El día 30 de noviembre del año 1926, el entonces alcalde de Ciudad Real, don Antonio Prado Cejuela, presentó una moción a1 pleno de la Corporación Municipal que presidia, proponiendo la creación de la medalla de la ciudad y las bases por las qué se habría, de regir la concesión de dicha distinción.
El día 2 de diciembre del mismo año fue aprobada la propuesta.
Posteriormente, el Ayuntamiento ha establecido, y reglamentado las siguientes distinciones y recompensas: "Hijo predilecto de la ciudad", "Hijo adoptivo de la ciudad". "Medalla de la ciudad" en sus tres categorías de oro, plata y bronce. Figura de “Alfonso X el Sabio” en sus clases de oro, plata y bronce. "El Quijote" en sus versiones de oro, plata y bronce. "Concejal honorario" y "Vecino honorífico turístico".
Hoy nos vamos a ocupar solamente de la "Medalla de la ciudad".
Como digo, el 2 de diciembre de 1926 se aprobó la creación de dicha distinción. No se establecían categorías ni se hacía mención de las mismas, por lo que supongo que el pensamiento de la Corporación era que todas las medallas fuera de oro.
En los primeros meses del año 1927 el Ayuntamiento convoco un concurso para contratar la fabricación del troquel y tres medallas de oro. Este concurso quedó desierto por falta de proponentes.
El 15 de. septiembre del mismo año, se acordó encargar directamente al "Trust Joyero” de Madrid," el troquel y cuatro Medallas de la ciudad.
He tenido en mis manos el presupuesto presentado por "Trust Joyero". En él se hace constar: "Las medallas serán troqueladas en oro de ley de 18 kilates y cada una tendrá un peso minino de 50 gramos de oro,".
El precio por unidad seria de 300 pesetas y si iban adornadas con piedras preciosas (esmeraldas granates y perlas), 450 'pesetas, En este precio se incluía el coste de un estuche de piel grabado con el escudo de la ciudad, un cordón de seda torzal y un pasador de oro de 18 kilates.
Asombroso si tenemos en cuenta que hoy,
sólo los 50 gramos de oro valen más de 50.000 pesetas.
Según el Reglamento vigente la "Medalla de la ciudad" es una distinción honorífica y consta, en su anverso del escudo de Ciudad Real. La parte, inferior del mismo va orlado con hojas de laurel en esmalte y en el centro de dichas hojas la inscripción "honor y virtud". La parte superior, rematada con una corona, en cuya, parte inferior van incrustadas esmeraldas y granates, y en la superior, perlas.
El reverso, sobre fondo esmaltado en dorado va gravado en relieve: "Medalla de (oro, plata o bronce) de la ciudad”. En la parte inferior, “Ciudad Real”. En el centro el nombre de la persona o entidad a quien se ha concedido la distinción.
La primera medalla se concedió a S. M. el Rey don Alfonso XIII el 16 de mayo de 1927, a propuesta del alcalde, don Antonio Prado “…en testimonio de leal y entusiasta adhesión de nuestro augusto monarca y de recogimiento a sus claras virtudes…”, “…con lo que rindieron merecido homenaje al restaurador de la autonomía y fueros municipales, adquiere esta recompensa máxima plenitud de prestigio”.
La segunda medalla se otorgó al general don Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, marqués de Estella. En el acuerdo unánime del pleno municipal de fecha 8 se septiembre de 1928, se hace constar, entre otras cosas que se le concede la medalla “…como premio al bien recibido de tan insigne patriota, cuya gestión al frente del Gobierno ha producido enormes beneficios a España y por tanto a Ciudad Real, entre ellos y como más sobresalientes, la tranquilidad pública en el interior y la pacificación de Marruecos…”.
La siguiente se concedió al general don Dámaso Berenguer Juste, marqués de Xagüen, por acuerdo del pleno del 8 de abril de 1930. El general Berenguer, nada más tener conocimiento del asunto y antes de que se lo comunicaran oficialmente, envió una atenta carta, en la que agradecía la buena intención del Ayuntamiento y el honor que se hacía, pero rechazando al mismo tiempo que hacía constar que no admitía ninguna clase de homenajes y distinciones de entidades o personas dependientes de su autoridad mientras estuviera en el poder.
El Ayuntamiento se vio precisado a dejar
sin efecto el acuerdo.
El 29 de marzo de 1944, a propuesta de los gestores don Manuel Tolsada Picazo y don José Ruiz Lorente, siendo alcalde don Bernardo Bustamante García, se nombró alcalde honorario de Ciudad Real y se le concedió la medalla de oro de la ciudad al generalísimo Franco al cumplirse el quinto aniversario del final de la guerra en la capital.
Los concejales Cecilio López Pastor, Juan Caballero, Eduardo Rodríguez Arévalo, Eloy Sancho y Pedro Pérez Caballero, propusieron a la Corporación Municipal, la concesión de la medalla de la ciudad, en su categoría de plata a la Compañía de María (marianistas) al cumplirse los cincuenta años de la llegada a Ciudad Real de los religiosos, para dar comienzo a su labor educadora, labor que vienen realizando cumplidamente y decía la propuesta “…de sus aulas salieron millares de niños y jóvenes con una sólida formación cultural y religiosa, muchos de ellos de manera totalmente gratuita”. Fue la primera medalla de plata otorgada.
Previa una propuesta del alcalde don Luis Martínez Gutiérrez, el 18 de marzo de 1968, se concede la medalla de oro de la ciudad a don Manuel Lora Tamayo, ministro de Educación y Ciencia; don José María Martínez Sánchez Arjona, ministro de la Vivienda; don Blas Tello Fernández Caballero subsecretario del Ministerio de la Vivienda y a don Vicente Aleixandre director general de Enseñanza Media y profesional. “En virtud dice la propuesta, de los grandes méritos que son de estimar en su gestión relacionados con altos intereses de la capital, concretados, por una parte de las importantes instalaciones educacionales concedidas y por otra, entre otras cosas la ejecución del polígono del Torreón del Alcázar, de vital importancia para la capital.
Siendo alcalde don Francisco Bernalte Bernardo a propuesta del mismo, el 27 de septiembre de 1973, se concede la medalla de oro de la ciudad a don José Utrera Molina, que había estado varios años al frente del Gobierno Civil de la provincia y en esas fechas ocupaba el cargo de ministro de la Vivienda. Se le otorgó, según dice la propuesta, por haber ayudado eficazmente a la capital en su promoción y desarrollo y haber puesto siempre de manifiesto el cariño y afecto con que siempre distinguió a nuestra ciudad.
Por último, el 21 de noviembre de 1974, se concedió a título póstumo, la medalla de la ciudad en su categoría de plata a don Carmelo López Belmar, carpintero, vecino de Ciudad Real que falleció como consecuencia de las quemaduras sufridas, al prestar heroica ayuda en un incendio producido en un edificio de la capital.
Hasta aquí la relación de las medallas concedidas. En la categoría de oro no hay ni un solo hijo de Ciudad Real que haya merecido tal honor. “Nadie es profeta en su tierra”. En un próximo articulo hablaremos de esto y de otras cosas relacionadas con la medalla.
Ramon González Díaz. Diario “Lanza” 20 de
noviembre de 1983
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