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domingo, 22 de enero de 2023

CIUDAD REAL EN LA SEGUNDA MITAD DEL XIX A TRAVÉS DE LAS FOTOGRAFÍAS DE J. LAURENT (II)

 



Otros edificios perfectamente identificables son el Convento de las MM Dominicas de Altagracia, desaparecido a fines de los años sesenta de este siglo XX; la torre e iglesia parroquial de Santiago Apóstol. Y en la segunda toma fotográfica, supuesto que la vista general de Ciudad Real consta de dos perspectivas y no de una sola como cree, en primer término se aprecia la iglesia parroquial de San Pedro y San Pablo; la espadaña y cubierta del convento e iglesia de las Concepcionistas o Franciscanas; un contrafuerte o torreón rectangular situado en el Paseo de Cisneros (actualmente Ronda de Ciruela); las cocheras de reparación de las máquinas de vapor de Renfe; el Hospicio Provincial, construido en 1860 sobre los restos del Convento de San Francisco; las torres de la puerta nueva de Ciruela; y, por último, la Estación de viajeros de Renfe, en fase de construcción.

A nuestro juicio las fotografías o la vista general urbana de Ciudad Real pudieron haber sido hechas por el propio Jean Laurent o por cualquiera de sus operarios, puesto que en el ángulo inferior izquierdo de una de ellas aparece J. Laurent y Cía (Madrid). Y el autor de las fotografías debió hacerlas allá por el quinquenio del 1861-65; supuesto que «en febrero de 1860, el gobernador civil transmite una carta del concesionario (de la línea ferroviaria de Alcázar de San Juan-Ciudad Real) al Ayuntamiento por la que se acuerda dar principio a las obras en la capital y cerrar el tráfico en la Ronda de Ciruela, para que puedan trabajar en la construcción de la estación y viales...» (F. Pillet Capdepón: Geografía Urbana de Ciudad Real; c. IV, 259-60).

El mismo Pillet Capdepón refiere que «en 1861 se constituyó una compañía que llevaría el ferrocarril desde Ciudad Real hasta Badajoz; ...con aportación de capital francés y estando como consejero español el ex-ministro Claudio Moyano...; y las obras comenzaron ese mismo año. El trabajo hasta llegar a Badajoz se realizó con bastante actividad. Y el primer tramo Ciudad Real Puertollano, se abrió en 1864; estando dos años después (1866) toda la línea funcionando» (Op.cit.; c.IV ,260).

 



Por eso creemos que la magnífica panorámica urbanística de Ciudad Real que nos facilita J. Laurent no fue realizada, voluntariosamente, por la variedad de temas que ofrece nuestra ciudad respecto a monumentos históricos y artísticos se refiere, sino más bien con otros fines profesionales; ello se deduce por cuanto antecede sobre las obras de las futuras líneas ferroviarias de Alcázar de San Juan-Ciudad Real y, sobre todo, Ciudad Real Badajoz, teniendo presente desde donde están hechas las dos tomas fotográficas puesto que, en las dos perspectivas, aparece en primer plano la zona por donde debía transcurrir el trazado de la línea ferroviaria Ciudad Real Puertollano-Badajoz, así como el edificio de la nueva estación de viajeros que se hallaba en construcción. Y seguramente que las fotografías fueron encargadas a la «Casa Laurent» por la Compañía Badajoz-Ciudad Real para conocer «in situ» el trazado de la línea ferroviaria proyectada.

 

Curiosidad y nostalgia

 

Sin embargo, estas dos vistas fotográficas constituyen un testimonio excepcional sobre los profundos cambios urbanísticos inadecuados y sin ningún tipo de aciertos que ha experimentado Ciudad Real, concretamente por toda la Ronda de Ciruela; sin duda una perspectiva de nuestra ciudad que el tiempo ha transformado irreparablemente y que nunca podremos recuperar. Y también, estas dos fotografías, son imágenes que nos brindan otra fisonomía de Ciudad Real un siglo y medio atrás a la fecha de hoy; y, al mismo tiempo, nos provoca una entrañable mezcla de curiosidad y nostalgia respecto al «ser humano» con el pasado cultural de nuestra ciudad medieval. E.

En consecuencia, las dos tomas fotográficas del Ciudad Real de los años sesenta del siglo XIX fueron realizadas desde el mismo lugar, al suroeste de la ciudad como queda dicho; puesto que su autor tras de captar la primera vista urbana, no tuvo más que girar su equipo fotográfico otros 40° hacia el nordeste para sacar una nueva (la segunda) perspectiva urbanística de la población, apreciándose en ésta gran parte de la muralla que circundaba la ciudad y edificios (civiles y religiosos) perfectamente reconocibles por nosotros.

Hacia mediados del siglo XIX, casi desde sus inicios, los fotógrafos profesionales empezaron a poner a la venta imágenes de soberanos, políticos y artistas, paisajes pintorescos, tipos populares o monumentos de interés. La fotografía constituye la base material para documentar a numerosos pintores o dibujantes por aquella época; también el libro ilustrado se nutre de ella y, además, sirve de base documental a los encargados de preparar las planchas litográficas o de grabados utilizados en la edición y prensa ilustrada.

Ello viene a colación porque una de las fotografías, tema de estudio, es utilizada e impresa en la pequeña obra intitulada «Plano y Guía del Viajero en Ciudad Real y Almagro» (Madrid 1886); refiere, cuando habla de nuestra ciudad, que su aspecto general es muy agradable y pintoresco, presentándose rodeado su abundante y blanco caserío por algunos restos de muralla... Y su perímetro es de unos 4.500 metros; está cubierto en parte por los trozos de almenados muros ya indicados y con algunas torres con siete entradas tituladas puertas, existiendo fuera del mismo la estación de las líneas férreas que allí se reúnen...» (Alcázar de San Juan-Ciudad Real y Madrid-Ciudad Real Puertollano-Badajoz).




La misma ilustración fotográfica aparece como grabado en el libro de «España Geográfica e Histórica Ilustrada» (Madrid s/ f); una obra de 49 láminas publicadas por F. Boret, reproducida de aquí la litografía de Ciudad Real por «Ampliaciones y Reproducciones MAS» (Barcelona 1982). Más tarde, este mismo grabado, es utilizado pero como excelente dibujo en la «Gran Enciclopedia de Madrid, Castilla-La Mancha», volumen tercero (Zaragoza 1993). Asimismo se reproduce en el tomo intitulado «Historia de Ciudad Real) (Toledo 1993). Asimismo se reproduce en el tomo intitulado «Historia de Ciudad Real» (Toledo 1993) con el texto de que a «finales del siglo (XIX), Ciudad Real ofrecía esta panorámica: la primitiva estación, donde hoy se ubica el Parque Gas set, una gran parte de la antigua muralla y la iglesia de Santa María (del Prado) destacando sobre el resto del conjunto urbano». Y, por último, la ilustración (tema de estudio) ha sido utilizada y reproducida muy reciente en la «Memoria y Realidad de C astilla-La M ancha» (Madrid 1999); un álbum fotográfico de 179 reproducciones dedicado a los seres humanos (hombres y mujeres) que «con su esfuerzo sembraron lo que hoy recogemos».

 

Una copia de época, reproducida con anterioridad

El documento fotográfico de Jean Laurent, sobre Ciudad Real, es un legado excepcional; sin duda posee un especial interés por las imágenes que aparecen. Y, como hemos podido ver, la ilustración reproducida e impresa por los talleres de Artes Gráficas, S .A. Angama en el calendario de 1999 no es inédita ni mucho menos; es una copia de época que ha sido reproducida con anterioridad en 1886,1982,1983 y 1993, al menos que nosotros sepamos.

En definitiva, la ilustración fotográfica es cedida por José López de la Franca de Ciudad Real (s. XIX) para su impresión y es suficientemente conocida y, además, es una copia original de época fechada entre 1860-65. El término «copia de época» se refiere a que la copia fue positivada (revelada) sobre papel con emulsión de albúmina al poco tiempo de realizarse. Y en el caso de las tomas fotográficas de Ciudad Real los negativos son placas de cristal de 36x27 cms.; y la emulsión utilizada sobre las placas de cristal solían ser colodión.

Así mismo, esta ilustración sólo y exclusivamente es una vista parcial de Ciudad Real donde se aprecia un entrañable conjunto urbano de nuestra ciudad, destacando una serie de edificios civiles y religiosos reconocibles para todos nosotros, aunque algunos de ellos hayan desaparecido; pero esta perspectiva urbanística queda mutilada al faltar una segunda panorámica de la población y así poder ver todo cuanto rodeaba el amurallamiento medievo de Ciudad Real puesto que todavía se hallaba en pie y, además, poder contemplar nuestra ciudad desde el suroeste haciendo un itinerario descriptivo de todos aquellos monumentos más significativos, sin que su interpretación sea inequívoca.

 

Jorge Sánchez Lillo,  La Tribuna de Ciudad Real lunes 19 de abril de 1999

 




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