En el siglo XIX abrió Hermenegildo Ballester en la calle Mercado Nuevo 3, actual María Cristina, un establecimiento dedicado a sastrería y sombrerería donde existía un surtido de géneros para paletos, levitones, chalecos, pantalones, levitas, etc.. paños y embozos para capas, pañetes, elasticotines, y tricores y lanillas para el verano.
También contaba con un abundante surtido de sombreros de todas las clases, colores y formas. Tras la muerte de Hermenegildo Ballester, sus hijos se hicieron cargo del mismo, siendo la fotografía que publico de comienzos del siglo XX.
Otro negocio que abrió sus puertas en el
siglo XIX en la antigua calle Arcos, 1, actual General Aguilera, fue el del “Abaniquero”
Eduardo Oliva, un comerciante llegado a nuestra ciudad proveniente de Villanueva del Cardete, de la provincia de Toledo. Un negocio próspero en aquellos años
donde se hacía toda clase de obra en abanicos de nácar, hueso, concha y madera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario