VIDA MANCHEGA JUEVES 5 DE FEBRERO DE 1914
San Blas fue médico y obispo de Sebaste, Armenia. Hizo vida eremítica en una cueva del Monte Argeus. Era conocido por su don de curación milagrosa. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado. Éste es el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta. Según una leyenda, se le acercaban también animales enfermos para que les curase, pero no le molestaban en su tiempo de oración.
Cuando la persecución de Agrícola, gobernador de Cappadocia, contra los cristianos llegó a Sebaste, sus cazadores fueron a buscar animales para los juegos de la arena en el bosque de Argeus y encontraron muchos de ellos esperando fuera de la cueva de San Blas. Allí encontraron a San Blas en oración y lo arrestaron. Agrícola trató sin éxito de hacerle apostatar. En la prisión, San Blas sanó a algunos prisioneros. Finalmente fue echado a un lago. San Blas, parado en la superficie, invitaba a sus perseguidores a caminar sobre las aguas y así demostrar el poder de sus dioses. Pero se ahogaron. Cuando volvió a tierra fue torturado y decapitado, en el año 316.
En la Edad Antigua era invocado como patrono de los cazadores, y las gentes le tenían gran fe como eficaz protector contra las enfermedades de la garganta. El 3 de febrero se bendecían dos velas en honor de San Blas y se colocaban en la garganta de las personas enfermas diciendo: "Por intercesión de San Blas, te libre Dios de los males de garganta". Cuando los pequeños enfermaban de la garganta, sus madres repetían: "San Blas bendito, que se ahoga el angelito".
Su culto se extendió pronto por toda la Iglesia. Es costumbre popular invocarle particularmente para remediar afecciones de garganta.
En Ciudad Real el nombre de Blas está ligado a la aparición de la Virgen del Prado, ya que el 25 de mayo de 1088, cuando la comitiva real que transportaba la imagen de la entonces Virgen de los Reyes pasó por Pozuelo Seco, actual Ciudad Real, fue un anciano llamado Blas, trovador, quien compuso unas coplas de alabanza a la Virgen que cantó su hijo Antón, persona a la cual según la leyenda se le apareció la Virgen del Prado.
Pero el culto a San Blas en nuestra ciudad, y más concretamente en la Parroquia de San Pedro, nacería en el siglo XVI, exactamente a partir de 1599, año en que el P. Juan Bautista Pacheco de la Compañía de Jesús fue autorizado por el Papa Clemente VIII para extraer de los cementerios de Roma y de varias iglesias de España reliquias de santos para enriquecer la iglesia de San Pedro, entre las que se encontraba la reliquia de San Blas. (Según nos dice don Inocente Hervás y Buendía en su Diccionario Histórico de la Provincia de Ciudad Real, página 350).
RELIQUIA DE SAN BLAS DE 1599 SOBRE RELICARIO DE 1604
A esta reliquia se le construiría para su veneración en 1604, un relicario de plata dorada, torneada, fundida, relevada y grabada de unos 36 cm. de altura que presenta una estructura de templete. Hay que tener en cuenta que el culto a las reliquias se generalizó a raíz de la reforma protestante, con el fin de que los fieles imitaran a los santos.
Parece ser que en el siglo XVII se constituiría en la Parroquia de San Pedro la Congregación Infantil de San Blas, que honraba a su Titular con un Novenario en su honor que concluia el día 3 de febrero con una Función Principal por la mañana y la procesión con la imagen del Santo a primeras horas de la tarde, terminando dando a besar la reliquia a los devotos. Ésta era una hermandad muy numerosa en los primeros años del pasado siglo XX, que añadiría como titular la imagen del Santísimo Niño de la Pasión, que abría el desfile procesional de la Pasionaria de San Pedro la mañana del Viernes Santo.
Al inicio de la Guerra Civil Española la imagen de San Blas sería destruida, al igual que toda la rica imaginería que poseía la Parroquia, por republicanos. Terminada ésta, no fue hasta 1946 cuando se restableció el culto a San Blas en San Pedro gracias a su párroco D. Emiliano Morales que adquirió una nueva imagen, junto con unos generosos devotos de la parroquia, a los escultores valencianos José María Rausell Montañana y Francisco Lloréns Ferrer, tiene una altura de unos 110cm y fue puesta al culto en la capilla de San Juan Bautista en el retablo de Jesús Nazareno.
Tras restablecer su culto se suprimió el novenario que se celebraba en su honor y pasó a oficiarse sólo una solemne función la mañana de su festividad. La nueva imagen procesionó el domingo 3
de febrero de 1946, acompañada por la banda provincial de música y recorriendo las calles General Rey, Lanza, Carlos Vázquez, General Aguilera, Plaza del Pilar y Mejora, a la Parroquia de San Pedro. Para su segunda salida procesional en 1947, estrenó andas y el actual estandarte, que fue diseñado y lleva un óleo del entonces profesor de la Escuela Normal de Ciudad Real D. Manuel Mendía.
La Congregación Infantil de San Blas, llegó a contar con numerosos hermanos, ya que era costumbre en nuestra ciudad que las madres acudieran con sus hijos para alumbrar al santo durante su salida procesional para que no enfermaran de la garganta. Esta Congregación desapareció en los años setenta del pasado siglo XX, y a partir de entonces sería el clero parroquial quien procesionaría la imagen, tal y como lo viene haciendo en la actualidad.
Ciudad Real aparece desde sus inicios muy generosa en fundaciones caritativas, lo cual es el mejor exponente del elevado espíritu de sus fundadores, dirigido a los necesitados de la población o fuera de ella. Así, el año 1473, se funda el hospital de san Blas, que estuvo en los números 3 y 5 de la calle de Ballesteros (General Rey). Había allí dos camas para acoger a los pobres viandantes, donde se les albergaba durante tres días. Aparece por fundador un tal Juan Flores. Un siglo más tarde se instituyó en él una cofradía en honra del santo patrono "para la buena administración de este hospital". Pero sabemos que a finales del s. XVIII se hallaba completamente arruinado, sin otra edificación que un cobertizo habitado por una pobre mujer que cuidaba la lamparilla del santo que hubo siempre sobre la puerta.
El refranero popular también tiene frases en torno a este santo que alguna vez hemos oído como: “Por San Blas la cigüeña verás, y si no la vieres año de nieves”, “Por San Blas tus ajos sembrarás” y por último “Para San Blas, una horita más”.
Por ultimo decir que en la Parroquia de Santa María del Prado, actual Catedral, también existió una Cofradía en honor a San Blas, tal y como figura en su archivo, en un cuaderno de memorias desde 1598 hasta 1604, en cuyo folio 19 hay un índice de igual numero de cofradías, que celebraban por entonces su festividad en el citado templo. En un inventario de reliquias del año 1602, también figura la de San Blas, que debió desaparecer durante la Guerra Civil Española.
Con la celebración de San Blas terminan las celebraciones de los llamados Santos Viejos.
LOS NIÑOS SON LOS PROTAGONISTAS DE LA PROCESIÓN DE HOY