Las obras que se están acometiendo en una parcela situada en los antiguos terrenos de Renfe, junto a la rotonda del Quijote Azteca, han sacado a la luz, aunque por poco tiempo, algunos vestigios del pasado más reciente de Ciudad Real.
Se trata del paso subterráneo que
comunicaba el centro de la ciudad con el barrio de Larache para que los
viandantes sortearan con seguridad las vías del ferrocarril, vías cuyo trazado
recorrió la zona hasta la entrada en funcionamiento de la nueva estación y la
llegada del AVE a la provincia, allá por 1992.
Con la reaparición del túnel de Larache,
que también produjo algunos problemas de inseguridad ciudadana, han vuelto a la
luz del día reliquias como las que se ven en las imágenes: viejos carteles
electorales del CDS, el partido fundado por Adolfo Suárez, con fotografías de
candidatos difíciles de reconocer, desdibujadas por el paso del tiempo: ¿Rafael
Calvo Ortega? ¿José Luis Gómez Calcerrada? ¿Ramón Alén?, aquellos incansables
políticos que llevaron levantada la antorcha del centrismo con más entusiasmo
que fortuna y vuelven ahora, por unos días, a recordarnos que todo pasa y todos
pasamos.
Aquello –el túnel, las caras de los
candidatos– estuvo vivo hasta hace nada, pero ya nos parece de otra época, algo
que habríamos olvidado para siempre si no fuera por las obras para levantar una
nueva residencia de mayores que han rescatado una estampa enterrada del pasado
de Ciudad Real.
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