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lunes, 10 de agosto de 2015

DONADO A LA CATEDRAL UN CUADRO DE LA VIRGEN DEL PRADO DE JUAN BERMÚDEZ



A continuación transcribo lo publicado en el diario Lanza del cuadro de D. Juan Bermúdez Calahorra, que ingreso como hermano de la Ilustre Hermandad de la Virgen del Prado en el año 1952, y que falleció el pasado mes de enero dejando a la S.I.P. B. Catedral el cuadró que pinto en 1956 de nuestra Patrona la Virgen del Prado y que le acompaño toda su vida.


LA “VIRGEN DEL PRADO” de Juan Bermúdez

Hemos tenido el gusto de contemplar el cuadro de Juan Bermúdez que está expuesto en la Secretaria del Gran Casino.

Juan Bermúdez, devoto de la Virgen del Prado y pintor especialista de retratos, ha pergeñado una obra digna de toda nuestra admiración. Oleo de regulares dimensiones, contiene valores pictóricos y de concepción que bien merecían un comentario más extenso. Mirando esta imagen de Bermúdez entrevemos al artista con el caballete puesto en el Camarín de la Virgen nueva y su atención escapada hacia la otra, la imagen antigua, de cara pequeñita y morena, hecha por la devoción familiar de toda clase de almas, más universal y entrañable, por tanto.

Hemos acertado, pues a ver en este cuadro, de perfecta factura, todo lo que el artista ha puesto de emoción, de arte, y de documento Si es así, nos felicitamos, al mismo tiempo que transcribimos nuestra cordial enhorabuena al autor. –G.R.G.

Publicado en el diario, “Lanza”, año XIV,  núm. 4.214, sábado 18 de agosto de 1956, página 2. (Se adjunta página de periódico como Anexo 1)


UN NUEVO CUADRO DE JUAN BERMÚDEZ

Calladamente, sin estridencias ni alardes publicitarios, el pintor Juan Bermúdez ha exhibido estos días, un cuadro en la secretaría del Casino. Ha bastado un simple letrero anunciador hecho deprisa y un retrato de Nuestra Señora del Prado para que esta exhibición haya constituido el suceso artístico más comentado de las recientes ferias de nuestra capital.

Conocemos desde hace tiempo, la manera de ser de Bermúdez, que no gusta prodigarse en exposiciones ni buscar publicidad por entender que cuando la obra es buena, por sí sola trasciende de la quietud del estudio y llega al conocimiento de los buenos aficionados al arte, que son los que, en definitiva interesan al artista. Y en verdad que los hechos le dan la razón a nuestro pintor porque a pesar de su continuo trabajo carece de obras en su taller que permitan darse una idea de su capacidad creadora. Y hasta se vería en un verdadero apuro si alguien le invitase a realizar una exposición.

Por todas estas razones hemos creído oportuno charlar un rato con Bermúdez, y de esta conversación hemos obtenido la impresión de que su cuadro de la Virgen del Prado es una obra que su autor llevaba largo tiempo en proyecto de realización, una de esas obras que obsesionan al artista y que no le dejan en reposo espiritual hasta verlas terminadas. Juan Bermúdez ha realizado un retrato de la Virgen para él, sin ninguna clase de concesiones externas, puesto que el cuadro no está destinado para la venta, ni mucho menos de que sea una copia de la imagen actual de Ntra. Sra. del Prado. El cuadro responde a una necesidad espiritual del artista  que anhelaba una Virgen del Prado soñada con sus recuerdos infantiles y que al mismo tiempo fuese la imagen que actualmente todos veneramos en su altar de la Catedral. Por eso es innegable que este retrato es un fiel exponente de la moderna imagen, conjugando con aquella remembranza de la imagen destruida durante nuestra guerra de liberación. Y por eso mismo este retrato nos ha producido una honda emoción a todos los que recordamos aquella querida imagen que ya no lograremos contemplar.

Este ha sido, pues el principal problema que Bermúdez se ha planteado al realizar este retrato; problema que ha sabido resolver con el mayor acierto. Cuadro éste, de no pocas dificultades en su desarrollo material por la falta de luz apropiada, por la distancia del modelo y por otras circunstancias que no son del caso. Todo ello ha sido superado por Bermúdez que ha creado una obra llena de inspiración personal, con calidades muy finas en el conjunto, con colorido muy adecuado y con una arquitectura plena de quietud y de equilibrio.

Constituye este retrato una obra importante dentro de la iconografía de Ntra. Sra. del Prado.

Sabemos que personas devotas de nuestra Santísima Patrona han solicitado de su autor, copias o réplicas de este retrato. Esperamos que Bermúdez no deje de complacer a estos fieles solicitantes.

Por JUAN J. MIGUEL

Publicado en el diario, “Lanza”, año XIV,  núm. 4.218, jueves 23 de agosto de 1956, página 3. (Se adjunta página de periódico como Anexo 2)

D. Juan Bermúdez Calahorra

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