Aunque
la imagen no es muy buena, ya que la he sacado del artículo del diario Lanza,
la reproduzco para mostrar el viejo palacio que pedía José Rodrigo su salvación
de la calle de los Reyes y que años después de la publicación del artículo la
piqueta acabó con él
Es verdaderamente hermoso el ver cómo
todas la ciudades se afanan por salvar sus monumentos ya sean castillos,
murallas, palacios y todas aquellas reliquias arquitectónicas que hablan
elocuentemente de su pasado, y que tan unidas van a la historia de los pueblos.
¿Será capaz Ciudad Real de salvar lo poco que nos queda?
Hace pocos días se ha celebrado con todo
esplendor en Valladolid el quinto centenario de los esponsales de los Reyes Católicos,
que tuvo por marco el antiguo palacio de la noble familia Pérez de Vivero,
vizconde de Altamira, casona que más tarde adquirió la real pareja para establecer
en ella su Real Chancillería única en España como el Alto Tribunal de
Apelación, hasta que en el año 1494 se creó la segunda del Reino en Ciudad
Real, con delimitaciones bien definidas, pues la de Valladolid abarcaba todo el
territorio desde el rio Tajo hasta el Cantábrico y la nuestra desde dicho rio
hasta Tarifa, es decir, mitad norte una, y mitad sur la otra. ¡Qué importancia
se darían los manchegos con su Chancillería como Tribunal Supremo en media
España, y con qué habilidad y miles promesas nos la quitaron…!
Pues bien, Valladolid ha sabido superar
todos los problemas que han surgido, y para gloria suya ha reconstruido el
viejo caserón de su Chancillería, y ha establecido la Audiencia Territorial en
él, salvando de la ruina y la piqueta este edificio de tanta solera jurídica que
se caía de viejo, y ganándolo para su historia.
En Ciudad Real, después de tanta
demolición, se conserva casi por milagro el palacio del marqués de
Casa-Triviño, donde estuvo instalado nuestro Tribunal Supremo de Justicia, que
durante once años vio las apelaciones de media España, y por lo tanto es
posible, que sea el edificio más noble y de más rancio abolengo en muchos
kilómetros a la redonda. Esta Chancillería fue creada por los Reyes Católicos
por cédula dada en Madrid el día 30 de octubre de 1494, la cual no transcribo
por su extensión.
Hecho este obligado preámbulo entramos
de lleno en mi propósito ¿No podríamos seguir el ejemplo de Valladolid nuestra
hermana en la Justicia en aquellos tiempos, y salvar también nosotros el
edificio de nuestra antigua Chancillería? Mediante una restauración a fondo y
siempre de acuerdo con los actuales propietarios, podría adquirirse esta joya de
nuestro pasado, instalándose en ella el Palacio de Justicia, con la Audiencia
Provincial y demás Tribunales, pues terreno hay de sobra a la espalda para
construir las edificaciones que fueren necesarias.
Estoy seguro que la Curia manchega se
sentiría orgullosa de hacer sus informes forenses en la casa de sus mayores, de
tanta solera y tradición jurídica. Debemos salvar a toda costa este viejo
Palacio y ganarlo para Ciudad Real, siguiendo la pauta que nos ha dado
Valladolid, y cuya lección no debemos olvidar.
Si así se hiciese, se debería colocar
una lápida con la transcripción íntegra de la cédula de creación de nuestra
chancillería por los Reyes Católicos y colocarla en la parte más noble del
edificio, o en la Sala de vistas. Por dignidad histórica salvemos los manchegos
el Palacio del marqués de Casa Treviño, que se construyó por suscripción
popular, así como Valladolid ha salvado el palacio del vizconde de Altamira.
Es preciso, por tanto, que por quien
corresponda, se inicie el expediente oportuno, para que este edificio, cargado
de historia, sea declarado monumento nacional; que se reconstruya lo que sea
necesario y se edifique, a la espalda, las dependencias precisas para la
instalación del Palacio de Justicia, y que se rescate de Granada nuestro viejo
archivo de la chancillería, que forma parte de nuestra historia local. Así sea.
José
Rodrigo Rico. Diario “Lanza”, martes 28 de octubre de 1969, página 10
Imagen
del Viejo palacio desde la Avenida Alfonso X el Sabio
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