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lunes, 19 de diciembre de 2016

LA ACADEMIA GENERAL DE ENSEÑANZA



La Academia General de Enseñanza de Ciudad Real, fue creada en 1895 por Miguel Pérez Molina, alcalde de la misma ciudad entre 1912 y 1913. El Real Distrito Universitario declaró el 17 de marzo de 1903 que este centro reunía todas las condiciones marcadas por el Real Decreto de Instrucción Primaria y por tanto se oficializa como centro educativo. La Academia se encontraba ubicada en el solar hoy  lo ocupa el Museo Provincial y el periódico “La Tribuna”, en su número extraordinario del 15 de agosto de 1915, la describe así:


EL EDIFICIO

Consideramos de oportunidad, la información gráfica de este centro, institución como meritísima por la labor cultural que realiza, el cual abre sus puertas a la juventud manchega el 1º de Octubre próximo con el nuevo curso académico en el año XX de su fundación.

En el sitio más sano y céntrico de la población, se alza el edificio que representa nuestro grabado, sólido, de severo aspecto y amplias proporciones, en que se halla instalada, con una altura de tres pisos y tres fachadas que miden en junto ciento quince metros lineales y mil ciento noventa y siete de superficie, ventilado por ciento cuatro huecos exteriores. Las dos fachadas principales, corresponden: la una a la calle Caballeros, la otra a la del Prado, constituyendo este hermoso jardín, el punto de reunión y recreo de los numerosos alumnos que diariamente concurren a la Academia y en el cual encuentran el necesario solaz y esparcimiento de los descansos.

De muy moderna construcción, el edificio de la Academia es de los mejores que cuenta Ciudad Real: en él estuvo instalada la Excma. Diputación de la provincia hasta que se terminó su hermoso palacio, y posteriormente el Casino principal, pues sus estancias son amplias y ventiladas, la altura de sus techos, muy suficiente (más de cinco metros) y su distribución, cómoda y adecuada al objeto que se destina.

Como ampliación al edificio descrito y muy próximo a él, cuenta la Academia con un extenso campo de recreo que mide cuatro mil metros cuadrados, perfectamente murado y aislado, en donde se halla instalado el gimnasio higiénico dotado de todos los aparatos modernos y en el que los alumnos concurren a ejercitarse en juegos higiénicos muy convenientes y en la instrucción militar, atendiéndose así al perfecto desarrollo físico.

En cuanto a su sostenimiento y progresos, su años de existencia son el dato que más elocuentemente habla de ella, porque sabido es que ordinariamente los colegios de segunda enseñanza tienen vida efímera y recorren in ciclo reducido, al final del cual se renuevan y son sustituidos por otros, recabando todos ellos subvenciones.


La Academia se separa en esto de la corriente general; renuévanse en los pueblos colegios y profesores de segunda enseñanza que cada un año aparecen y desaparecen, pero la institución de que hablamos tiene tan sólidos sus cimientos y tan fundamentado su crédito, que un año tras otro funciona progresivamente, sin otra alteración que el mejoramiento que constantemente introduce en él su infatigable Director, ya implantando las reformas que de visu ha podido apreciar en sus viajes al extranjero, ya aumentando y seleccionando su profesorado, que escoge entre lo más docto y laborioso, sin haber nunca solicitado auxilio de ninguna Corporación.

Y que en su labor obtiene el merecido premio, lo demuestra de una parte el elogio unánime de la prensa de toda España y de otra los numerosos profesionales facultativos que cursaron en este Centro sus estudios de segunda enseñanza y que en la actualidad ejercen sus Carreras dentro y fuera de la Provincia.


LOS SALONES

Son dos los salones de estudio destinado a los alumnos de segunda enseñanza. El primero, que es el mayor, mide 6,20 metros de ancho por 12,30 de largo, dimensiones que le dan una gran capacidad conforme necesitan los numerosos alumnos que a él concurren, acomodados en pupitres unipersonales y bajo la vigilancia constante de un Profesor.

El segundo, destinado a los escolares de 1º y 2º año, es de 10 metros de largo y análoga instalación, pero sus pupitres son bipersonales.

Necesita el alumno ejercitar su inteligencia y preparar sus lecciones para comprender las explicaciones, fijar las ideas y acostumbrarse a la deducción y al raciocinio: a esa necesidad obedecen los salones de estudio.

Procurase, porque la práctica pedagógica así lo aconseja, que las horas de estudio coincidan con las extremas del día, o sea en las primeras horas de la mañana y después del paseo de la tarde, antes de cenar, destinándose las demás horas al ejercicio teórico-práctico de las clases, completando con ello la labro realizada por los Señores Catedráticos del Instituto, pues las jóvenes inteligencias de los alumnos han de buscar la cooperación familiar y sencilla de los Profesores de la Academia, especial para cada asignatura, con lo que seguramente se alcanza la mayor probabilidad de éxito en su aprovechamiento académico.


LAS AULAS

Las aulas, tanto las de Letras como las de Ciencias, tienen su superficies, próximamente, de unos cuarenta metros cuadrados y en ellas pueden colocarse cómodamente unos veinte alumnos, pues su elevación, de más de cinco metros de altura, les permite la aireación necesaria.

Todas tienen grandes encerados, cuadros murales, mapas y planos, que con el cuantioso material que posee el museo complementan la enseñanza, que realizan con sus explicaciones los profesores, todos ellos Doctores, Licenciados, Ingenieros y técnicos. Es de tener en cuenta la circunstancia de que la Academia no está incorporada al Instituto, y por consiguiente sus alumnos están matriculados al  Establecimiento oficial al cual concurren diariamente.

Los Profesores de este Centro siguen escrupulosamente los textos, programas y método del Instituto, haciendo que su labor sea doblemente útil, porque repitiendo en el mismo día la explicación teórica práctica, los alumnos alcanzan el mayor aprovechamiento posible, fin último y definitivo de la labor docente.


Las clases de Ciencias, además de material científico, tienen otro complemento: las excursiones al campo en donde sobre el terreno y acompañados del Profesor, se estudian periódicamente las Ciencias físicas y naturales.

La fraternidad campea entre profesores y alumnos, que como buenos camaradas conversan, discretean y se expansionan, sacando como valiosísimo fruto de la excursión, útiles enseñanzas que no pueden darse en la austeridad de la cátedra, ni aprenderse en la prosa de los libros, procedimiento novísimo que se usa mucho en el extranjero y que por su bondad se aplica ya en España, siendo esta Academia de las primeras en adoptarlo, como constantemente hace con todo lo que significa progreso en la pedagogía.


COMEDOR-DORMITORIOS

El comedor, instalado también en la planta baja y próximo a la cocina, es un rectángulo de veinte metros de largo por siete de ancho, con dos filas de mesas en que pueden colocarse cómodamente más de cien comensales. Una plataforma normal a la longitud ocupa el testero superior, y en ella se sitúan los Profesores, que presiden las comidas, realizándolas al propio tiempo que los alumnos.

Los dormitorios son amplios locales en el segundo piso del edificio, de cinco metros de altura, numerosos huecos y de veinticinco a treinta metros de lado. Un fámulo se halla al servicio de cada uno de ellos.

La Biblioteca en el piso principal, que ya cuenta por millares sus volúmenes, catalogados y organizados con arreglo a los principios científicos que rigen en las Bibliotecas del Estado; el Museo, en el mismo piso con sus numerosas colecciones, especialmente en las secciones de Mineralogía, Zoología y Física, y el Oratorio en donde al levantarse y al acostarse rezan sus breves oraciones todos los alumnos, dirigidos por el Capellán del Establecimiento, completan las instalaciones del suntuoso edificio que acabamos de describir.

El conjunto armónico que forma el Establecimiento y el mecanismo de su funcionamiento, está sostenido y perfectamente equilibrado por la infatigable labor del Sr. Pérez Molina, que no descansando un momento atendiendo a todos y multiplicándose prodigiosamente para que ni en el más insignificante detalle falte su intervención, siendo en la actualidad secundado por Profesores que fueron aventajados discípulos suyos.

No es extraño, pues, que la prensa unánimemente haya prodigado grandes elogios a este Centro, ni que el Gobierno haya condecorado a tan digno Director con la Cruz de Alfonso XII. El Álbum de la Academia, en que Ministros, príncipes de la Iglesia, de la Milicia y cuantos personajes de altura han desfilado por la Mancha y visitado la Academia General de Enseñanza de esta Ciudad, horándola al consignar sus laudatorias impresiones, dieron el mayor timbre de honor y de gloria que puede ostentar un Establecimiento de esta índole, y el premio más adecuado a cuantos con su generoso esfuerzo han contribuido a la mayor cultura en esta Provincia.

X.Y.Z.


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