Buscar este blog

lunes, 3 de octubre de 2016

UNA JOYA DE ARTE



De tal podemos calificar el Porta-Paz perteneciente al Excmo. Cabildo de la Santa Iglesia Prioral de las Ordenes Militares, cuya descripción y grabado, debidos a la amabilidad del Sr. Deán de Ciudad Real, nuestro querido amigo D. Santiago Magdalena y Murias, reproducimos en este número en obsequio de nuestros lectores. Esta preciosa alhaja consiste en un Porta-Paz, obra de orfebrería notabilísima y de estilo plateresco de los mejores tiempos. Mide 31 centímetros de altura, y es todo él de oro y plata, con esmaltes de labor muy fina y de un mérito excepcional. Forma un cuadrilongo, en cuyo centro se destaca en camafeo de piedra ágata, color verde obscuro, y dentro de precioso y artístico marco, un bajo relieve representando el milagro de la Resurrección de Lázaro, al que alude la inscripción granada en su parte alta con estos caracteres: HANACTACIC.

Consta de nueve figuras, siendo de notar la del Salvador, que ocupa el centro en actitud de alzar con la diestra a Lázaro, que yace de rodillas sobre la boca abierta del sepulcro. Los pies del Salvador descansan, uno sobre la espalda, y otro sobre el pecho de otras dos figuras, símbolos de la Muerte, que aparece humillada y vencida por la planta del Redentor. A su derecha e izquierda están las hermanas de Lázaro y los discípulos que acompañan a Jesús (1). Sobre este conjunto hay tres cuerpos, formando el más inmediato un cuadro apaisado medio relieve, con 12 esculturas de guerreros a pie y a caballo, con sus atributos de guerra, traje árabe y en actitud de fuga. Representa la batalla de Clavijo, cuna, según opinión de algunos autores, de la esclarecida Orden de Santiago de la Espada. Más arriba hay una basa con dos cabezas aladas, medio relieve, que sostienen un círculo en el cual, en alto relieve, se destaca el misterio de la Asunción de la Virgen, con sus vestidos esmaltados de blanco y azul con estrellas, a la cual rodean seis querubes, tres de cada lado, con preciosos esmaltes de finísima labor en sus alas y vestidos; los dos superiores tienen asida una corona en ademán de colocarla sobre la cabeza de la Virgen. Fuera del círculo y a sus dos lados, están las alegorías de las cuatro virtudes cardinales en alto relieve, con los atributos de la cruz y calavera, la copa y una serpiente cogida por la mitad del cuerpo; las dos primeras descansan sobre una ménsula o repisa saliente de la mitad superior de dicho círculo, y las otras dos están debajo recostadas, una con la espada y la otra con una columna asida de ambas manos. Alzase sobre el círculo la peana, y sobre ella la estatua del Salvador, remate del Porta-Paz, con corona y globo en la mano izquierda; su vestidura ó túnica lleva esmalte blanco y el rostro, las manos, los pies y la peana son dorados. Rodean por derecha é izquierda, en fachada saliente, la escultura en piedra ya descrita, dos cuerpos que arrancan de la basamenta ó plataforma del Porta-Paz, y termina formando juego con el expresado remate que corona la estatua del Salvador.

Dichos cuerpos, que pueden dividirse cada uno en cinco partes, son por su proporción, simetría y belleza, de un trabajo esmeradísimo y de un gusto escultural admirable. Sobre la base, con curioso cincelado, álzanse gradas de ambos lados, y en su arranque llevan una cabeza alada en medio relieve cada una. En los primeros y cuartos frentes están en cuadro de medio relieve los cuatro Evangelistas con sus atributos simbólicos, con las vestiduras esmaltadas y cuerpo entero; y a los lados interior y exterior, una cabeza en cada uno, de Profetas de la antigua ley. En medio, bajo doseletes sostenidos por dos columnas de distinto orden arquitectónico, cuatro balaustradas esmaltadas, estilo barroco, y esmaltados también los capiteles en forma de cono truncado y cuatro de orden corintio, van otras cuatro estatuas, dos de cada lado, de cuerpo entero, en huecos ú hornacinas, sobre cuyo arco se destacan cabezas diminutas de Ángeles, las cuales estatuas representan a San Pedro, San Pablo, San Juan Bautista y Santiago el Mayor, con vestiduras esmaltadas. Las cuatro columnas de los dos primeros cuerpos rematan en figuras de mujer al desnudo y atletas que sustentan el cornisamento sobre su cabeza o cariátides; y sobre los capiteles hay otra basa que sirve de línea de separación a los dos cuerpos superiores, de la misma forma y estilo que los bajos, a no ser las columnas, como queda dicho. En el frente de las dos basas va una cabeza de Ángel en orla de flores, con hermosos esmaltes. Sirven de coronamiento a cada uno de estos conjuntos una escultura de mujer de medio cuerpo, encerrada en un frontón semicircular o media luna y alegorías, á juzgar por los emblemas, de la Fe y la Esperanza, a las que rodean dos Querubines al aire en alto relieve, siendo su remate una figura de capricho. En el espacio central, ocupado por el cuadro de la Resurrección de Lázaro, hay por debajo de la piedra un florón en relieve que termina en flores de lis y sostienen dos Ángeles sentados, de cuerpo entero; y a los lados, por toda la altura de dichos conjuntos, una cabeza de dragón y dos bustos de mujer al desnudo (salvajes).

En el reverso de tan rica y artística joya va, en el lugar que ocupa la coronación de la Virgen, la cruz de Santiago sobre esmalte, con una venera a cado lado; y sobre lo restante de la plancha, toda ella cubierta de preciosos grabados, entre los cuales son de notar dos figuras de cuerpos enteros al desnudo; abrazándola de alto a bajo lleva unida por tornillos el asa o agarradero para su uso, formado por un vestigio, escultura de gran tamaño, mujer al desnudo de medio cuerpo arriba, con alas de águila imperial por brazos, collar a la garganta y entre los pechos una cabeza alada; del tronco parte en dos ramas la otra mitad del cuerpo, formado por serpientes enroscadas con una cabeza de dragón en el punto de arranque y otra en cada uno de los brazos.

Llevado este Porta-Paz a la Exposición Histórica-Europea celebrada en Madrid en 1893, fue, por su estilo y exquisita labor artística, admirado de todos los inteligentes, que la consideraron como verdadero modelo en su clase, apreciándose su valor en 18 ó 20.000 duros.

En el mes de Mayo del año pasado se presentó un comisionado del Museo Británico de Londres ofreciendo 6.000 libras esterlinas y otro Porta-Paz igual al original, en tal forma construido, que ningún profano pudiese distinguir las diferencias del antiguo y del moderno. Por unánime determinación del Prelado y del Cabildo se desechó esta última proposición.

Pesa tan preciada alhaja cinco libras y diez onzas y media, y procede del ex convento de Úcles.

Revista España y América. Año I, 15 de marzo de 1903 nº 6.


(1) La piedra tiene en el ángulo inferior de la izquierda una fractura.


No hay comentarios:

Publicar un comentario