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sábado, 15 de julio de 2023

PALACIO DE JUSTICIA

 



La revista AV de arquitectura en su número extraordinario sobre la arquitectura española del 2007 recoge dos obras de Castilla-La Mancha, la Comisaría Provincial de Policía de Albacete de Matos y Castillo y el edificio de los Juzgados de Ciudad Real de Guillermo Vázquez Consuegra. Guillermo había realizado anteriormente el edificio del Archivo de Castilla-La Mancha en Toledo.

Un edificio situado en un entorno conflictivo y difícil, un solar que vuelve a poner de manifiesto la mala gestión urbanística en nuestra ciudad y que hubiera requerido un espacio con otras condiciones de entorno y mejores posibilidades de acceso, de apareamiento y de condiciones generales de ubicación. Por ello, por las dificultades del lugar, el edificio sigue con la rotundidad de su propuesta y la fuerza de una arquitectura de presencia autóctona.

 



La planta en U del edificio tiene dos laterales cerrados hacia el entorno próximo y un espacio interior controlado al que se abren diversos espacios del edificio. Esta organización en U avanza en su frente hacia la calle Eras del Cerrillo creando un gran espacio triangular de acceso que subraya la escala mayor del mismo y el carácter público de lo construido. La losa de hormigón superior pretensada salva la gran luz del voladizo flotando sobre el espacio de acceso que está limitado lateralmente por las lamas perforadas que permiten la visión y la entrada de una luz tamizada y enfatizan el gran frente acristalado. En esta fachada al igual que en el conjunto del edificio, el vidrio es el gran protagonista con tres planos diferenciados. En el inferior las puertas de acceso y los controles de entrada en el conjunto. Una segunda franja con grandes lamas de cristal que se inclinan dejando pasar el aire entre ellas en un plano delantero. El cuerpo superior hasta la losa superior de hormigón tiene su despiece de carpintería de aluminio que soporta el vidrio. El mismo material se repite en el plano interior de la U creando así la transparencia de un espacio que hace visible lo que ocurre en el interior del edificio. El vidrio es así un elemento protagonista del edificio como material rígido, de superficies planas, transparente y con variaciones de luz y color según las horas del día o los reflejos que produce.

 



La distribución del programa construido en las cinco plantas del conjunto se resuelve con galerías de circulación que se asoman a la U interior y espacios de uso que van quedando localizados con fachada hacia el exterior. Los dos laterales, Este y Oeste están cerrados exteriormente por una doble piel. La exterior es una gran plano de chapa perforada plegada que se auto sustenta con su forma y tamiza la entrada de la luz en estas dos orientaciones. El proyecto contempla la presencia de un arbolado que en estos laterales introducirá un control de luz y temperatura con el sencillo recurso de la vegetación de hoja caduca. Por otra parte esta presencia del arbolado contribuirá a separar el conjunto del entorno en el que se sitúa. En la planta baja se sitúan tres accesos diferenciados: jueces, detenidos y público, el vestíbulo y las salas de bodas y vistas. En las plantas superiores acogen los diferentes juzgados aprovechando la diferencia de alturas para localizar un jardín sobre la planta primera. La visión a través de las galerías laterales dentro de la U permite recorridos y vistas diferentes y atractivas entre los distintos espacios.

 



El edificio se define así con la rotundidad de la forma que se implanta en el espacio urbano creando un referente. Curiosamente, en una ciudad plana como Ciudad Real, la topografía acaba teniendo una importancia singular en el conjunto. La visión, desde el recorrido de la Ronda de circunvalación del frente del edificio establece un punto de referencia elevado en la ciudad que hace visible su fachada principal y emerge del perfil general con elementos de baja altura entre el espacio donde se sitúa y el recorrido de este viario. La visión posterior sin embargo es menos afortunada desde el viario de acceso al hospital. I.as perspectivas de la parte posterior dejan al descubierto todo el entramado de maquinaria y elementos de climatización de la cubierta evidencian un espacio menos articulado y con visiones que requerirían un tratamiento urbano y paisajístico.




El funcionamiento del edificio pone de manifiesto algunos problemas en el mismo que evidencian un doble problema: las dificultades de los técnicos para atender programas difusos que requieren concreciones cuando las obras están ya completadas y la distancia

que se establece, en ocasiones con los proyectos especialmente cualificados y la resolución de problemas funcionales concretos. No obstante, son aspectos que la dinámica funcional va resolviendo poco a poco y que un edificio con esquemas y concepciones claras soluciona adecuadamente. El tiempo y el uso son elementos también esenciales del proyecto arquitectónico y acaban conformando la realidad construida.

El Palacio de Justicia de Ciudad Real de Guillermo Vázquez Consuegra es una obra de calidad innegable, capaz de cualificar un entorno urbano difícil y complejo, con valores formales singulares y que constituye uno de los referentes arquitectónicos de esta ciudad tan poco afortunada en sus proyectos. Es una pieza que debemos valorar en su singularidad como aportación indudable de la arquitectura del siglo XXI a nuestro patrimonio cultural y cuidar en las necesarias reformas de su entorno.

Diego Peris. Diario “Lanza” domingo 17 de febrero de 2008



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