Los ferroviarios, desde
su Asociación (AGEOFE) fundada en 1888, pretendían mejorar sus condiciones
personales como trabajadores, la formación de todos los asociados y extender la
enseñanza a todos los hijos de los empleados que pertenecían a ella. Esta
Asociación nace para paliar las necesidades de los trabajadores en varios
aspectos como la jubilación, orfanato, viudedad, socorros de urgencia,
subsidios en casos de defunción y asistencia médica. Las pretensiones de los
asociados eran, en primer lugar, tener un local social donde poder reunirse; en
segundo lugar, querían hacer viviendas para los trabajadores y sus familias, y
en tercer lugar pretendían la construcción de escuelas para erradicar el
analfabetismo entre los hijos de los asociados y darles una preparación
profesional. La Asociación de la zona 18 correspondía a Ciudad Real y empieza a
funcionar a comienzos del siglo XX.
En el periodo desde 1916
hasta 1936 construyen quince edificios para escuelas en toda España. La
financiación era casi toda proveniente de las cuotas de los asociados y de
cesiones de terrenos. En primer lugar, se hizo el de Madrid, luego en
Valladolid, después en Alcázar de San Juan y en cuarto lugar el de Ciudad Real.
El colegio Ferroviario de
Ciudad Real nace de una cesión de terrenos de unos 544 metros cuadrados, que
hace el Director General de la Compañía de Madrid-Zaragoza-Alicante (MZA), Sr. Maristany. Los planos del edificio se
expusieron un céntrico comercio de Ciudad Real, según informaba el periódico Vida Manchega el 10 de enero de 1922.
El arquitecto encargado
de llevar a cabo la dirección fue D. Francisco Alonso Martos. Las obras se
adjudican a D. Ramón Molina por un importe de 257.544 pesetas. La parte
ornamental fue realizada por el Sr. Santos, la calefacción la instaló una
empresa de Madrid, la parte eléctrica fue realizada por el ingeniero D. Martín
Abad, la carpintería y parte del mobiliario la hizo D. Ramón Prado y la parte
de herrería una empresa de Ciudad Real.
La primera piedra se puso
el día 23 de abril de 1922. Al acto asistieron el Ministro de Trabajo, D.
Abilio Calderón; el subsecretario, Sr. Conde de Altea; el general Francisco
Aguilera; los Diputados a Cortes señores Marqués de Viesca y Marqués de Huétor;
el Presidente de los Ferroviarios, Sr. D. Félix Eznarriaga; el subdirector de
M.Z.A., D. Domingo Muguruza y la Junta de Gobierno de la M.Z.A. A este acto se
unieron el Gobernador Civil, D. Ignacio López Haro; el alcalde accidental de
Ciudad Real; el Obispo Prior, D. Javier Irastorza; el presidente de la Asociación
de Ferroviarios, D. Eusebio Cacho y el presidente de la Zona 18, D. Ponciano
Montero.
Según la información del
periódico Vida Manchega de 21 de
noviembre de 1922 se produce un derrumbamiento de parte del edificio en
construcción. Éste fue el motivo por el que se desplazan desde Madrid el
arquitecto junto con el vicepresidente de los Ferroviarios, D. Antonio Gistau y
el secretario D. Antonio Romero, que acompañados del presidente de la zona 18
D. Ponciano Montero visitan las obras. El asunto se soluciona y un año más
tarde vuelven el presidente de los ferroviarios, D. Luis Aza; el secretario D. Antonio
Gistau y el arquitecto, D. Francisco Alonso.
El día 14 de septiembre
de 1924 se inaugura el nuevo edificio. Al acto asisten el presidente de la
Asociación General de Ferroviarios, D. Antonio Gistau, los vicepresidentes, el
secretario, el presidente de Zona, D. José Castro; el gobernador civil interino,
D. Gonzalo Muñoz; el alcalde interino; el presidente de la Audiencia, el
presidente de la Diputación, D. Luis Barreda; el Obispo Prior, D. Narciso
Estenaga; el presidente de la Asociación de Ferroviarios, D. Luis Aza; el ex
presidente de la Zona 18, D. Ponciano Montero y el arquitecto, D. Francisco
Alonso Martos.
El periódico El Pueblo Manchego también da la noticia
el 13 de septiembre de 1924 de la inminente inauguración del edificio y hace
una descripción del mismo. El edificio va a constar de un sótano en el cual se
instalan cuartos de baño, gimnasio, caldera de carbón y carbonera. La planta
baja, tenía un acceso principal por el Parque y
la entrada a la Academia por el Paseo Cisneros, constaba de dos
galerías, un hall cubierto donde hay bebederos para los niños, seis amplias
aulas, sala de profesores, comedor para los alumnos que vengan de las
estaciones y un W.C.
Continúa la descripción
indicando que en la planta principal o primera hay un gran salón decorado con
gusto, despachos del presidente, secretario, delegados, representantes,
vocales, sala de visitas, biblioteca, y además unos W.C.
En la segunda planta hay
dos viviendas para empleados, cada una compuesta por ropero, cocina, cuatro
habitaciones, otra de uso interior, vestíbulo y terraza.
La Academia de los
Ferroviarios se proyecta como un centro de formación para niños, niñas y
adultos. Se busca la educación de los hijos de los ferroviarios, su formación y
la preparación para su ingreso en la futura vida laboral, y la formación de
adultos en materias de ferrocarriles. Las enseñanzas que abarca son párvulos,
primera enseñanza, francés, dibujo, corte y confección y la preparación de
alumnos para factores, fogoneros, mozos de tren, mozos autorizados, etc. El
Centro comienza con ocho profesores, siendo su primer director, D. Luis
Relimpio, que estaría acompañado de las maestras Dª Amparo Alcázar, Dª Ventura
Capilla y de los maestros D. Diego Pizarroso, Manuel Medina. A D. Luis le
sucedería, como director, D. Justino Espadas en 1926.
Pasada la Guerra Civil se
hicieron famosas las verbenas que hacían los ferroviarios en el patio del
colegio durante las fiestas de la Virgen del Prado, en las cuales había
competiciones deportivas (baloncesto, boxeo y futbol), bailes y conciertos
musicales gratuitos, exposiciones culturales, elección de Miss Zona 18 y damas,
etc.
Durante las décadas de
1940 y 1950 el claustro de profesores estaba formado por Justino Espadas
(director), Justo Espadas, Javier Alcázar, Salvador Encina, Luis Sánchez y
Rafael. Siendo las maestras Silvina Roldán, Raimunda Martín, Magdalena
García-Donas, Rosario, Lola Ballesteros y Casandra Arévalo. Al jubilarse en
1965 D. Justino, toma las riendas de la dirección D. Luis que la ejercerá hasta
1975, cogiendo su relevo Urbano Lorca.
En sus primeros momentos
es un centro privado, luego será un patronato y al final un centro público. El
colegio fue creciendo año tras año y nos encontramos que en 1975 tiene 1.395
metros cuadrados de superficie contando los patios. En 1970 como consecuencia
de implantarse la Ley General de Educación se proyectan algunas reformas para
tener más aulas y poder atender a todos los cursos de E.G.B. incluyendo dos
cursos de párvulos que desde hace muchos años no había en el centro.
Será en el curso 1987-88
cuando se transforma en un colegio de naturaleza pública (B.O.E. 26/6/1987)
como consecuencia de implantarse la L.O.D.E. y de la venta posterior del
edificio por parte de los ferroviarios. Al frente de la nueva andadura estará
como director D. José Luis Jiménez González.
El colegio público
comienza con maestros del Patronato, contratados y otros pertenecientes al MEC,
pero poco a poco serán todos estatales. Se hacen grandes reformas en el
edificio y se empieza una nueva andadura con múltiples proyectos. Las
excursiones, las Semanas Culturales, las actividades deportivas y la
participación de la Asociación de Padres se convierten en motores de la vida
educativa. El colegio crece y las dependencias se quedan pequeñas, será en 1999
cuando su directora Dª Mª Luisa Balbuena comunique a las autoridades la
necesidad de un colegio nuevo.
En el año 2000 coge la dirección del centro D. Benigno Raya y el colegio pasa a depender de la Junta de Castilla la Mancha. Se producen grandes cambios durante la primera década: llegará la Jornada Única, la dotación de ordenadores a las aulas de Educación Infantil, la instalación de las Aulas Althia, comienza su funcionamiento el Programa Delphos, se dota a los maestros de ordenadores portátiles Toshiba, disponen de orientador, maestro de PT y AL, el AMPA apoya en todas las iniciativas al profesorado, se dota a los alumnos de 5º de miniordenadores, se instalan varias pantallas y proyectores en las aulas y empieza el proyecto “Jugando al atletismo”.
El colegio estuvo
funcionando desde 1924 hasta el curso 2005/06 inclusive en el antiguo edificio,
siendo trasladados a un nuevo colegio a escasos metros del antiguo. El director
del Centro D. Benigno Raya Soriano, junto con los maestros y maestras, será el
que termine la andadura anterior y continúe en el nuevo edificio. El nuevo
edificio dará solución a la gran demanda de plazas por parte de las familias,
siendo un colegio de doble línea desde los tres años y llegando a tener 481
alumnos en 2017. A Benigno Raya le irán sucediendo en el cargo Rafael Molina,
M.ª José López, Antonio Camacho y Juan Pedro Morales, todos ellos ilusionados
con nuevos proyectos y de tener un colegio moderno para la ciudad. Se sucederán
a lo largo de sus mandatos las magnificas excursiones, semanas culturales,
actividades solidarias, actividades de reciclaje y medioambiente, las
actualizaciones en tecnologías para todo el centro y las actividades de fomento
del deporte. La más destacada fue la obtención del trofeo Joaquín Blume en 2018,
entregado por el S.M. el rey Felipe VI.
El COVID-19 supuso un gran esfuerzo y grandes dificultades que tuvieron que afrontar, pero en 2022 ya están en disposición de celebrar el centenario de la colocación de la Primera Piedra del antiguo edificio y se organizan múltiples y divertidos actos en los que participan toda la comunidad educativa del centro.
En 2024, el director Juan Pedro Morales junto con todos lo maestros y maestras, AMPA, familiares, alumnado y toda la ciudad han realizado numerosos actos que se han programado con mucha ilusión para celebrar el centenario del colegio de los Ferroviarios. Entre ellos podemos destacar la exposición fotográfica de los cien años, la recreación de un aula antigua, una conferencia sobre la historia del Colegio desde sus inicios, participación de todo el Centro en el carnaval de Ciudad Real ataviados con temas ferroviarios, realización de una verbena en el patio del Colegio con la asistencia de numeroso público de la capital, una carrera escolar de 24 horas ininterrumpidas a lo largo de un circuito proyectado en el Parque Gasset y el acto institucional de clausura en el Teatro Quijano con asistencia de las autoridades, profesorado, madres, padres, alumnado y numerosísimo público
Vicente Palomares García
P.D. para saber más: Palomares García, Vicente. “Las
escuelas del Hogar Provincial Santo Tomás de Villanueva, Pérez Molina, Cruz
Prado y Ferroviario”. Primer centenario de las escuelas públicas, 1924-2024.
Biblioteca de Autores Manchegos. Diputación de Ciudad Real, 2024.
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