Las
catorces piezas del Porta-Paz tal y como fueron entregadas el 16 de octubre de
1986 (Archivo López de la Franca)
Toledo.- Una autentica joya de
orfebrería del siglo XVI, conocida como “El Porta-Paz de Úcles”, compuesta por 14
piezas, ha sido recuperada tras vagar 49 años por medio mundo.
Amaro del Rosal Díaz, ex-director de la
Caja de Reparaciones del Ministerio de Hacienda de la Republica, entregó ayer
al presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, las 14 piezas recuperadas del
citado Porta-paz.
El “Porta-Paz de Uclés”, uno de los tres
que actualmente se conservan en el mundo, junto al de Estambul y Roma, es una
pieza de retablo, y era utilizado en la liturgia católica para simbolizar la
paz.
Las catorce piezas, cuya procedencia se desconocía
hasta hace un par de meses, formaron parte de una de las mejores obras
realizadas por el platero conquense Francisco Becerril en el siglo XVI.
Las piezas recuperadas, la mayoría de
las que conformaron el retablo, representan las figuras de los apóstoles, San
Pedro, San Juan, San Pablo y Santiago; un medallón de la figura de la Ascensión
de la Virgen; y la imagen del Salvador.
El Porta-paz del monasterio de Uclés
(Cuenca) fue encargado al platero Becerril por los Caballeros de la Orden de
Santiago, quienes regentaban el monasterio, para instalar una plaza bizantina
del siglo XI, que representa un Anástasis.
Precisamente la parte central del
retablo, tallado en jade, donde estuvo instalada la Anástasis, no ha podido ser
recuperada desde que en tiempos de la Guerra Civil desapareciera todo el
retablo.
Tras el saqueo de que fue objeto la
catedral de Ciudad Real durante la contienda civil española, el retablo
desapareció, por lo que Amaro del Rosal ordenó una investigación para localizar
el Porta-paz.
Se nombró a un comisario especial y se
interpuso una denuncia en el juzgado de Valencia, ciudad en la que tenía su
sede la Caja de Reparaciones del Ministerio de Hacienda de la República.
La Caja de Reparaciones era el depósito
donde las autoridades civiles entregaron las piezas de valor para evitar ser
saqueadas, o de las que se desconocía su procedencia.
Posteriormente, en la citada Caja de
Reparaciones aparecieron las piezas del retablo, aunque nadie supo que pertenecían
al Portapaz de Uclés.
Amaro del Rosal, entendió que se trataba
de importantes piezas de orfebrería, en oro y plata y esmaltes, y se encargó de
su custodia durante 49 años.
En todo este tiempo, del Rosal, que se
declara ateo, llevó consigo estas 14 piezas que viajaron por medio mundo, hasta
que tras su vuelta a España, e empeño en identificarlas.
A través de unos amigos, que poseían
documentación sobre el “Portapaz de Uclés”, logró averiguar, hace unos dos
meses, el verdadero origen de las piezas.
Ahora las 14 piezas, de las que se
desconoce el verdadero valor económico, serán entregadas al Cabildo de la
Catedral de Ciudad Real, donde serán expuestas al público.
El hallazgo fue dado a conocer ayer tarde por el presidente de
Castilla-La Mancha, José Bono, en una precipitada rueda de prensa en la que
estuvieron presentes también, Amaro del Rosal, Fernando Alberto Martín,
historiador de arte; José Serrano Romero, ex-gobernador civil de Ciudad Real, entre
otras personas.
Diario
“Lanza”, viernes 17 de octubre de 1986, portada.
El
Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, hace entrega al
Obispo Prior del resto de las piezas del Porta-Paz en 1987 (Archivo López de la
Franca)
CATORCE
PIEZAS DEL PORTAPAZ DE UCLÉS YA ESTAN EN CIUDAD REAL
El presidente José Bono acudió al
edificio del Obispado y Museo Diocesano de Arte para entregar las catorce
valiosas piezas, recientemente recuperadas, que formaban parte del mundialmente
famoso -no es exageración- Portapaz de Uclés. Como luego diría el obispo de
Ciudad Real y prior de las Órdenes Militares -que es por donde vino a nuestra
Catedral, y nuestra ciudad el célebre Portapaz- no se trata de la obra completa
ni mucho menos, sino de catorce valiosas piezas de las muchas que conformaban
la obra de arte de Becerril.
Como se sabe, el Portapaz de Uclés, era
un minimonumento, por su tamaño, de la mejor orfebrería española de todos los
tiempos que enmarcaba una pieza casi única en el mundo, una importante
escultura en jade oriental, representando la Resurrección de Jesús, traída a
España por los cruzados y caballeros de la Orden de Santiago. La piedra, el
jade tallado, fue el motivo de que se encargase al inigualable Becerril un
portapaz que la enmarcase y, de esta forma, constituyese lo que fue, hasta su
destrucción, una de las dos o tres únicas piezas de esa categoría que había en
España.
APARICIÓN
DE LAS PIEZAS
El Portapaz completo fue robado de la
Catedral durante la guerra civil y desguazado, seguramente, para fundir las
piezas metálicas habiéndose recuperado hasta ahora, únicamente, las catorce que
ayer entregó el presidente región al Cabildo.
Como ya informó LANZA en su día, estas
catorce piezas estuvieron, durante cuarenta años, en manos de Amaro del Rosal,
director general de la llamada Caja de Reparaciones durante la República. Las
primeras noticias fehacientes de la existencia de las piezas se tienen gracias
a la labor de Francisco Alía, quien lo comunica al catedrático que estaba
dirigiendo su tesis doctoral, el ciudarrealeño Manuel Espadas Burgos, doctor en
Historia y miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Manuel
Espadas, conocedor, por razones obvias, de la importancia del hallazgo se pone
en contacto urgente con el consejero de Educación y Cultura, el también ciudarrealeño
José María Barreda, quien, tras una mañana larga de charlar con Amaro del
Rosal, logra que éste entregue las piezas a la Junta de Comunidades, acortándose
así los trámites de devolución a nuestra ciudad de algo que, como dijo el
presidente Bono, le pertenece inexcusablemente.
El presidente, antes de hacer entrega formal
al obispo de la Diócesis de las catorce piezas, pronunció unas palabras en las
que mostró su enorme satisfacción por poder llevar a cabo, personalmente, la
restitución de algo que, enfatizó, ha estado oculto por la intransigencia típica
de ene país; algo que fue, injustamente, arrebatado a la catedral, a la Diócesis y a la provincia. Relató, como
hemos dicho ya, como fueron entregadas a la
Junta de Comunidades las piezas y mostró
su alegría por haber podido restituir tras haber recorrido éstas varios
continentes.
El obispo de Ciudad Real, Rafael Torija
de la Fuente, agradeció la devolución de las piezas del destruido Portapaz en
nombre propio, del Cabildo -que es su
auténtico dueño, dijo- y de toda la
Diócesis.
Reconoció la belleza y la importancia de
lo recuperado, pero, enfatizó, falta, entre otras muchas cosas, la piedra
central; el jade tallado del Anástasis, imposible de reproducir o imitar si no
aparece el original, datado en el siglo XI e, incluso, antes, por algunos. Dijo
el obispo que no perdían la esperanza de recuperar más pieza, pero mostró su
enorme satisfacción por la entrega que le hacía el presidente de la región. Anunció
que lo antes posible, las piezas
recuperadas, organizadas y montadas de la mejor manera posible, serían
expuestas en el Museo Diocesano. Finalmente ambas personalidades firmaron las
correspondientes actas de -entrega y recepción.
Diario
“Lanza”, martes 3 de febrero de 1987, portada y página 12.
Tal
y como se exponen las piezas recuperadas del Porta-Paz en el Museo Diocesano
No hay comentarios:
Publicar un comentario