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martes, 13 de septiembre de 2016

EL CABILDO DE NUESTRA CATEDRAL. PERTENECIERON A EL CINCO OBISPOS DE ELLOS DOS CARDENALES



“Tal día como hoy” es la llamada con que una emisión de radio nos hace revivir acontecimientos remotos. Nuestro periódico LANZA se complace también en recordarnos con frecuencia lo que sucedía en Ciudad Real hace veinticinco, diez, cinco o un año.

Yo ahora quiero refrescar lo que tal día como hoy 27 de mayo, en que el Emmo. Cardenal Moreno, arzobispo de Toledo, ejecutara la bula “Ad Apostolicam” de Pío IX, lanzando a la vida el Obispado Priorato de las Cuatro Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa. Todavía hasta el próximo 4 de junio, no se cumpliría el primer aniversario de la solemne proclamación del acontecimiento, que hiciera el mismo cardenal Moreno, administrador apostólico del nuevo Obispado, en la parroquia de Santa María del Prado, de Ciudad Real, convertida en Catedral.

 
Francisco Javier Baztán y Urniza fue de los Canónigos que constituyeron el Cabildo de Ciudad Real, siendo consagrado en 1905 como Obispo de Oviedo

Aquel 27 de mayo de 1877 tenía lugar un sencillo acontecimiento que daba principio a la vida de una institución: por primera vez se reunía en sección constitutiva, el Cabildo de la Catedral de Ciudad Real, que daría posesión en el día siguiente al que fue el primer obispo prior, don Victoriano Guisasola Rodríguez, en la persona de su apoderado el Deán del mismo Cabildo don Joaquín Martín Lunas y González, que presentó en la sesión de referencia las bulas del Prelado.

Según la bula fundacional del Priorato, el Cabildo había de estar formado por cinco dignidades, cuatro canónigos de oficio, ocho canónigos de gracia y doce beneficiados o capellanes asistentes. En agosto de 1876, su Majestad don Alfonso XII, en su calidad de Gran Maestre de las Ordenes Militares, había nombrado ya cuatro dignidades (todas excepto el Deán), los ocho canónigos de gracia y siete beneficiados. Entre esa lista primera y la que aparece en el acta constitutiva del 27 de mayo, encontramos ya algunas variantes: aparte de encontrarnos ya con el Deán, el señor Martín Lunas, el canónigo don Clemente León Rivas, antiguo vicario de Ciudad Real cuando pertenecía a la diócesis de Toledo es ahora Chantre, y hay que añadir los canónigos don Francisco Baztán, que sería luego vicario general del Obispado de Ciudad Real, y más tarde obispo de Oviedo, y don Casimiro Piñera, primer rector del Seminario Diocesano, canciller-secretario de don Victoriano Guisasola, y luego administrador apostólico de Barbastro y cuarto obispo prior, cuyos restos descansan en la capilla penitencial de nuestra Catedral.

 
Victoriano Guisasola y Naredo fue también de los Canónigos que constituyeron el Cabildo de Ciudad Real, siendo posteriormente cuarto Obispo-Prior

El año 1878, se nombrarán, previa oposición, los primeros canónigos de oficio, es decir, Penitenciaria, Magistral, Lectoral y Doctoral. Fue el primer Doctoral el sobrino del primer obispo, que se llamaba como el tío Victoriano Guisasola, aunque de segundo apellido era Menéndez, que era beneficiado de la misma Catedral y Fiscal del Obispado, y que luego sería cardenal arzobispo de Toledo, después de haber gobernado otros Obispados y Arzobispados. A la entrada de la capilla del Seminario Mayor de Toledo, leía hace poco su epitafio sepulcral.

Cardenal fue también y murió de arzobispo de Sevilla, el segundo magistral de nuestra Catedral, don Eustaquio Ilundain y Esteban, rector y profesor del Seminario Diocesano de Ciudad Real, y autor de un librito para seminaristas.

 
El primer Doctoral de la Catedral de Ciudad Real, fue Victoriano Guisasola y Menéndez, que llegó a ser Cardenal Arzobispo de Toledo

A la lista de obispos que pertenecieron a nuestro Cabildo, hay que sumar a don Javier Irastorza y Loinaz, cuarto penitenciario, que había venido con el obispo doctor Gandásegui y que fue luego su vicario general y provisor, cuyo ingreso en el Cabildo produjo de momento cierta marejadilla, pero que fue luego promovido arcipreste del mismo Cabildo y, siendo arcipreste, fue preconizado sexto obispo prior.

El hecho de haber dado en pocos años cinco obispos a la Iglesia, no agota en manera alguna la labor eclesial del Cabildo, que nacía aquel 27 de mayo. Cumplió en primer lugar con su misión, especifica de contribuir a la solemnidad del culto en las celebraciones catedralicias, y de asesorar al obispo diocesano con su consejo; manteniendo siempre cordiales relaciones de abnegada colaboración en cargos de gobierno encomendados a sus miembros y supliendo como gobernadores eclesiásticos en pocas ocasiones a los obispos en sus ausencias. No fue inferior su contribución en el campo de la docencia, sobre todo en el Seminario Diocesano, y en el campo de la investigación, del que son índice el estudio sobre el Priorato escrito por el señor De Hermosa de Santiago y la Historia de Ciudad Real, de Delgado Merchán.

 
El segundo Magistral de la Catedral de Ciudad Real, fue Eustaquio Ilundain y Esteban, que llegó a ser Cardenal Arzobispo de Sevilla

No pretende este recuerdo servir de halago a la vanidad, ni de freno a las oportunas reformas y modernización que toda institución, con el correr del tiempo, necesita. Es más bien un justo reconocimiento a quienes pusieron sus personas y talentos al servicio de la Iglesia en un cuerpo no siempre comprendido, y quiera el Señor que a todos nos valga de estímulo para emular cuanto de bueno hay en cualquier parte.

José Jimeno. Diario “Lanza” domingo 26 de mayo de 1974, página 5.

 
Javier Irastorza y Loinaz fue Arcipreste de la Catedral de Ciudad Real y sexto Obispo-Prior

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