 1976, tras un
exilio y ausencia de cuarenta años
El 14 de agosto de 1995, tras un
despliegue protocolario e institucional sin precedentes, se procedió por
iniciativa ciudadana a elevar un amplio expediente de Proyecto de Ciudadano Ejemplar, respaldado por la totalidad de las
autoridades municipales y provinciales de Ciudad Real, personalidades de la
vida intelectual, pública y cultural de la capital, ante el Ayuntamiento. Fue
aprobado por unanimidad de los grupos políticos el día 7 de agosto de 1995,
comunicándoselo en persona el Alcalde de la ciudad Francisco Gil-Ortega Rincón,
el 11 de agosto, en una visita privada a su casa palacete. Siendo proclamado
Ciudadano Ejemplar de Ciudad Real, en el salón de plenos del Ayuntamiento,
presidido por toda la Corporación Municipal, en un emotivo acto institucional,
en la tarde del 14 de agosto de 1995, donde el anciano maestro pronunció un
memorable discurso pleno de gratitud y colaboración a la ciudadanía, que fue
interrumpido en incesantes ocasiones, por la multitud de personas asistentes a
esta proclamación popular de homenaje.
Fotografía
de Eduardo Matos, captada de incognito al maestro por Liberto López de la Franca
en 1989 en Ciudad Real
En la mañana del radiante domingo 19 de
noviembre de 1995[1],
tras una operación de hernia inguinal, efectuada días anteriores por su gran
amigo el cirujano Dr. Juan Regodón, falleció en el Hospital de Nuestra Señora
de Alarcos, a las 8´30 horas de la mañana, firmando el parte médico el Dr.
Rafael Ruíz Ruíz. La ciudad que lo acogió, respetó, admiró y donde desarrollo
su vida familiar, profesional y artística, le cerraba con gratitud sus ojos al insigne
y bondadoso maestro de maestros. Acababa de cumplir 92 años, un hombre que
emanaba venerabilidad y respetabilidad, el pueblo se sintió conmocionado y su
óbito fue muy sentido.
Ciudad Real y España despedían a un
humanista y artífice, que será recordado en los tiempos, como un hombre
valiente, trabajador, bueno, fiel y enamorado de su patria, que con dignidad ocupó la cátedra de la sabiduría de la vida.
Ante su figura histórica, el pueblo entero, sin distinción de clases, le rindió
su cariño en el sepelio[2].
[1]
Inscrito en el Registro Civil de Ciudad Real, Acta de Defunción, Sección 3ª,
Tomo 151, Página 509.
[2]
Celebrado el funeral corpore in sepulto el 20 de noviembre de 1995, en la
Parroquia de Santa María del Prado ¨La Merced”.
Recibiendo
el título de “Ciudadano Ejemplar” en 1995
Respectando estrictamente su voluntad,
fue envuelto desnudo y como sudario sobre la sabana en la cual falleció. Fue su
deseo morir en la más elocuente pobreza y a imitación de los romanos, los
cartujos y franciscanos, y que la inhumación de sus restos mortales se
efectuara directamente en tierra. Para que la “Madre Tierra abrigara eternamente su cuerpo” encargando este último
deseo, a quien estas líneas escribe y junto al cuerpo de su amada madre Doña
Águeda Barrio García. A las 12, 30 horas
del inolvidable 20 de noviembre de 1995, su cuerpo recibió tierra en el
Cementerio Público de Nuestra Señora del Prado, ocupando la sepultura nº 8 del
patio 6º, departamento San Demetrio de la fila 1ª. Recordando sus propias
palabras: “La Mancha. Y al decir nuestros
lo digo creyendo que tengo derecho a decirlo, pues si bien no nací aquí, si ha
sido esta bendita tierra donde he hallado mis más caros afectos, forjado mis
ilusiones y donde, en fin, reposan los huesos de mi madre. Posiblemente deba
solicitar benevolencia por esto que quizás sea juzgado como sensiblería, pero
es algo que llevo dentro, muy hondo, y que pugnaba por salir”.[1]
La exposición antológica preparada y
organizada primorosamente con su vida y obra, fue un homenaje desbordante al
que se sumó no solo el pueblo sencillo, sino todas las instituciones públicas y
privadas de La Mancha y de España, que se tributó nueve meses después de su
muerte.
Una
de las últimas fotografías tomadas al maestro en intimidad. Ciudad Real 1995.
Matos cuenta hoy con un monumento pétreo-broncíneo
erigido a suscripción popular, en el mismo paseo que lleva su nombre en el
Parque del Pilar, obra del escultor López-Arza, inaugurado por las autoridades
el 13 de diciembre de 1997. El 24 de enero de 1998, fue erigida y descubierta
una placa de baldosines de cerámica talaverana, en la casa donde vivió durante
sesenta años y ejerció su imperecedero magisterio. Ambos homenajes a iniciativa
de la Comisión Monumento a Eduardo Matos.
En 1998 la Biblioteca de Autores
Manchegos, publica con notable éxito la monografía con el número 110 con su
vida y obra titulada: “Fotografía de
Ciudad Real, Eduardo Matos 1904-1995” obra de José González Ortiz y José
Liberto López de la Franca y Gallego.
El 20 de febrero de 2003, José Liberto
López de la Franca y Gallego, por documento privado otorgado por la Universidad
de Castilla-La Mancha, deposita con fecha de 1 de junio de 1997 en el Centro de
Estudios de Castilla-La Mancha, una parte del archivo y legado de Eduardo Matos[1].
[1]
El documento dice literalmente: “UNIVERSIDAD
DE CASTILLA LA MANCHA Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, Isidro Sánchez
Sánchez, hace constar que don José López de la Franca Gallego deposito en este
centro durante el mes de junio de 1997, como custodio del legado del profesor y
fotógrafo Eduardo Matos Barrio y con el fin de que sirva para potenciar los
estudios de fotohistoria y el conocimiento de la figura de Matos, los
siguientes materiales, obra del citado señor: a) Trece cajas con un contenido
de unos 2000 negativos en diferentes soportes, b) Una caja de sellos, sobres,
diapositivas y diverso material, c) Un álbum muestrario con fotografías de tema
nupcial, d) Nueve cámaras de distinto tipo y marca, e) una caja con diferentes
copias en positivo. Lo que se hace constar a petición del interesado, quien
indica que se trata sólo de una primera entrega que será posteriormente
completada con el resto del legado humano y profesional del mencionado
fotógrafo. Ciudad Real, a veinte de febrero de dos mil tres. Isidro Sánchez
Sánchez. [Rubricado y sellado].Director
del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha.”
Ultima
fotografía del fotógrafo Eduardo Matos Barrio. Ciudad Real 20 de noviembre de
1995.
El 21 de junio de 1998 se hace la última
ofensiva y actuación en la Casa-Palacete de la calle del Carmen 7, salvando del
inevitable expolio, objetos de valor depositados aun en el interior del
domicilio del ilustre humanista.
Como humanista cristiano, de padres convenidamente
monárquicos, vivió consecuentemente con el entorno familiar. Su etapa
biográfica se desarrolla en tiempos de grandes cambios políticos y sociales en un
arco cronológico que abarca desde 1904 a 1995, conociendo una monarquía constitucional,
un directorio militar, una república, una dictadura militar, una transición de
Estado hacia la democracia y el Estado de Derecho con su monarquía
parlamentaria.
Placa
de cerámica conmemorativa, que aún subsiste en el edificio donde anteriormente
estuvo su casa.
Matos era un monárquico
constitucionalista, apostó por la monarquía liberal y su concepción ideal, se
acercaba a la misma de su grande y buen amigo de la infancia y juventud,
Salvador Dalí. Chocó con el espíritu revolucionario al que le toco vivir en su convulsa
época, en primera persona y en dura vanguardia, cuando cubrió como periodista y
reportero, los graves acontecimientos del Golpe de Estado y sedición por la
proclamación en Barcelona por Companys, el 6 de octubre de 1934, del Estado
Catalán. A pesar de haber perdido a su padre de forma trágica, siendo asesinado
violentamente, iniciada la guerra, adoptó en aquel conflicto entre hermanos una
postura absolutamente neutral.
Matos fue un eficaz
periodista/fotógrafo, un diplomático de la estilográfica y el lápiz y un
político de las cámaras, que con la fidelidad más estricta se consagró a la fotografía.
Un fotógrafo del realismo fantástico y poético, un imaginero de luz, que supo
ser el gran embajador de la IMAGEN DEL PODER, que es el ARTE-FACTO como a él le
gustaba llamar a noble arte humanista de la fotografía.
José Liberto López de la Franca y
Gallego
PRESIDENTE DEL CONSEJO GENERAL DE
LAS REALES ACADEMIAS E INSTITUTOS DE ESPAÑA
San Lorenzo de El Escorial 19 de
noviembre de 2015,
CONMEMORACION XX ANIVERSARIO DE LA
MUERTE DE EDUARDO MATOS
1995-19 DE NOVIEMBRE-2015
Portada
que dio la vuelta en todo el orbe
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