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viernes, 21 de julio de 2023

FESTIVALES DE ESPAÑA

 



Por primera vez, es decir por segunda, si se tiene en cuenta el ensayo afortunado pero inexplicablemente no repetido hasta ahora, de las fiestas del centenario, los festivales de España nos han visitado. Y lo han hecho con éxito incuestionable. En esta primera salida a esa palestra artística de nuestra capital, la programación fue eficaz, pese a que muchos hayan estimado que “nos trajeron aquí lo que no quería nadie” . Eso es absolutamente falso, puesto que ciudades que habían solicitado y programado antes que Ciudad Real, no gozaron de un programa de Festivales tan extraordinario.

Yo diría que más bien la falta de costumbre es la que hace a los “exigentes de todo” , que, sin razonar siquiera, no estén contentos con nada.

Los festivales de España, este año, en Ciudad Real han tenido el prestigio que la propia organización imprime cada año al Certamen nacional. No es preciso desmenuzar aquí, por partes, las facetas que tuvo nuestro festival, ni tampoco, a tan largo tiempo, emitir un juicio crítico, de las representaciones.




Tuvimos ocasión gracias a los Festivales de España, de ver en teatro, por ejemplo, dos de las piezas que fueron, sin duda alguna, lo mejor con lo que contó el teatro español la temporada pasada. Ello, pese, también, a las críticas que algunos puedan hacer del teatro de Antonio Gala, diciendo que es poco importante. El ciclo de música contó con la actuación del “ballet” español de María Rosa magnífico, disciplinado, alegre y bello. La orquesta Manuel de Falla, dirigida por Odón Alonso, fue posiblemente lo que más flojeó. Pero no, no podemos culpar a la orquesta, ni al famoso director, del fallo. ¿No sonó lo suficiente? ¿Hubo excesivos ruidos exteriores durante la actuación? Aquí, pues, radicaron los motivos para que el concierto de la Manuel de Falla, dejara descontentos a los melómanos. Habrá, entonces que ir pensando en otro lugar o acondicionar mejor aquel, sobre todo, para los ciclos musicales. Aún nos acordamos con que furiosa mirada volvió la cabeza una o dos veces Odón Alonso, cuando, en mitad del concierto que estaba dirigiendo, sonaron los pitidos de un tren. Eso es lo que habrá que vigilar en ediciones sucesivas de los Festivales de España. Ver el medio de levantar una pared o un graderío que cerrara por la parte de atrás el magnífico marco que, por otro lado, es el Romasol para la realización de estos Festivales. Eso, con algún atinado retoque técnico en el escenario, sería suficiente para lograr el efecto apetecido.

 



Al referirnos a retoque técnico, queremos decir, como es lógico, retoque de sonorización, cuya perfección tampoco se logró, ni mucho menos, aunque algún día se estuviera más cerca que otros, de aquella perfección.

Lo cierto es que se dio el primer paso en eso tan deseado y tan esperado de los Festivales de España. Ya no se debe dejar pasar un año sin que esta manifestación artística, de auténtico carácter popular nos visite. El público acogió las representaciones con el entusiasmo que era de esperar y estamos seguros, que en años próximos, los Festivales de España serán acogidos clamorosamente en nuestra capital, y su presencia constituirá un motivo más de agradecimiento a nuestras autoridades municipales que, sin regatear esfuerzo alguno, nos proporcionan este alarde recreativo-cultural que son los Festivales de España. Hemos de colaborar con el Ayuntamiento asistiendo, comportándonos con corrección y respeto a los que participan en las representaciones; siendo puntuales, alentando en nuestros juicios y críticas, a los organizadores y no despotricando gratuita y la mayoría de las veces irrazonablemente.

 

Emilio Arjona. Boletín de Información Municipal Nº 15, Ciudad Real Octubre de 1964

 


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