Dos elementos son particularmente
significativos del Corpus de Porzuna, además del engalanado de sus calles. Y
ello son los danzantes, que simbolizan un abrir paso a la custodia, y también
las alfombras de sal y serrín teñidos, con bellísimas formas, que se deshacen
al paso de la procesión.
Los doce danzantes se acompañan, la
mañana del domingo, de rondalla de guitarras, laúdes, bandurrias y castañuelas,
además de jinetes con sus monturas lujosamente enjaezadas. Es significativo el
cántico llamado “Los Buenos Días" y el fandango de Porzuna, propio de la
localidad. También su vestimenta, típica de la zona, que incluye mantones de
manila y ricos bordados, puntillas y lentejuelas.
Por la tarde se celebra la procesión a
las 19:30 h., tras la misa. Abren la comitiva los niños y niñas que hayan hecho
ese año la primera comunión, y que arrojan pétalos al paso de la custodia. Tras
ellos, doce danzantes bailan en filas de a cuatro al son de la rondalla y
tocando las castañuelas, homenajeando a la sagrada forma, que es llevada bajo
palio de seis varas.
Recurrentemente, la comitiva se detiene
en cada altar realizado por los vecinos, adornados con plantas aromáticas y
mantos con ricas puntillas, así como cojines bordados.
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