La calle de Postas se llamó así por
haber estado en el número 1 de la misma, durante muchos años, la Administración
de Correos y la Caja Postal de Ahorros y ya es sabido que en este servicio se
te llamaba en el siglo pasado la Posta. El primer tramo, ahora ensanchado en la
acera de los pares, ha sido trasformado en la calle peatonal, a satisfacción
general, pues era peligroso el tráfico de vehículos y sobre todo los pesados.
Todavía se recuerda que en los años veinte y treinta era necesario colocar al
principio de la calle, los días de intensa lluvia, un grueso tablón de madera,
para que los peatones pudieran cruzar sin meter los pies en el agua, ya que al
no existir aún alcantarillado, solía inundarse esa zona.
En el número 2, estuvo hasta el año
1912, el establecimiento de tejidos de don Antonio López Pan, que
posteriormente se trasladó a la calle de la Feria. En 1913 fue el primer local
que ocuparon los Almacenes "El Capricho" en Ciudad Real, procedentes
de Albacete, al frente de los cuales vinieron los señores Joaquín Rico y Amando
Alcantud, fallecidos ambos antes de los años sesenta, comanditatos por un firma
comercial fuerte de la citada ciudad manchega.
En el mismo local estuvo bastantes años
la sastrería Morote, con su cortador, el maestro Baldomero García Velasco, con
sus tradicionales maniquís, unos tocados con sombreros y otros con gorras, que
por aquel entonces se usaban mucho, incluso por los "pollos bien". En
los años 36-39, durante la guerra civil, fue ocupado dicho local, con fachada
también a la calle del Prado, por una Colectividad de Peluqueros, en la que se
unieron varios establecimientos del ramo, del que se hizo cargo después de la
fecha citada el maestro Espadas. Al cesar el negocio de peluquería y barbería,
se estableció en dicho número 2 el despacho y almacén de aceites de Parra.
También ocuparon locales de este inmueble la Mercería Diéguez y Benáquez y la
Corsetería Lola. Hoy, en este inmueble esquina a Postas y Prado se halla el
conocido Anexo de Peñalta, especialmente dedicado a ciertos tejidos,
confecciones, zapatería, equipos de novia y de primeras comuniones. También lo
ocupa la Droguería Antonio, con perfumería y artículos de limpieza y el piso
principal la Mutua Nacional del Automóvil. Una tienda de calzado de niños
sustituye el antiguo estanco.
El número 4 era un viejo caserón, con
fachada encalada, domicilio del señor Maroto, donde ya trabajaba de
electricista, luego continuado por sus hijos, y en el mismo portal de la casa,
durante Semana Santa, instalaba unas mesas para la venta de pilas eléctricas,
que ya habían hecho su aparición en el mercado.
En la actualidad, tras la edificación de
un nuevo inmueble, ya retranqueado, llamado Galerías Posta, alberga en los
bajos dos establecimientos: Mercería Jesús Baptista y Electrónica Turrillo, y
en las demás plantas la Relojería Anfora con joyería y numismática, Mercería
Novedades, Relojería Orient, la Tía Tula de ropa y Sheila Salón de Belleza.
En el número 6 se hallaba la conocida
"Bodega del Marqués", asi llamada por haber sido propiedad del
marqués de Casa Treviño, anexa a su casa palacio de la calle de Reyes, que en
tiempos fue Chacillería Real de Castilla, según documentado informe del señor
Rodrigo Rico. Pues bien, en esta bodega, arrendada a industriales del ramo, se
vendía vino por arrobas, cuartillas y litros, pero también era costumbre
chatear -con vasos del tamaño de cañas- por un grupo reducido de buenos
bebedores amigos del bodeguero. Se recuerda la escalera de entrada con tres o
cuatro peldaños, para bajar, y un número reducido de tinajas, junto a las que
se colocaban pequeñas mesas y banquetas de madera, que servían para que se
formaran pequeñas tertulias de los más asiduos.
El mal estado de conservación de este
inmueble obligó a su demolición allá por los años 48-49 y en su lugar se
construyeron una serie de locales comerciales, entre ellos Magón de Postas, con
tejidos, mercería, paquetería y confecciones; Almacenes "La Chabola",
de alimentación, con mayor y detall, propiedad de don Florencio Sanz Martínez,
buen aficionado a la Fiesta Nacional, que fuera conocido empresario taurino en
diversas plazas manchegas, incluida la capital; otro establecimiento de
mercería propiedad de don Gregorio Baptista, de parecidas características al de
su hermano, antes mencionado; la "Casa de las Medias", de don M.
Barraján Espinosa, y un último con el nombre de "La Gardenia". En la
actualidad están Viajes Cervantes, Torroba decoración y Fotografía Iferga.
Recientemente sufrió transformación esta zona de la calle, al ser vendida la
casa solariega del marquesado de Treviño, adquiriendo la planta baja la Caja
Rural Provincial, sin que los locales de la calle de Postas hayan sido ocupados
hasta el momento, aunque si los de la calle de Reyes, para instalar en ellos
una sucursal de la Caja. Ha sido derribado el inmueble donde se hallaba
"La Chabola" y pocos años ha el de Magón de Postas, para construir un
moderno edificio en el que ha vuelto a instalarse esta firma comercial, con
puerta también al paseo del Prado.
Siguiendo con la calle y una vez pasada
la calle de los Reyes, se hallaba el llamado "huerto del marqués",
cercado con tapias encaladas. En los primeros años del cine comercial, durante
algunos veranos, se veían allí películas mudas, en episodios.
En 1933 el Ayuntamiento
republicano-socialista que presidía el alcalde don José Maestro San José
proyectó la construcción de un moderno mercado de abastos en dicho huerto,
proyecto que más tarde se reactivó en los años cuarenta por las Corporaciones
que presidieron don José Donado Adán, don Pascual Crespo Campesino, Don
Fernando Bustamante García y don José Navas Aguirre, siendo este último quien
tuvo la suerte de alcanzar la inauguración, superando las dificultades de
concesión de materiales para tan importante servicio público. El proyecto y
dirección de la obra estuvo a cargo del entonces arquitecto municipal don José
Arias. En el mercado se han realizado posteriormente obras de mejora y
ampliación que le han colocado entre los mejores de su clase. En el piso bajo,
con fachada a las calles de Postas y Reyes, estuvo instalado varios años un
moderno supermercado, que contó con el favor de las amas de casa.
Cruzada la calle de Morería, esquina a
esta y Postas, se hallaba un molino de aceite de la misma propiedad, o sea del
marqués de Casa Treviño, en cuyo local hubo después unos almacenes de
Alimentación de la Casa Navarro y que al construirse nuevo edificio, los bajos
fueron adquiridos por la Cooperativa de Consumo y Crédito, que ahora parece
haber cesado en sus actividades comerciales.
Por cierto que se cuenta una anécdota
sucedida en el citado molino, donde como en otros de aquellos años treinta, era
corriente celebrar reuniones de amigos para comidas y meriendas. Pues bien,
tres buenos góurmets, muy populares y conocidos en Ciudad Real por su buen
diente, se reunieron una tarde para hacer una merienda cena, nada menos que con
veintitrés kilos de carne. Cuando ya estaban dispuestos a empezar a comer
oyeron golpear y aporrear fuertemente la puerta de entrada y uno de los
comensales, sin poderse contener, exclamó: "¡Pero es que van a venir
más!".
En los alrededores del citado molino,
deambulaba un célebre personaje "El Llueco", que con su capa sobre
los hombros, en tiempo de invierno y apoyado en un garrota de "siete
perros", paseaba por la acera hasta la calle de Alamillo, aunque a veces
se llegaba hasta la plaza de la Constitución y en sus alrededores era muy
popular, ¿Qué muchacho de por entonces no habrá dicho algo para excitar la ira
del que fuera famoso tipo local?
En la casa siguiente al molino, número
12, estuvieron muchos años instaladas las oficinas de la Delegación Provincial
de Auxilio Social y también hubo un almacén de galletas. Al construirse nuevo
edificio, en los bajos está ya varios años la confitería Cruz, que dispone de
salón para meriendas.
El número 14 fue la casa de don Carmelo
el cura y del labrador acomodado José Vicente Baillo. Posteriormente y durante
buen número de años, fue la posada de Fidel, cuando ya habían desaparecido las
de la hoy Plaza Mayor y de la calle de la Cruz. En los años setenta se
construyeron nuevas edificaciones, en las que han quedado instaladas industrias
y comercios.
Ya hasta la esquina final de Postas,
donde se construyó el Instituto Provincial de Higiene, anteriormente en la
calle de la Mata, existía el taller de joyería y platería de José Álvarez Amat,
llamado "el artista" por su habilidad en la profesión, y en la casa
número 18 la afamada y popular sastrería de Sánchez de la Nieta, más conocida
por la de "El Costoso", que gozaba de una gran clientela y era centro
de reunión de una simpática tertulia, sobre todo cuando se hizo cargo de la
sastrería uno de los hijos, el bueno de Fausto (en algún cartel de aficionados
taurinos figuró con el apodo de "Carrete" que pertenecía a la célebre
peña de "Los Perrilleros", todos ellos muy estimados y queridos en
Ciudad Real, por cuyos problemas se interesaban a cual más. Era corriente
verlos paseando en grupo, llegándose hasta "El Garritón", ya pasado
el parque, para ver en el buen tiempo la maniobra que habían de hacer los
trenes de Madrid para entrar en la estación de ferrocarril, antes de realizarse
la desviación de la línea directa.
También en esta sastrería del
"Costoso" se confeccionaban las túnicas para la Hermandad del
Santísimo Cristo del Perdón y de las Aguas, que hacían a no pocos muchachos de
Ciudad Real, por encargo y a su costa de una ilustre personalidad de aquellas
fechas, don Federico Fernández Alcázar, jefe provincial de Sanidad mucho
tiempo. Pues bien, don Federico, entusiasta de su Hermandad, la más numerosa
por aquel entonces, pagaba las túnicas de su peculio y luego las regalaba a
muchos chicos de familias conocidas, túnicas que salían alrededor de unos seis duros
de coste.
Cecilio
López Pastor. Pequeña historia local: Ciudad Real, Medio siglo de su comercio.
Ciudad Real 1986