Francisco Mena Cantero nació hace poco
más de 79 años en Madrid, donde apenas pasó cuatro días, y aunque el DNI y
todos los documentos oficiales digan que es madrileño, “mi corazón está donde
ha nacido, no a la vida, sino al amor, y ese sitio es Ciudad Real”. Pasó su
infancia y juventud en Ciudad Real, donde se casó y le nacieron sus hijos. Es
licenciado en Filosofía y Letras, y reside en Sevilla desde 1971, donde dirige
la Colección de Poesía Ángaro junto a los poetas Manuel Fernández Calvo y
Víctor Jiménez. Cultiva el artículo periodístico y la poesía, siendo esta
última la más reconocida y donde su bibliografía es ya muy amplia (más de
veinte libros). Está jalonada de numerosos premios (“Ricardo Molina”,
“Francisco de Quevedo” del Ayuntamiento de Madrid, “Juan Alcaide”, “Zenobia”,
“Villa de Martorell”, “Hilly Mendelssohn de la Asociación de Escritores”,
“Ciudad de Alcalá de Henares”, “Paul Beckett”, “Premio Mundial de Poesía
Mística Fernando Rielo”, etc.).
Entre sus libros figuran Mar de altura
Col. Aldebarán, Sevilla, 1978; Espejos en el fondo del vaso Ámbito Literario.
Barcelona, 1979; Plural espejo Col. Ángaro. Sevilla, 1983; Las cosas perdonadas
Col. Adonais. Madrid, 1983; La zarza ardiendo Palencia, 1985; Amanecer de
Claudia Col. Ángaro. Sevilla, 1996; Un hombre habla solo Alcalá de Henares,
1999…También ha publicado dos libros para niños, así como una biografía del
folclorista manchego Mazantini y el Epistolario de Arturo Gazul. Es colaborador
habitual de ABC de Sevilla y LANZA de Ciudad Real.
“¡Qué bien le sienta a mi corazón Ciudad
Real!”, exclamó en la noche de este miércoles el poeta Francisco Mena Cantero,
que fue distinguido como hijo adoptivo de Ciudad Real, en un acto, en el
antiguo casino, que congregó a numerosas personalidades culturales y sociales
de la provincia.
El acto comenzó con la intervención de dos
padrinos de la candidatura. Primero la poetisa Ana Ruiz Moyano dibujó el
carácter del nuevo hijo adoptivo de Ciudad Real, de quien ensalzó su amistad,
la grandeza de su corazón, su sincero cariño y el afecto que da sin esperar
recibir nada a cambio.
Por su parte el también poeta Santiago
Romero de Ávila y García Abadillo realizó un bello relato del amor por su
tierra de Francisco Mena Cantero y ensalzó la belleza de sus versos. Destacó
que su obra poética es perfecta, intensa y sobria, eliminando lo que no es
necesario y quedando sólo con su lirismo y sencillez.
Francisco Mena agradeció en su
intervención, el reconocimiento que ha recibido del Ayuntamiento de Ciudad Real
y a todos aquellos amigos, poetas y colectivos e instituciones culturales que
apoyaron esta distinción. Durante su intervención, Mena Cantero defendió el
progreso y la evolución siempre que se respete las señas de identidad
manchegas.
El poeta, colaborador de este diario,
incidió en que “Ciudad Real nunca me debió nada, soy yo el que le debe mucho”,
añadiendo que del mismo modo que “uno ama a los suyos, con sus virtudes y sus
defectos, así amo yo a Ciudad Real, sin querer que se parezca a otra ciudad,
siendo ella misma”.
Finalizó el poeta recitando dos poemas
escritos para la ocasión y la que evocaba recuerdos de su niñez: ‘El insistir
de los vencejos’ y ‘Los portales tristes’.
Medalla
y pergamino
Cerro el acto la alcaldesa de Ciudad
Real, Rosa Romero, que fue la encargada de entregar al poeta la medalla de hijo
adoptivo y un pergamino. Romero motivó el homenaje por la singular y brillante
trayectoria de Mena Cantero, que engrandece a Ciudad Real como ciudad de las
artes y las letras.
Para alcaldesa es justo el reconocimiento
de la ciudad que le vio crecer y le forjó como la persona y poeta que en la
actualidad es, ensalzando siempre los valores manchegos y que nunca ha olvidado
a su ciudad y sus raíces percheleras. Destacó Romero “su poesía elegante,
expresiva y su musicalidad, que demuestra que es artesano del verso y gran
conocedor del oficio”.
La alcaldesa concluyó que con el
homenaje Ciudad Real salda una deuda con Mena Cantero y “Ciudad Real le
reconoce su profundo amor”. Por último, la primera edil entregó un ramo de
flores a la esposa del poeta, Juanita.
Previamente al acto de nombramiento,
Francisco Mena Cantero, acompañado de la alcaldesa de Ciudad Real, su familia y
amigos descubría una placa dedicada en la Calle Progreso, donde residió durante
muchos años antes de trasladarse a Sevilla donde vive actualmente.
Uno
de los libros de Mena Cantero fue "Volver a Ciudad Real", número 78
de la Colección literaria Ojo de Pez de la BAM, el poeta expresa con
intensidad, emoción y dramatismo, un personal ejercicio de nostalgia, evocación
y rememoranza sobre la ciudad de su niñez, en el que el tema del tiempo adquiere
especial relevancia
desde 1965 a 1971 fue profesor en LLerena de lengua y literatura española en el Colegio Ntra.Sra. de la Granada.
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