La falta de vías de comunicación y procedimientos rápidos en aquellos pretéritos tiempos y las necesidades del intercambio de todas clases de productos, ya fueran terrícolas, ya industriales o de ganadería impusieron desde las sociedades más primitivas, lugares apropiados para las transacciones comerciales.
Y este es el origen de las Ferias y Mercados, que se pierde por ignorarse el punto fijo, la fecha más o menos cierta, en que aparecen estas reuniones mercantiles, algunas tan famosas y que aún subsisten. Como la celebérrima de Medina del Campo.
Los reyes, al fundar Villas y Ciudades, o conquistarlas con las armas del poder extranjero, especialmente en nuestra secular guerra morisca, al concederles Fueros y Cartas Pueblas, en estos privilegios iban siempre incluidas las concesiones de Ferias y Mercados francos en determinados días del año, siempre coincidentes con la terminación de la recolección de las cosechas y celebración de las fiestas populares en honor de los Santos y Vírgenes, patronos tutelares de los pueblos.
Ciudad Real tuvo desde que fue Villa por gracia del fundador Alfonso X el Sabio, sus días de mercado franco, es decir sin tener que pagar tributos, ni otros impuestos sobre las dichas transacciones y sus ferias en los días subsiguientes a la festividad de nuestra Excelsa Patrona la Virgen del Prado.
Precisamente por
la concesión de los maestres de la poderosa Orden de Calatrava, a la vecina
Miguelturra, mercado los mismos días que los celebraba Villa Real, vino a
enconarse la lucha entre estos dos pueblos tan cercanos y siempre tan rivales,
por ser la primera de cierto modo feudataria de la inclina orden militar que
fundara San Raimundo de Fitero y la que es hoy capital de la Mancha, realenga
hasta el corazón.
¿Dónde se celebraban los mercados francos y las fiestas en Ciudad Real? Los nombres que aún quedan de Mercado Nuevo y viejo, calle de la Feria y Plaza del Concejo, después del Ayuntamiento atestiguan sus orígenes remotos.
Los toros o corridas de los mismos en agosto se celebraban en la Plaza pública, encerrándose el ganado en una calle que partiendo de donde hoy hay un bar salía a la del Mercado, frente a la de los Caballeros, y que se llamaba El Alcaná.
Sabido es que la Plaza de Toros que hoy tenemos se hizo e inauguró el año de 1844.
Las ferias se celebraban en la Plaza que hasta hace poco se llamaba de la Constitución y hoy del Generalísimo Franco.
Hará unos treinta años y siendo el que estas líneas escribe teniente de alcalde de nuestro Excmo. Ayuntamiento y presidente de la Comisión de festejos de la misma corporación municipal, se trasladó el Real de la ferial al Parque de Gasset.
La plaza era ya insuficiente para la instalación de las casetas de los feriantes y del público que se aglomeraba en esos días, tan señalados de las ferias agosteñas.
Emilio
Bernabeu. Diario Lanza martes 14 de agosto de 1951
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