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viernes, 19 de julio de 2024

DON ANTONIO PRADO Y LA MEDALLA DE LA CIUDAD

 

Antonio Prado Cejuela fue Alcalde de Ciudad Real durante varios años de la década de los años veinte del pasado siglo

 

Don Antonio era todo un carácter. Enérgico, con bondadosa entrega. Duro, con espontánea suavidad. Tesonero, pero no terco. Nosotros guardamos un respetuoso y gratísimo recuerdo a su memoria, porque en sus tiempos de alcaldía es cuando hacíamos para nuestro periódico la información municipal, a la que los diarios locales dedicaban particular atención. Y don Antonio Prado tenía toda clase de atenciones para “los chicos de la prensa”, aunque algunas veces estos se desmandaban -la censura era entonces tan rígida para las cuestiones nacionales como amplia y tolerante para “meterse” con el Ayuntamiento- y él se enfadaba entonces y con muchísima razón.

Su gestión fue brillante y ya hemos aludido en anteriores efemérides a algunas de las reformas y mejoras realizadas durante su mandato, siempre coartado por la penuria, de las arcas municipales. Hoy queremos destacar solamente la creación de la “Medalla de oro Ciudad Real”: él mimo, don Antonio Prado tuvo 1ª feliz iniciativa, él redactó las bases y las presentó en este 28 d noviembre de 1926 al Ayuntamiento pleno que las aprobó por unanimidad en una sesión posterior.

La preciada recompensa seria "para premiar actos, méritos, y servicios extraordinarios que espiritual y materialmente enaltezcan a Ciudad Real... o hechos eminentes... de abnegación en el servicio de la Patria... o que merezcan público y general aplauso de España ...”. Siguen luego otras posibilidades de merecer la Medalla, entre ellas, la de ser otorgada a "los que con actos y gestiones consigan para Ciudad Real centros, establecimientos, nuevas industrias, mejoras o beneficios permanentes que favorezcan y propulsen la vida de la ciudad" y a “los que con extraordinario espíritu patriótico y notorio desinterés personal consagren perseverantemente sus afanes y sus obras al bien y prosperidad· de Ciudad Real...". La concesión no era fácil, pues se precisaba aparte la propuesta de la alcaldía, o de la tercera parte de los ediles, una votación secreta por, medio de bolas blancas y negras, que debería tener a favor de las tres cuartas partes, como minino, de los concejales que forman la Corporación.

Una prueba de esa dificultad es el escaso número de las Medallas de la Ciudad otorgadas desde su creación. Hemos hecho una investigación, contando con la valiosa ayuda del gran amigo Ramón González, director del "Boletín Municipal"; y resulta que, desde la creación de la Medalla de Ciudad Real, hace ya cuarenta y cuatro años, solamente se han otorgado cinco medallas: a S. M. el Rey Alfonso XIII, el 2 de junio de 1927; a don Miguel Primo de Rivera, el 30 de octubre de 1928; al Generalísimo Franco, el 29 de marzo de 1944 y a la Virgen del Prado, en agosto de 1945. Falta una ¿verdad? Esta fue concedida al General Berenguer en 1930, pero rechazada muy cortésmente por él, según explicábamos en nuestra ya lejana efemérides del 4 de abril.

La proliferación de condecoraciones viene en demérito de las mismas Es tal la abundancia del cruces, medallas y encomiendas que ya va siendo raro el español que no dispone de alguna, o de algunas, para lucirlas en las solemnidades y ¡ay! en las póstumas enumeraciones de las esquelas mortuorias.

Pero la Medalla de la Ciudad Real, otorgada hasta ahora solamente a nuestra Patrona, a dos Jefes de Estado, y a otros dos presidentes de Gobierno, tiene un baremo demasiado restringido y han puesto su concesión a tal altura que ningún hijo de Ciudad Real ¡los pobres! La han merecido todavía.

 

Antón de Villarreal. Efemérides Manchegas. Diario “Lanza”, sábado 28 de noviembre de 1970


Medalla de oro de Ciudad Real otorgada a la Virgen del Prado y que luce todos los años en su paso procesional


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