Las
fotografías publicadas en la entrada de hoy son de Manuel Herrera Piña
Hace cincuenta años, la procesión del
Corpus Christi se celebró en Ciudad Real, al igual que el resto de España en
jueves. Pero debido a la Coronación Pontificia de la imagen de la Virgen del
Prado, la procesión paso de celebrarse por la tarde a la mañana. El diario “Lanza”,
el viernes 26 de mayo de 1967, realizó la siguiente crónica de la procesión:
“La
festividad del Stmo. Corpus Christi se celebró en Ciudad Real, con
extraordinaria brillantez, a lo que contribuyó el esplendido día. Todos los
edificios oficiales, especialmente el Ayuntamiento, lucían colgaduras y en el
balcón principal ondeaba la bandera nacional.
La
Adoración Nocturna Española celebró en San Pedro la Vigilia general ordinaria
del Corpus, con Misa después de medianoche, oficiada por el párroco y director
espiritual, reverendo padre Arturo Hernández, siendo muy nutrida la asistencia
de adoradores.
En
todos los templos, numerosos niños y niñas recibieron la Primera Comunión y las
misas se vieron muy concurridas.
En
la Santa Iglesia Prioral, totalmente llena, ofició solemne Pontifical el Excmo.
y Rvdmo. Sr. Obispo Prior, Dr. D. Juan Hervás y Benet, asistido del Cabildo. Se
cantó la Misa Hispana por la capilla de la Catedral.
Terminada
la Misa, se organizó la procesión con Jesús Sacramentado, siendo colocada la
Sagrada Hostia en rica custodia, sobre la carroza de la Patrona. Poco después
de las once y media se inició la procesión eucarística, en la que formaron
niños de Primera Comunión, gran número de fieles y la Adoración Nocturna en
corporación con la bandera de la sección. Después seguía el Seminario Diocesano,
clero secular y regular y las cinco parroquias de la capital con cruz alzada y
a continuación el Cabildo, presidido por el deán, monseñor Rebassa. La carroza
con la custodia era llevada por adoradores nocturnos y escoltada por la
escuadra de batidores de Artillería, e traje de gala.
Tras
la carroza, S. E. Rvdma. el Obispo Prior, al que acompañaban las dignidades del
Cabildo, M. I. Sr. Pérez Piñero, arcipreste, y monseñor Gómez-Rico, arcediano.
Seguía a continuación el Ayuntamiento de la capital, en corporación y bajo mazas,
presidido por el alcalde, señor Martínez Gutiérrez, portando el pendón de la
ciudad el concejal Sr. Gascón; luego el Consejo Provincial del Movimiento,
presidido por el subjefe, Sr. Martínez Val, y por último las primeras
autoridades provinciales, con los gobernadores civil y militar, señor Rico de
Sanz y coronel Lorenzo Tercero.
Cerraba
la brillante procesión, que resultó solemnísima, una batería del Regimiento de
Artillería de información y Localización, con estandarte y banda de cornetas y
tambores. También figuraba en la comitiva religiosa la banda de música de la
Escuela Hogar “Santo Tomás de Villanueva”, que interpretó diversas marchas de
procesión.
Una
gran muchedumbre presenció devotamente el paso de la Custodia a todo lo largo
del recorrido, cubriendo la carrera fuerzas de Artillería y de la Guardia
Civil. Todas las calles del itinerario habían sido alfombradas con plantas y
flores silvestres, intensamente aromatizadas, y sobre la custodia se lanzaron
pétalos de rosas en homenaje a Jesús Sacramentado.
Fue
especialmente emotivo el paso por la plaza del Generalísimo, con el sol en lo
alto, brillante, mientras los millares de personas cantaban el himno eucarístico.
La procesión regreso al templo cerca de la una de la tarde y una vez en el
interior la carroza, el preste, monseñor Rebassa, dio la bendición con el
Santísimo.”
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