Cruz
realizada con parte de la madera de la encina sobre la que se apareció la
Virgen del Prado en 1088, propiedad de D. José Liberto López de la Franca
Mañana 25 de mayo, se celebra en nuestra
ciudad el novecientos veintisiete aniversario de la aparición de la Virgen del
Prado en el año 1088, en el prado del entonces
Pozuelo Seco de Don Gil. Según la tradición se apareció sobre una encina en
forma de paloma y hasta el año 1968, parte de esa encina se conservó incrustada
en el pavimento del camarín y durante siglos estuvo en la peana de la imagen de la Virgen
del Prado que fue destruida en 1936.
Realizada la Coronación Canoníca de la
imagen de la Virgen el 28 de mayo de 1967, después que el templo catedralicio fuera
restaurado los primeros años de la década de los sesenta del pasado siglo XX y
el camarín de nuestra patrona en 1967, el entonces Obispo-Prior de nuestra Diócesis,
D. Juan Hervás y Benet, coincidiendo con el primer aniversario de la coronación
canoníca de la imagen en 1968, dispuso que el trozo de encina que se conservaba
en el camarín y que según la tradición fue donde se apareció la Virgen del
Prado, se realizaran con él cruces de pequeño tamaño, haciéndose D. Juan
varias cruces pectorales del mismo.
Por decisión de D. Juan, estas cruces
fueron entregadas a todos los miembros del entonces Cabildo Prioral y a los
miembros de la Comisión Ejecutiva de la organización de los actos de la Coronación Canoníca.
D. Juan envió una carta personal a cada una de las personas que recibió esta cruz
en la cual se decía lo siguiente:
Carta
que envió el Obispo Hervás entregando las cruces al Cabildo Catedral y los
miembros de la Comisión Ejecutiva de la Coronación de la imagen. Archivo: José
Liberto López de la Franca
“Al
restaurar el Camarín de la Santísima Virgen del Prado en 1967, con motivo de la
Coronación Pontificia de la Sagrada Imagen de nuestra Patrona, se recogió un
pedazo de madera empotrado en el pavimento, que perteneció a la peana de la
antigua Imagen,destruida durante la denominación marxista.
He
querido hacerme una Cruz pectoral con una pequeña porción de dicha madera, para
tener de este modo un recuerdo personal y entrañable de la Coronación, que toda
mi vida guardaré con devoción particular.
Para
dar un honroso destino del resto de la madera encontrada, he querido que se
hagan pequeñas crucecitas, de las cuales me es grato ofrecerle una a Vd., que
tomó parte personal y destacada en la Coronación, seguro que la recibirá con
particular devoción y estima.
Con
este motivo, le saluda y bendice con afecto en este primer aniversario de la
coronación, su afmo. s.s. en Xto.”
Aunque don Juan en su escrito dice que
esa madera perteneció a la antigua peana de la Virgen, según una piedra que había
grabada en el camarín, hoy desaparecida, se afirmaba que era de la encina
donde se había aparecido la imagen. Así parte de la historia de la tradición de
la Virgen del Prado, que se conservó durante siglos junto a la imagen de
nuestra patrona, desapareció y fue entregada a manos particulares. Una pena que
no se hubiera conservado, como lo hizo durante tantos años en el camarín junto a nuestra venerada Virgen del Prado.
El
Obispo-Prior D. Juan Hervás y Benet con una de las cruces pectorales que se
hizo con la encina de la Virgen. Archivo: José Liberto López de la Franca
Conocía el hecho, contado por una de esas 'manos particulares', según me refirió en su día.
ResponderEliminarÚnicamente puedo dar fe de lo que me dijo, y no de que fuese cierto.
En el mismo acto, me mostró una de esas cruces de madera de encina, de pequeño tamaño, hablándome de su autenticidad.